sábado, 1 de enero de 2011

Dilma, presidenta de Brasil.

Acaba de ser satisfecha la curiosidad acerca de quién acompañará esta tarde, primero de enero, a la nueva presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su desfile en Brasilia, en el Rolls Royce presidencial. Las hipótesis se amontonaban. Se habló que podría acomopañarla su segundo ex marido del que lleva divorciada muchos años pero con quién mantiene relaciones de amistad. Después se habló que podría hacerlo su madre de 87 años, una señora elegante que cuida mucho su físico y no aparenta más de 60 años. O bien el nuevo vicepresidente de la República, Michel Temer, del PMDB, el mayor partido de la coalicción de gobierno.

La primera presidenta mujer de Brasil, ha optado por ser acompañada únicamente por su única hija Paula Rousseff, de 34 años, que en septiembre pasado dio a Dilma su primer nieto, Gabriel. Para asistir al bautismo católico de su nieto, Dilma interrumpió aquel dia la campaña electoral y apareció en público con Gabriel en sus brazos.

El vicepresidente Temer, desfilará en un coche separado detrás de la nueva presidenta, que ha encomendado para la ocasión a sus modistos dos trajes para la ceremonia: un vestido y un traje de chaqueta ambos en tonos blanco hielo y beige y no de rojo, el color de su partido, el Partido de los Trabajadores (PT) para simbolizar que ahora es la presidenta de todos los brasileños. Sólo la alfombra que atravesará a pié en la rampa del Palacio del Planalto, donde Lula le pasará el fajín presidencial, será de color rojo.

Dilma desfilará desde la catedral de Brasilia hasta el Congreso donde pronunciará su primer discurso como presidenta. En caso de lluvia está previsto el recorrido en coche cubierto. Por primera vez en una ceremonia de toma de posesión de un presidente, la escolta motorizada será llevada a cabo por policías femeninas que podrán llevar el pelo suelto como símbolo de feminidad.

Después de la ceremonia de la entrega del fajín presidencial, Rousseff ofrecerá una fiesta en el Ministerio de Asuntos Exteriores para los invitados nacionales e internacionales llegados para su toma de posesión de más de cien paises, entre ellos Hilary Clinton, Secretaria de Estado amaricana, que llega como enviada del presidente Barak Obama. Lula no asistirá ya a la fiesta. Estará en ese momento ya en su pueblo de São Bernardo de Campos, en en el Estado de Sâo Paulo, donde sus vecinos le preparan también una gran fiesta y donde pronunciará su primer discurso ya como simple ciudadano, que como él ha dicho "lleva la política en la sangre".

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