viernes, 4 de marzo de 2011

Cuba-EEUU, tensiones de nuevo.

Las tensiones entre Cuba y Estados Unidos vuelven a llegar hasta los tribunales. En esta ocasión, el nombre del acusado es Alan Gross, un ciudadano norteamericano detenido en la isla en diciembre de 2009 por distribuir ilegalmente equipos de comunicación satelital, motivo por el cual el Gobierno de Raúl Castro le acusa de realizar "actos contra la independencia y la integridad del Estado" y solicita una sanción de 20 años de cárcel.

El juicio, convertido en un proceso político a Washington por su apoyo abierto a los grupos opositores cubanos, ha comenzado este viernes en el Tribunal Provincial de La Habana sin acceso para la prensa extranjera.

El juicio, en momentos en que la administración de Barack Obama había dado tímidos pasos de distensión, se ha convertido en un nuevo foco de tensiones bilaterales. El Departamento de Estado de EEUU ha advertido que mientras Gross este preso no podrá "avanzarse" en la línea de un acercamiento entre los dos países, y Cuba exhibe el caso como una demostración de que el apoyo de Washington a la "subversión" en la isla no ha cambiado con Obama.

En el momento de ser detenido, Gross, de 61 años, trabajaba para una empresa subcontratada por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), que financia con millones de dólares diversos programas destinados a "promover la democracia" en la isla.

El Gobierno cubano le acusa de introducir ilegalmente diversos equipos de comunicación satelital para su distribución entre sectores de la oposición, algo que niega Washington arguyendo que el contratista estadounidense simplemente se encontraba en la isla para ayudar a la pequeña comunidad judía y facilitar a sus miembros diversos equipos para conectarse a Internet, algo normal en cualquier país del mundo. Durante 2009, Gross había viajado a la isla en cinco ocasiones.

El delito por el que se le enjuicia es el mismo por el que fueron condenados a prisión 75 opositores en la primavera de 2003. Como en aquellos procesos, en vísperas del juicio a Gross los órganos de inteligencia cubanos han destapado a varios de sus agentes infiltrados en las filas de la disidencia y de grupos opositores como las Damas de Blanco. Según diversos observadores, el objetivo es demostrar que Washington es el financiador y principal organizador de la oposición.

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