Funcionarios del Gobierno japonés dan la batalla por perdida. La lucha por salvar los reactores de la central de Fukushima es casi imposible de ganar, aseguraron algunos miembros del Ejecutivo.
De hecho, la propia compañía dueña de la central, Tepco, reconoció ayer que la única solución es desmantelarlos y reconoció que la operación para atajar la crisis nuclear desatada tras el terremoto del 11 marzo podría durar varios meses. Una opción que este jueves confirmó el primer ministro japonés, Naoto Kan.
Mientras tanto, los niveles de yodo radiactivo registrados en las últimas lecturas en las aguas próximas a la central superan ya 4 mil 385 veces el límite legal, según las mediciones de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.
Estos niveles hacen sospechar que la radiación se está filtrando de forma continua al mar, aunque los ingenieros y el resto del personal desconocen la existencia de vías de filtración.
Con estas cifras sobre la mesa, la agencia urge al Gobierno a considerar la posibilidad de ampliar la zona de evacuación. Las autoridades recomiendan a los habitantes en un radio de entre 20 y 30 kilómetros de la central que se refugien en lugares más lejanos o no salgan de sus casas, pero no ha dado orden para el desalojo.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) también ha pedido al Gobierno nipón que se replantee dicha solución, si bien, el organismo de seguridad nuclear japonés ha precisado que esta petición no ha sido trasladada de forma oficial.
El jefe del Gabinete japonés, Yukio Edano, ha reiterado que pese a estas recomendaciones no hay planes de extender el perímetro de evacuación, según informó la agencia Kiodo. Sin embargo, el Gobierno sí ha decidido intensificar la medición de la radiactividad en la tierra.
Pese a ello, la compañía no cesa en su intento por enfriar los reactores y que la situación no vaya a peor. Los operarios de Tepco han reanudado este jueves los trabajos para eliminar el agua radiactiva de los reactores 1, 2, 3 y 4, cuya presencia ha complicado el restablecimiento de los sistemas de refrigeración, según ha informado la televisión estatal, NHK.
El objetivo es extraer el agua contaminada que a principios de esta semana se encontró en la base de los cuatro reactores, cuyo origen aún se desconoce, aunque se sospecha que podría proceder del tsunami o de los intentos de enfriar las instalaciones con agua.
Los expertos van a intentar trasladar las 600 toneladas de agua presentes en el túnel del reactor uno a un tanque cercano al cuatro, después de que las tareas para bombearla hasta la turbina condensadora se suspendieran tras quedar ésta completamente llena.
Mientras, los operarios estudian dónde almacenar el líquido de los reactores dos y tres, que también será bombeado desde la base. Una de las posibilidades que se barajan es depositarlo de forma temporal en una embarcación.
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