Para Ceci, ella sabe por qué.
La princesa hechizada vivía en las montañas, entre dos volcanes inmensos, ahí era feliz y dichosa.
La princesa tenía como oficio el ser casamentera, oficio muy apreciado por los lugareños de la comarca, ella enlazaba parejas y les organizaba los grandes banquetes y los desfiles de los novios en carrozas lujosamente ataviadas.
En una ocasión, en una de esas bodas muy concurridas, estaba entre los invitados de honor un principe negro, venido de tierras lejanas, quien de inmediato se percató de la belleza extraordinaria de la princesa: de su hermosa cabellera larga y negra y de esos ojos color miel.
Cuando de pronto los trovadores empezaron a cantar una bella melodía titulada "Linda Morena", al ritmo de esa canción el principe le pidió a la princesa que le concediera esa pieza para bailarla, ella gustosa aceptó y de inmediato se acercaron sus rostros y sus miradas penetraron a lo más profundo de sus almas.
Ahí comenzó el hechizo de la princesa, ella no se explicaba lo que le ocurría a su corazón agitado, solo sonreía y deseaba ser abrazada tiernamente por el principe negro.
El principe negro le dijo que antes de un año él volvería por ella para casarse, en ese mismo lugar, en la montaña que ella dominaba desde lo alto.
El principe se fue de nuevo a su tierra, para lo cual le pidió a la princesa que le diera un pañuelito blanco que traía las iniciales de ella delicadamente bordadas en una orilla. Esas iniciales eran CDB, que podría leerse como : Corazón de Bolívar. O bien el nombre de ella.
El le dijo a la princesa que en su ausencia, un colibrí de diferentes colores la visitarían todos los días en su ventana, y ella tendría que darle de comer en su mano para mantener el vuelo de ese pajarillo tan fino y delicado. Ese colibrí es el alma del principe negro, un ser delicado y frágil, que necesita ser alimentado con unos cuantos granos de alpiste, pero dados con amor de la misma mano de la princesa.
La princesa despertaba todas las mañanas alegre y divertida viendo como el colibrí se acercaba a ella a pedirle su comida, el colibrí no se dejaba atrapar porque el necesitaba libertad de movimiento, para ir y venir por todo el mundo. El día que la princesa pudiera atraparlo entre sus delicadas manos, el colibrí moriría en ese mismo instante para permitir la aparición del principe negro.
Antes de un año, la princesa logró su cometido, atrapó al colibrí, y el principe llegó de lejos para pedirle matrimonio, ella aceptó gustosa y ese mismo día se rompió el hechizo que el principe le había decretado: cuidar de una tierna criaturita del universo, en forma amorosa y delicada y en cuerpo y alma. Como ella sí cumplió cabalmente con ese cometido el principe por un acto de encantamiento apareció al lado de la princesa y le dio un profundo beso en los labios, para sellar así un compromiso de haber construido una linda relación a lo largo de todo un año.
Después de la boda, la pareja se fue a otra comarca lejana, para iniciar una nueva vida.
Fueron muy felices juntos por muchos años.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado....
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