Dos adolescentes de 93 años se han encontrado en Madrid para "alentar a la indignación juvenil a través de la no-violencia y conseguir un efecto contagio por todo el mundo", ha dicho esta mañana Stéphane Hessel (Berlín, 1917), antiguo miembro de la Resistencia y último fenómeno literario en Francia y España. ¡Indignaos! (editorial Destino) es el "librito", como lo llama el autor, de 32 páginas que trata de despertar conciencias con la ayuda de José Luis Sampedro (Barcelona, 1917), firmante del prólogo.
Desde que se publicara hace un mes en España en castellano, catalán, euskera y gallego -con un precio de cinco euros- se han vendido 120 mil copias. En Francia va ya por los 1,7 millones de ejemplares. "Hay que reeducarse para no ser meros productores y consumidores como pretende el sistema. Hay que razonar primero y crear después. Si hay libertad de pensamiento, habrá libertad", ha dicho Sampedro. El economista y autor de obras como El mercado y la globalización reconoce el letargo en el que se encuentran los jóvenes españoles y lo justifica por el desinterés que muestran por "un sistema que, por suerte, está en decadencia".
Hessel, que se rebeló contra el régimen colaboracionista de Vichy y fue detenido por la Gestapo, ha encontrado en la cultura española el modelo que los indignados deben seguir: Don Quijote, "la figura más representativa de la lucha contra el mal que veo reflejada en la persona de mi amigo Jorge Semprún". Ambos compartieron calvario en Buchenwald (Alemania), uno de los tres campos de concentración a los que sobrevivió el autor.
La actualidad a ambos lados del Mediterráneo ha estado muy presente durante el debate. "La violencia en forma de terrorismo es una abominación en contra de la dignidad humana", ha manifestado Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. "La única alternativa es la convivencia cultural". Aunque el que fuera también embajador de Francia ante la ONU ha justificado la intervención militar en Libia arguyendo el voto mayoritario del Consejo de Seguridad.
Al final de la charla, los escritores han hecho un rápido viaje en el tiempo y han pasado de tener espíritu adolescente a reencarnarse en dos jóvenes de 19 años. Sampedro ha cambiado de edad pero no de filosofía: "Yo era un aprendiz de mí mismo y lo sigo siendo. Todos tenemos el derecho a vivir y desarrollarnos para conseguir más libertad. Y así podremos terminar con la contradicción de la humanidad: vivir en paz en lugar de repetir las mismas guerras que insisten en la competitividad en lugar de la armonía".
Hessel ha decidido volver a su escuela, a L`Ecole Normale Supérieure de la calle Ulm en París, donde conoció a Sartre. Emocionado, sin dejar de sonreír, ha congregado en una reunión imaginaria a sus compañeros de pupitre para convencerles de "la responsabilidad tan grande" que tienen por su nivel de conocimiento del mundo. "Contactaríamos con los que no pueden disfrutar de las mismas ventajas y juntos conseguiríamos hacer progresar el mundo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario