lunes, 7 de marzo de 2011

Placer y riesgo del café.

Lo más anhelado por quienes gustan de una taza de café es sentirse revitalizado, conseguir calor en épocas de frío o acompañar una esperada conversación.

El café tiene como componente natural a la cafeína, estimulante del sistema nervioso central, que produce en quienes lo consumen un aumento en el estado de alerta y disminución de la fatiga física.

Según explica Evelyn Muñoz, académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la U. Andrés Bello, la cafeína se absorbe rápidamente en el tubo digestivo, alcanzando su máximo nivel en sangre a los 90 minutos después de su ingestión. Permanece en el organismo entre 2.5 y 10 horas, metabolizándose en el hígado en un 95% para luego el 5% restante ser excretado por la orina.

El Canadian Bureau of Chemical Safety, ha indicado que la ingesta diaria recomendada se encuentra entre los 400 a 450 mg. “No es difícil llegar a cubrir esa cantidad de cafeína considerando que una taza de café express de 60 ml, contiene 100 mg y el café instantáneo en 240 ml, tiene 76 mg, aproximadamente en ambos casos”, afirma la profesional.

La nutricionista, sin embargo, sugiere tomar como máximo seis tazones de café instantáneo o cuatro café express al día.

Efectos

Habitualmente el café se relaciona al tabaquismo y al trasnoche con lo que se asocia a un estilo de vida poco saludable y, por lo tanto, médicamente dañino.

Respecto a los efectos adversos, la académica de la UNAB destaca que tomar dos a tres tazas de café en una ocasión, o sea 250 mg de cafeína, puede ocasionar síntomas como palpitaciones, insomnio, ansiedad, agitación psicomotriz y malestar digestivo.

Evelyn Muñoz, advierte además, que existen cuatro trastornos psiquiátricos relacionados con una elevada ingesta de cafeína: intoxicación por cafeína, trastornos del sueño, ansiedad y alteración no especificada desde otros puntos de vista inducidos por cafeína.

La profesional también señala, que la privación de cafeína luego de haber tenido un consumo regular puede ocasionar cefalea, mareo, depresión e irritabilidad. “No sólo la cafeína puede producir malestar, ya que tanto el café normal como el descafeinado puede ocasionar o exacerbar los síntomas de la úlcera péptica, esofagitis erosiva y reflujo gastroesofágico. En adultos de edad avanzada con bajo consumo de calcio o vitamina D, el consumo elevado de cafeína puede incrementar el riesgo de sufrir fracturas”, asegura.

Beneficioso consumo

En lo que se refiere a beneficios, la académica destaca que la cafeína puede ser usada como factor auxiliar en el aumento de la fuerza muscular, ya que mejora el desempeño y retrasa la fatiga durante la actividad física de larga duración. Aumenta además, el gasto energético factor que sería útil en el manejo de los pacientes obesos y sobrepeso.

Estudios demuestran que el consumo de café a largo plazo se relaciona con una notoria disminución en el riesgo de padecer diabetes mellitus. “El café es fuente principal de fenol antioxidante y acido clorogénico, el cual actuaría como protector del páncreas, estimularía la captación de glucosa por los tejidos e inhibiría una hormona que estimula al hígado a producir glucosa a partir de otros nutrientes. Por consiguiente son los antioxidantes del café, con y sin cafeína, anteriormente mencionados los responsables de contrarrestar sus efectos nocivos sobre la tolerancia a la glucosa”, establece la experta.

Evelyn Muñoz además destaca, que existe una relación inversa entre el consumo de café y el riesgo de daño hepático, como la cirrosis y la muerte ocasionada por ella en bebedores de alcohol. Los antioxidantes presentes en el café contribuyen a esta prevención.

“Luego de haber conocido el lado bueno y malo del café debemos concluir que el consumo moderado y regular entregaría significativos beneficios preventivos en personas previamente sanas. Sólo hay que preocuparse de no caer en excesos, con lo cual obtendremos las bondades de esta tentadora bebida evitando sus efectos adversos”, concluye.

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