miércoles, 15 de septiembre de 2010

Porfirio Díaz, el visionario.

A don Porfirio Díaz le tocó celebrar el centenario de la Independencia de México, para lo cual preparó grandes y costosos festejos patrios.

Porfirio Díaz quería demostrarle al mundo entero que México era un país atractivo para la inversión extranjera, se buscó a traer capitales e inversiones directas de Europa y de Japón.

En su gobierno, en uno de tantos periodos, se construyeron miles de kilómetros de líneas férreas para que los ferrocarriles llegaran a la frontera con Estados Unidos, país que al porfiriato pretendía venderles los productos agropecuarios mexicanos.

Igualmente, modernizó la ciudad de México, con un modelo a imitar, París. Por eso la creación de la colonia Roma con su arquitectura afrancesada; el Paseo de La Reforma como una réplica de los Champs Elisees y su Angel de la Independencia, obra del arquitecto Rivas Mercado, quien estudió en París.

Un dato curioso que muchos mexicanos ignoran aun, es que el primero de septiembre de 1910, en vísperas del estallido de la Revolución Mexicana, don Porfirio Díaz inaugura el primer manicomio del país, la famosa "Casa de la Castañeda", en unos terrenos enormes que se ubicaban en el barrio indígena de Mixcoac.

Se desconoce la cifra de "locos" que fueron encerrados en ese psiquiátrico, por órdenes del dictador; quizá ahí fueron a parar muchos prerrevolucionarios, disidentes y opositores del régimen porfirista.

Ser de oposición a los regímenes totalitarios puede ser un motivo para terminar recluido en un manicomio estatal, esa vieja política de exclusión y reclusión de los disidentes se sigue practicando en pleno siglo XXI.

Festejemos el Bicentenario, aunque no exista ningún motivo real para hacerlo, veamos la televisión y miremos sentados que nos depara el regimen panista, como conmemoración de ese hecho histórico.

Qué la tecnología y las luces multicolores no nos deslumbren demasiado la mente crítica.

1 comentario:

  1. Don Porfirio, para celebrar el centenario de la Independencia mexicana, también "destapó" Teotihuacan, con la ayuda de su arqueólogo oficial, Leopoldo Batres (muy criticado en el gremio por sus técnicas). Así es que ante tanto "orden y progreso", los festejos panistas del bicentenario quedaron, por decir lo menos, bastante cortos.

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