lunes, 20 de diciembre de 2010

Lula se va enmedio de una fiesta.

Miles de cariocas se han congregado ayer en el popular Sambódromo de Río de Janeiro, tradicional escenario de los desfiles del carnaval, para agradecer al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva , su trato a la emblemática ciudad en sus ocho años de mandato.

Durante su discurso, Lula, que el próximo 1 de enero cederá el poder a Dilma Rousseff , recordó que una encuesta divulgada la semana pasada le otorgó el 87% de aprobación entre los brasileños, cuatro puntos por encima de lo que estaba hace un año, y aseguró que no tiene más del 100% del respaldo popular "porque no se puede".

El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, anfitrión y organizador de la fiesta, calificó a Lula como "el mejor amigo" que ha tenido Río de Janeiro. En respuesta, el mandatario destacó que en el pasado, las autoridades locales "solían negociar con los delincuentes" y ahora, tienen un pacto "con los trabajadores y el pueblo".

"Queremos devolver a Río lo que merece. Perdió mucho después de que la capital se fuera a Brasilia [en 1960] y luego siguió perdiendo más y ocupando cada vez más espacio en las páginas policiales", dijo Lula.

La fiesta fue organizada por el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), principal fuerza de centro del país y el más importante aliado del Partido de los Trabajadores (PT) en la coalición de Gobierno.

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