"Los cuarenta y uno: Novela crítico-social, escrita por Eduardo A. Castrejón (seudónimo), y editada recientemente por la Dirección de Literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM.
Esta obra literaria de carácter subversivo para su época, tuvo que esperar más de 100años para ver nuevamente la luz pública. Robert McKeen Irwin tuvo a su cargo la coordinación y estudio crítico de la novela, y cuenta con un prólogo de Carlos Monsiváis.
Es la primera novela gay de México, que narra extensamente el hecho policíaco de una redada, en 1901, que se llevó a cabo en una residencia lujosa del exclusivo barrio de San Ángel, donde se realizaba una rumbosa fiesta clandestina de hombres la mitad vestidos de mujer y la otra, sus parejas, a lo masculino.
Lo curioso del caso real que narra la novela "Los cuarenta y uno", es que entre los asistentes a la fiesta gay se encontraba el yerno del presidente Porfirio Díaz, Ignacio de la Torre, quien era el número 42 de los homosexuales detenidos por la policía.
Solo el yerno del presidente fue liberado al poco rato, el resto los 41, fueron castigados severamente por la policía porfirista, poniéndolos a barrer las calles de la ciudad para que los vecinos hicieran escarnio de ellos, tal como ocurrió efectivamente.
Al yerno lo enviaron castigado a vivir lejos, al Estado de Yucatán.
En el México contemporáneo se sigue utilizando el término despectivo para los homosexuales varones, de 41, habiéndose perdido el origen de este insulto en el imaginario popular. Pocas personas jóvenes saben por qué les dicen así a los gay de ahora.
El número 41 es parte de las leyendas urbanas de México,es un mote que se les aplica indefectiblemente a los gays varones para ofenderlos. Los extranjeros que viven largo tiempo en México, igual aplican este calificativo a los homosexuales, es muy popular el apelativo.
Allá por los años setentas, la ciudad de México vivió un boom de novelas gays, siendo una de las más famosas de ellas: "El Vampiro de la colonia Roma". De un joven escritor de apellido Zapata.
La sociedad posmoderna admite la literatura gay sin problemas y sin tapujos, oponerse a ello sería algo políticamente incorrecto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario