Aura Marina, por algo lleva ese bello nombre, es un océano de emociones. Yo sucumbí ante la marea alta de su deseo, es algo inconmensurable.
Todas las noches, como si fuera un acto religioso, nos colocamos frente a nuestras pantallas de las computadoras, sin falta a la misma hora.
Y la conversación transcurre matizada por los vocablos del amor y de la amistad, y pasan las horas y las horas, y no queremos interrumpir el flujo de palabras que salen de quién sabe qué parte de nuestro ser. Pero son palabras envolventes, que producen un efecto similar al de un par copas de buen vino tinto francés. Es una embriaguez deliciosa que nos mete en el terreno de las ensoñaciones de los enamorados.
Pese a todo, no nos hacemos promesas que no se pueden cumplir en el curso de una vida, por ello hemos suprimido de nuestro vocabulario amoroso los términos: eternidad, para siempre, nunca, jamás...
Mi mayor atrevimiento con ella, en términos de declaración amorosa, fue decirle: "el único peligro que corres a mi lado es el de ser inmensamente feliz". Al calor de la intensa pasión que nos consume noche a noche, esa fue mi mayor osadía, ahora veré la forma de cumplirle eso.
Lo sorprendente es que hoy me atreví a ventilar públicamente en la página de Facebook, que tengo una relación (es el término que usa Facebook para indicar que la persona ya está comprometida). La respuesta fue inmediata de parte de todos mis amigos queridos, deseándonos dicha y felicidad. Además, cambié la foto del perfil, puse una foto del hombre nuevo que soy a partir de mi romance con Aura Marina.
Estoy rebosante de alegría, no hay duda que estoy enamorado como un chico adolescente de su primera novia. Sonrío todo el tiempo, inclusive a solas. Pienso en ella todo el día y espero ansioso el arribo de la noche.
El asunto interesante es que soy un hombre que ha vivido muchos años, pero sobre todo con muchas experiencias vitales atesoradas que deseo compartir con ella.
Por mucho tiempo me imaginé que era una locura pensar en volver a enamorarme, y aunque no dí por cancelada la opción de encontrar a alguien como ella, se veía el panorama más gris que una tarde de invierno en Londres.
No creo en los designios del destino o del azar, sin embargo diría algo mas fuerte aun, no creo en la magia, soy un hombre dedicado a la filosofía y al discernimiento de los hechos de la vida.
Pero el hecho que Aura Marina buscará la manera de encontrarme y lo lograra con cierta facilidad dice mucho de las causalidades de la vida misma.
Caí redondo en sus brazos, o ¿redes?, así se decía en mis tiempos de juventud.
Lo que esperamos es pasar bien la prueba, la madre de todas las pruebas, el encuentro real que ocurrirá dentro de un breve plazo y en mi tierra.
Sí quiero, naturalmente, que hablemos mucho, que nos desvelemos desvelando nuestra intimidad; pero se me antoja bastante más estar en silencio y observarla detenidamente, y después "comérmela a besos enterita".
Ella es un territorio ignoto que hay que descubrir, es una geografía que invita a la aventura.
Como una ola del mar que socava la arena de los pies, así es la presencia de Aura Marina en mi vida, yo solo observo como la marea se va y luego viene hacia mi.
Seremos muy felices, estoy seguro, al menos esa es la mejor intención de los dos.
Solo quedan 8 días Bolivar. Deben de estar muy emocionados y nerviosos.
ResponderEliminarPensando hasta que vestir ese día del encuentro. Planeando que vino frances muy especial comprar, que flores que llenen la casa de un exquicito aroma.
Qué le gustará comer a Aura Marina? Hay que planear a dónde la llevarás o que le cocinaras que sea especial para cautivarla aun mas. Un poema para ese día no estaría nada de mas, ponerlo en la almohada podría ser especial.
Le gustarán los chocolates? Los suizos? Los belgas? Sería un lindo detalle también para endulzar la velada.
Suerte con todo!!!!
Qué alegre!!! La ilusión de ambos debe estar en "crescendo" conforme pasan las horas del tiempo que les queda para verse en vivo y a todo color.
ResponderEliminarEs...¿ficción? No lo se...pero por la emoción que se lee entre líneas...yo díría que puede ser una realidad. Si es así, Bolívar. Yo también me uno a los buenos deseos de Maria.