Este jueves continuó creciendo la tensión entre Israel y Hamás con acusaciones mutuas que pronostican un significativo incremento de la violencia a corto plazo, aunque responsables de las dos partes han indicado que no tienen intención de contribuir a un deterioro de la situación.
El acontecimiento más significativo de la jornada fue, junto a los bombardeos israelíes de Gaza, el lanzamiento de varios cohetes del tipo Grad desde la Franja. Dos impactaron en la ciudad de Ashdod, algo que ha ocurrido en muy pocas ocasiones, mientras que otro llegó hasta la localidad de Yavne, que se encuentra a sólo 20 kilómetros de Tel Aviv.
Las milicias palestinas enviaron así un claro mensaje a Israel en el sentido de que Tel Aviv puede estar dentro de su radio de acción, algo que ya habían dicho pero que hasta este jueves no se manifestó de una manera tan explícita.
La aviación israelí, por su parte, efectuó varias salidas sobre la Franja, bombardeando algunos túneles que comunican Gaza con Egipto, un campo de entrenamiento de Hamás, un comando de milicianos y un transformador eléctrico. Este último ataque aéreo provocó cortes de electricidad en la Franja, aunque los bombardeos no causaron heridos.
Atentado en Jerusalén
Al aumento de la tensión contribuyó el atentado del miércoles en Jerusalén, donde una bomba explotó al paso de un autobús urbano matando a una mujer de nacionalidad británica y causando 30 heridos, siendo la primera vez que ocurría un atentado de este tipo en la ciudad desde hacesiete años.
Mediante ese ataque, las milicias palestinas han demostrado que el muro que Israel ha construido para separar Cisjordania no constituye un obstáculo insalvable, y que los milicianos pueden operar también del lado israelí con cierta facilidad.
Ninguna organización se ha atribuido el atentado, algo que no es habitual. En Cisjordania la Policía del presidente Mahmud Abás ha detenido a varios dirigentes de la Yihad Islámica para interrogarlos, pero hasta ahora las pesquisas policiales de Israel y de los palestinos no han dado resultados.
El ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, dijo que Hamás es responsable de todo lo que ocurre en Gaza y de las operaciones que se inician en la Franja y que luego se ejecutan en Israel, aunque no sean milicianos de Hamás quienes las realicen. Israel, en cambio, no se siente a menudo responsable de las tropelías que los colonos cometen contra los palestinos a lo largo y ancho de Cisjordania a diario.
Mientras Hamás dice que los cohetes que lanza contra Israel, a los que hay que sumar más de una decena de granadas de mortero, son una respuesta a los ataques de Israel, los israelíes dicen exactamente lo contrario. Hamás ha ofrecido esta semana una vuelta a la calma si Israel hace lo propio, pero los israelíes no han contestado a la iniciativa. El Gobierno de Binyamín Netanyahu no quiere parecer débil delante de su población e intenta mostrar una imagen de fortaleza.
Netanyahu viaja a Moscú
Es evidente que la situación se está agravando y que Israel va a aprovechar también esta ocasión para seguir atacando a los palestinos y ampliar los asentamientos para sus colonos en los territorios ocupados.
A cada ataque o atentado, los israelíes reaccionan inmediatamente con nuevas medidas que perjudican a los palestinos y no contribuyen a la paz, y si todavía no han reaccionado de una manera poderosa al atentado del miércoles es posiblemente para no frustrar el viaje del primer ministro Netanyahu a Moscú.
En París, las autoridades francesas hicieron un nuevo llamamiento al diálogo entre israelíes y palestinos, aunque declaraciones de ese tipo se hacen cada semana y se las lleva el viento.
Sólo una intervención enérgica de la comunidad internacional, que no se limite a las palabras, puede obligar a Israel a sentarse para negociar su retirada de Cisjordania, incluida Jerusalén, y a respetar las leyesinternacionales.
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