Hace exactamente 42 años, los estudiantes universitarios de aquella época, fuimos duramente reprimidos por el gobierno mexicano de Gustavo Díaz Ordáz, en una trágica emboscada en Tlatelolco, donde murieron cientos de jóvenes que aspiraban a un cambio democrático y miles fueron a parar a las cárceles y al Campo Militar Número Uno.
El Movimiento Estudiantil del 68 marca un hito en la historia contemporánea de México, porque dio paso a un proceso democrático y participativo de la sociedad, esa sociedad que clamaba por un cambio drástico en el modelo de desarrollo del país.
En ese tramo del siglo XX, En Europa se produjo la revuelta estudiantil del Mayo Francés, sacudiendo a París principalmente. Los jóvenes de todo el mundo occidental se lanzaban a las calles a mostrar su rebeldía y su oposición política a los regímenes de la época.
Como estudiante universitario y participativo, me tocó estar en diversas manifestaciones tumultuarias en la ciudad de México, donde lograbamos reunir hasta medio millón de personas, que desembocaban en el Zócalo capitalino, corazón político de la ciudad de México.
Desde el 26 de Julio de 1968, en que dio inició el Movimiento Estudiantil, no paramos de organizar a los estudiantes, obreros y campesinos, en torno a una lucha política por adquirir nuevos derechos civiles.
Fuimos reprimidos duramente por las fuerzas policiacas, a punta de garrotazos y gases lacrimógenos, los estudiantes nos abrimos paso en la mayor protesta social que México experimentó en la segunda mitad del siglo XX.
El proceso pervivió solo unos cuantos meses, de Julio a Octubre, pero mostramos un gran nivel de lucha y organización estudiantil, al punto de hacer peligrar la realización de los Juegos Olímpicos en México, que habrían de ser inaugurados el 12 de Octubre.
Por ello se ordenó la matanza de estudiantes el día 2 de Octubre, 10 días antes de la inauguración de la Olimpiadas. Se sofocó brutalmente el descontento social, con un baño de sangre de sus jóvenes estudiantes.
Todos los años, desde aquel fatídico 2 de Octubre, los sobrevivientes de la matanza desfilamos desde Tlatelolco hasta el Zocalo, con la consigna: "El 2 de Octubre No se Olvida".
A lo largo de mis cuarenta años de profesor universitario, tuve el compromiso ético de recordar a los mártires de Tlatelolco, desfilando con otros jóvenes de aquellas épocas. Y mostrando a mis alumnos los videos y películas que se filmaron de aquella emboscada militar cobarde.
Hoy estoy lejos de México, y no asistiré por primera vez a la marcha en recuerdo al Movimiento Estudiantil del 68. Desde Guatemala, y de corazón, estaré con los que sí podrán desfilar y gritar: !"Que viva el Movimiento Estudiantil del 68"¡
Un joven que no es un revolucionario, es un contradictorio absoluto.
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