La primera página de esta edición está en blanco. Es un símbolo del silencio forzado , de la censura impuesta por otros caminos , y una metáfora sobre en que se puede convertir el periodismo si se siguen restringiendo los espacios de libertad. Es también una protesta directa contra el autoritarismo de quienes han decidido, por convicción o ingenuidad, minar una de las principales condiciones de una sociedad libre que es expresar con libertad cualquier opinión .
Lo que nunca antes ocurrió en la democracia, lo concretó en la madrugada del domingo un grupo reducido de personas ante la inacción policial , la ignorancia olímpica a las decisiones de un juez y de una fiscal , algo que se está convirtiendo en cotidiano en el país, y la complicidad abierta del gobierno de Cristina Kirchner. Así se ha permitido este hecho gravísimo : el bloqueo a la distribución de la mayor parte de la edición dominical de Clarín . Una porción reducida de esa edición se pudo distribuir desde la planta de la provincia de Santa Fe.
Cuando altos funcionarios ignoran fallos judiciales, apañando la extorsión política y económica, disfrazada de conflicto gremial que ya no es tal en otra empresa del Grupo Clarín, entramos directamente en un estado de grave indefensión . La aplicación de la ley, en este contexto, queda al arbitrio de un Gobierno que, ya lo ha demostrado, acata o no las decisiones de los jueces según convenga a sus planes .
Hace pocos días, un dirigente del gremio de Moyano, aliado al Gobierno, anticipó que iban a bloquear a los diarios y presionar a los periodistas que no informen según su gusto.
Esa amenaza se ha concretado .
El autoritarismo y la arbitrariedad han ganado otra batalla, afectando los derechos de todos .
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