jueves, 31 de marzo de 2011

Trastornos de pánico.

En México, alrededor de 4 millones de habitantes, que representan 3.6% de la población, padecen trastorno de pánico que, entre otras cosas, se caracteriza por sufrir crisis de angustia inesperadas, recurrentes episodios de miedo, así como depresión mayor, fobia social, que alcanzan su máxima intensidad en los primeros 10 minutos.

De acuerdo con el estudio “Evaluación de funciones cognitivas: atención y memoria en pacientes con trastorno de pánico”, realizado por investigadores del Instituto Nacional de Psiquiatría y de la UNAM , el trastorno de pánico tiene repercusiones en las funciones cognitivas, como pérdida de la memoria y el lenguaje a corto plazo, además afecta la capacidad de resolver problemas.

Por lo regular, las personas afectadas sustituyen la deficiencias en su fluidez verbal y no verbal, con episodios de tragedias y catástrofes, o imaginan su propia muerte, como detallaron las investigadoras Elizabeth Palomares, Patricia Campos Coy, Elsa Tirado y Danelia Mendieta, del Servicio de Psicofisiología Aplicada del INP, así como Feggy Ostrosky, del Laboratorio de Neuropsicología y Psicofisiología de la Facultad de Psicología de la UNAM.

El trastorno de pánico también genera problemas para identificar la figura correcta, suelen abusar de las sustancias, sufren de palpitaciones, elevación de la frecuencia cardiaca, sudoración, temblores, sensación de ahogo, falta de aliento, malestar torácico, náuseas o molestias abdominales, inestabilidad, mareo o desmayo, escalofríos y sofocaciones.

La personas tienen miedo a perder el control, a volverse locos y a morir, por lo mismo tienden a desarrollar una conducta de evitación y de contacto social. Además, los episodios de pánico se acompañan de agorafobia o miedo a quedarse solo en lugares públicos, lo cual interfiere de forma importante en la calidad de vida de los pacientes.

Las crisis de angustia se originan por la existencia de una “red del miedo”. Se tiene la teoría de que las personas que padecen de pánico sufrieron eventos traumáticos, o ya padecen un desorden mental.

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