Sylvia Plath, comparte con otras poetisas la búsqueda sin fin del suicidio, así como le sucedió a nuestra admirada Alfonsina Storni y a otras más. Siempre he querido desentrañar los motivos que llevan a la muerte a un ser humano dedicado a la literatura, ¿qué los hace sufrir tanto?
Nacida en el barrio de Jamaica Plain de Boston, Plath mostró gran talento a una edad temprana, al publicar su primer poema con 8 años. Su padre, Otto, que era profesor de universidad y una autoridad en el campo del estudio de la entomología, murió en esa época, el 5 de octubre de 1940. Ella intentó seguir publicando poemas y cuentos en revistas estadounidenses y consiguió cierto éxito.
En su primer año en la universidad de Smith College, Plath realizó el primero de sus intentos de suicidio. Esto lo detalló más tarde en su novela semi-autobiográfica La campana de cristal (The Bell Jar). Fue tratada en una institución psiquiátrica (Hospital McLean) y pareció recuperarse aceptablemente, tras lo que se graduó con honores, en 1955.
Plath obtuvo una beca Fulbright (que permite estudiar o colaborar en universidades extranjeras), por lo que fue a la Universidad de Cambridge, donde continuó escribiendo poesía y ocasionalmente publicaba su trabajo en el periódico universitario Varsity.
Fue en Cambridge donde conoció al poeta inglés Ted Hughes. Se casaron el 16 de junio de 1956. Plath y Hughes vivieron y trabajaron en Estados Unidos desde julio de 1957 hasta octubre de 1959, periodo durante el cual Plath daba clases en Smith College. Posteriormente se mudaron a Boston, donde Plath asistió a seminarios con Robert Lowell.
Este curso tuvo una gran influencia en sus obras. También participaba en los seminarios Anne Sexton. Fue en este periodo cuando Plath y Hughes conocieron, por primera vez, a W. S. Merwin, quien admiraba su trabajo y llegó a ser un gran amigo. Al enterarse de que Plath estaba embarazada, volvieron al Reino Unido.
Vivió junto con Hughes en Londres durante un tiempo, y después se asentaron en North Tawton, un pequeño pueblo en Devon. Publicó su primera recopilación de poesía, El coloso (The Colossus) en Inglaterra en 1960. En febrero de 1961 tuvo un aborto.
Algunos de sus poemas hacen referencia a este hecho. Tuvieron problemas con su matrimonio y se separaron menos de dos años después del nacimiento de su primer hijo. Su separación se debió sobre todo a la aventura amorosa que Hughes tenía con la poetisa Assia Wevill, pero hay quienes especulan que Olwyn Hughes, hermana del poeta, interfirió de manera decisiva en su relación.
Plath retornó a Londres con sus hijos, Frieda y Nicholas. Alquiló un piso donde había vivido W. B. Yeats; esto le encantaba a Plath y lo consideró un buen presagio cuando comenzaba el proceso de su separación. El invierno de 1962/1963 fue muy duro. El 11 de febrero de 1963, enferma y con poco dinero, Plath se suicidó asfixiándose con gas. Está enterrada en el cementerio de Heptonstall, West Yorkshire.
Aunque durante mucho tiempo se consideró que sus repetidas depresiones e intentos de suicidio se debieron a la muerte de su padre cuando ella contaba nueve años, pérdida que nunca logró superar, hoy se sabe con certeza que padecía trastorno bipolar, enfermedad mental que en la actualidad tiene adecuado tratamiento.
Su hijo Nicholas Hughes Plath fue un hombre solitario; se refugió en la privacidad de Alaska como profesor en la Universidad de Alaska Fairbanks. Maníaco depresivo y solitario, nunca se casó ni tuvo hijos, y el 16 de marzo de 2009 se suicidó en Alaska.
Su viudo, Hughes, se convirtió en el editor del legado personal y literario de Plath. Supervisó y editó la publicación de sus manuscritos. También destruyó el último volumen del diario de Plath, que trataba del tiempo que pasaron juntos. En 1982, Plath fue la primera poeta en ganar un premio Pulitzer póstumo (por Poemas completos -The Collected Poems)
Muchos críticos, sobre todo del ámbito feminista, han acusado a Hughes de intentar controlar las publicaciones para su propio beneficio. Por su parte, Hughes lo ha negado enérgicamente, aunque llegó a un acuerdo con la madre de Plath, Aurelia, cuando ésta intentó evitar la publicación de las obras más controvertidas de su hija en Estados Unidos, lo cual para muchos fue muy egoísta por parte de Hughes.
En su última recopilación, Cartas de cumpleaños (Birthday Letters), Hughes rompió su silencio acerca de Plath. En esta obra es extremadamente franco, aunque no pide disculpas. El diseño de la tapa del libro fue hecho por Frieda.
Los primeros poemas de Plath fueron recopilados en su primer libro, El coloso (The Colossus); aunque bien recibido por la crítica, ha sido a menudo descrito como convencional y carente del drama de sus obras posteriores.
Ha habido mucho debate sobre cuánto se vio Sylvia Plath influenciada por el trabajo de Hughes. La propia poetisa admite, en sus diarios de vida, sus propios intentos por explorar la animalidad y salvajismo que distinguen la obra de Hughes. De hecho, el poema Panther fue escrito poco tiempo después de conocer a Hughes, y está dedicado a él. Muchísimos artículos, ensayos y libros han surgido acerca de este tema. De todos modos está claro, por sus diarios y cartas, que admiraba mucho el talento de Hughes y le mostró respeto incluso tras su divorcio.
Los poemas en Ariel marcan el punto de inflexión de sus primeras obras hacia un área de poesía más confesional. Es probable que las enseñanzas de Lowell, quien enfatizaba lo confesional, hayan tenido mucha importancia en este cambio. El impacto de la publicación de Ariel fue muy dramático, con sus francas descripciones del descenso hacia la locura. Las obras de Plath también han sido asociadas con Sexton. Ambas sufrieron de enfermedades mentales y se suicidaron, por lo que las comparaciones son, quizás, inevitables.
A pesar de las numerosas críticas y biografías tras su muerte, el debate acerca de las obras de Plath a menudo deja ver la lucha entre aquellos que están de su parte y aquellos que están del lado de Hughes. Una prueba del nivel de crispación son las repetidas acciones contra la palabra Hughes cincelada sobre la lápida de la tumba de Plath.
Durante los años 70 predominaban las interpretaciones biográfico-psicoanalíticas de la obra de Plath, mientras que ya en los 80 y 90 se prefiere un estudio crítico feminista y de género. Esta diferencia se percibe sobre todo en la comparación entre las biografías de Plath que ha tenido lugar desde entonces, así como en la obra crítica que se ha dedicado a esta autora.
La publicación casi completa (excluyendo los ejemplares destruidos) de sus diarios de vida, tras la muerte de Hughes en 1998, ha servido para aclarar muchos puntos de especulación, y para dirigir el interés de los lectores hacia una comprensión más profunda del método y la sensibilidad en el genio creativo de Plath.
Sylvia Plath ganó fama y dinero después de muerta, esa es la paradoja de su existencia atribulada.
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