Hoy domingo ocurrió algo novedoso en nuestra relación amorosa, de pronto muy exaltados de pasión los dos, nos abrimos de capa en el Facebook, dejándole saber al mundo entero que nos amamos y que nos deseamos fuertemente uno al otro.
Habíamos mantenido la relación con un perfil bajo, ante la sociedad en la que nos desenvolvemos cotidianamente, quién sabe por qué motivos inconscientes, pero yo ya había anunciado mi relación amorosa a mis amigos y a mi familia; en cambio, Aura Marina decidió que aun no era tiempo de anunciarlo a los cuatro vientos. Pero ese acuerdo tácito se rompió estrepitosamente, al declararnos amantes en público.
El proyecto amoroso que queremos ensayar juntos, implica reinventar el amor, con otra perspectiva, al aceptar que la existencia de otra persona se convierte en nuestra preocupación. Es ocuparnos del otro de una manera solidaria; cuidarla, mimarla, amarla, son las bases de ese nuevo amor.
La esfera del amor, tiene que ser sustraída de esos mecanismos de la sociedad que impone a todo una feroz competencia. La posmodernidad convierte a las parejas amorosas en rivales salvajes que tiene que competir todo el tiempo, para demostrar quién manda o quién ejerce el poder en la pareja. Ese es el síndrome de lo que se entiende por una pareja moderna.
El mundo del amor es algo diferente, de otra naturaleza, por eso hay que reinventarlo y no dejar que lo avasalle la sociedad con sus formas mercantiles de tratar el amor, con base en simples contratos económicos, descarnados de sensibilidad y aprecio por el otro. Porque al final de una relación se concluye con un arreglo meramente económico, y ¿dónde quedó el amor?
Puesto que, en su intimidad más poderosa, el amor demanda una suerte de confianza "absoluta" en el otro; puesto que vamos a aceptar que ese otro esté totalmente presente en nuestra existencia, y que nuestra vida esté ligada de manera interna e intensa a ese otro, es la prueba palpable de que es posible estar en el otro mundo, el mundo del amor. Hay una ruptura de locura con la sociedad cuando nos enamoramos de esta manera. El mundo del amor debe regirse con otras leyes, con sus propias leyes. Hay que tratar de preservar la potencia subversiva del amor, cuando todos actuemos de ese modo, independiente de las leyes tradicionales del la sociedad en que vivimos.
La falsa idea de buscar una "alma gemela" conlleva al fracaso, no hay que aspirar a encontrar un clon de nosotros mismos, no hay medias naranjas en nuestros caminos, somos seremos completos, individuos diferentes.
Hay que enamorarse apasionadamente del otro, el que es diferente a nosotros, y aceptar esa diferencia sin regateos, no actuar como si temieramos a lo diferente,
como si el otro fuera una amenaza, un enemigo...
Aura Marina y yo hemos dispuesto actuar bajo esta nueva filosofía del amor, la de amar la diferencia sobre todas las cosas.
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