Mi lectora frecuente, la actriz mexicana Tere Monroy, me avisa que los chiles en nogada no se los dedicaron al Emperador Maximiliano de Absburgo, como yo afirmé en mi cuento sobre Italia y la pizza de tres colores.
Según cuenta la tradición histórica, que después de firmar el Tratado de Córdoba, por medio del cual la Corona Española reconocía la Independencia de México, camino a la ciudad de México, el general Agustín de Iturbide llegó a la ciudad de Puebla de Los Ángeles, donde unas monjas agustinas quisieron halagarlo con un singular platillo: chile poblano relleno de carne picada con frutas, bañado con una salsa blanca de nuez y adornado por encima con granos rojos de granada y unas hojas de perejil, ingredientes que tienen los tres colores de la bandera mexicana, verde. blanco y rojo.
Por cierto estos chiles en nogada son propios de estas fiestas septembrinas, y se consiguen en los mejores restaurantes típicos de México y Puebla.
Este platillo está considerado un manjar de la nueva cocina mexicana.
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