El influyente político mexicano Diego Fernández de Cevallos fue liberado. Flaco y con barba, Diego Fernández de Cevallos ha ofrecido sus primeras palabras a la prensa, fuera de su casa en las Lomas de Chapultepec: "Me encuentro bien, gracias a Dios, estoy fuerte, y mi vida seguirá siendo la misma"...
Con esto llega a su fin uno de los secuestros de mayor impacto en México en los últimos 16 años, después de que el pasado 14 de mayo el abogado del partido PAN fuera secuestrado en su hacienda La Cabaña, ubicada en el municipio Pedro Escobedo, en Querétaro. Aquel día, según informaron las autoridades, los secuestradores esperaron a que el Jefe Diego, como también se le conoce, bajara de su camioneta para someterlo y así privarlo de su libertad.
Una semana después, la fiscalía mexicana informó de que no investigaría el secuestro: "respetando la voluntad de la familia Fernández de Cevallos (...), la Procuraduría General de la República consciente de cuál es el bien que se debe privilegiar; hace del conocimiento a la opinión pública que ha decidido suspender las investigaciones".
Lo anterior ocurrió después de que en las redes sociales se difundiera una fotografía donde se observa a Fernández de Cevallos con el torso desnudo y los ojos vendados, en ese momento, incluso, no hubo confirmación alguna de que el material fotográfico fuera auténtico.
Semanas después del secuestro se informó de que su familia logró tener comunicación con él, al mismo tiempo en que los secuestradores -que se identificaron como los Misteriosos Desaparecederos- reiteraron la exigencia de que las autoridades se mantuvieran fuera de las investigaciones. Trascendió que la cantidad solicitada para otorgar la liberación del ex candidato presidencial ascendía a 30 millones de dólares.
Posteriormente, el 26 de julio se dio a conocer una carta escrita por el ex senador de 68 años fechada el 10 de junio, además de una nueva fotografía donde una vez más se le aprecia con el torso descubierto, los ojos vendados y sosteniendo un ejemplar del semanario Proceso.
La carta fue dirigida a su hijo mayor, donde le solicitaba hacer una contraoferta para conseguir su liberación: "te pido que hagas lo más rápido que puedas tu mayor esfuerzo. Ellos tienen todo el tiempo del mundo, no les corre ninguna prisa. Lo mismo les da mañana que dentro de cien días. (...) Lo urgente es negociar con toda seriedad para gestionar la entrega del dinero y mi libertad".
Ayer, domingo, los presuntos secuestradores emitieron un último comunicado en el que bajo el título de "Epílogo de una desaparición", dejaban entrever la pronta liberación de Fernández de Cevallos, ex candidato del Partido Acción Nacional (PAN) a la Presidencia en las elecciones de 1994, en las que perdió frente a Ernesto Zedillo, y quien ha sido uno de los personajes más influyentes en su partido y en la política mexicana en las últimas dos décadas.
"Por lo que se refiere a los secuestradores, por supuesto que como hombre de fe, ya perdoné, y como ciudadano creo que las autoridades tienen una tarea pendiente pero sin abuso, sin atropello", ha dicho el político en sus primeras declaraciones, pero se abstuvo de responder a preguntas ante los informadores. Para el futuro declaró que tiene "una actitud perfectamente definida: vivir para adelante, sin miedos, sin cobardías, sin arrogancia pero con definición y con valor".
El más reciente caso de secuestro de una figura de esta importancia ocurrió el 11 de marzo de 1994 cuando el empresario Alfredo Harp Helú fue secuestrado por miembros del Ejército Popular Revolucionario (EPR). Tras 106 días privado de su libertad y un pago de rescate por 30 millones de dólares, los captores lo liberaron el 28 de junio de aquel año.
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