jueves, 17 de marzo de 2011

Padres deprimidos golpean más.

Como ocurre con las nuevas madres, los nuevos padres pueden sufrir depresión, y un estudio encontró que un sorprendente número de padres tristes golpean con nalgadas a sus hijos de 1 año.



Alrededor del 40% de los padres deprimidos dijeron en un sondeo que le han dado nalgadas a sus hijos, mientras el número se reduce al 13% entre los padres que no sufrían depresión.



La Academia de Pediatría de Estados Unidos y muchos expertos en el desarrollo de los niños advierten los riesgos de dar palmadas a los hijos a cualquier edad.



Otros estudios han demostrado que los pequeños que las han recibido corren más riesgo de sufrir abuso físico y convertirse en personas agresivas.



Según los investigadores, dar palmadas es especialmente problemático en niños de apenas un año, porque pueden sufrir lesiones y es “improbable que entiendan la conexión entre su comportamiento y el posterior castigo.”



El estudio fue revelado el lunes en la publicación médica Pediatrics. Los autores analizaron datos de 1.746 padres en 16 grandes ciudades de los Estados Unidos, entre 1999 y 2000.



El doctor Neal Davis, quien lideró el estudio, dijo que ésta es la información exhaustiva más reciente sobre el tema, y considera que es relevante hoy.



La depresión entre los padres está relacionada con las cifras de desempleo, que son mucho más altas que hace una década, dijo. Algunos de los padres tenían antecedentes de depresión, pero en otros, ese cuadro estaba probablemente ligado al nacimiento de sus hijos, de un modo similar a la depresión posparto en las mujeres, dijo Davis.



La depresión posparto es más común en las mujeres, y según algunos cálculos, un 25% la desarrolla después de dar a luz. Casos severos han sido asociados a suicidios y muertes de niños.



Se sabe mucho menos sobre la depresión entre los nuevos padres, y el estudio crea mayor conciencia sobre un problema poco reconocido, dijo el doctor Craig Garfield, profesor de pediatría en Northwestern University.



Chris illuminati, un escritor de Lawrenceville, Nueva Jersey, padre de un hijo de un año, dice que leyó los folletos posparto que el pediatra le dio a su esposa durante una visita a su consultorio.



Cuenta que contestó en silencio afirmativamente a las preguntas sobre los síntomas. Iluminati asegura que nunca había experimentado depresión, pero desde que su hijo tenía unos meses de nacido se comenzó a sentir inusualmente abatido, privado de sueño, atrapado y resentido hacía un bebé que dormía de manera irregular y había trastocado su vida.



Aunque dice que nunca le ha dado nalgadas a su hijo, ha sentido la frustración que puede llevar a otros a hacerlo. “Esto debe ser estudiado”, dijo Illuminati. “Lo más difícil va a ser conseguir que los hombres hablen al respecto...o siquiera lo reconozcan”.

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