miércoles, 2 de marzo de 2011

El glamour en la revolución árabe.

En estos tiempos convulsos en que una ola de cambios invade Oriente Medio, el número de marzo de Vogue EE UU publica un artículo sobre la mujer del dictador de Siria que lleva por título: "Una rosa en el desierto". "Asma al Assad es glamourosa, joven y muy chic, la más refrescante y magnética de las primeras damas". Así comienza el texto.

El texto valora el trabajo del presidente y el 'glamour' de la primera dama
La foto que ilustra el reportaje, realizada por el fotógrafo de guerra James Matchwey, muestra a la esposa del presidente sirio, Bashar al Assad, arropada por seda rosa -¿puede ser más obvio?- mirando segura y reflexiva hacia el futuro, con Damasco al fondo. Otras dos instantáneas prueban el cosmopolitismo de la pareja, con un paseo por una calle de París, y su papel de padres corrientes, de esos que se tiran por el suelo para jugar con sus hijos, sin importarles su condición de mandatarios, en este caso de uno de los Estados más opresivos de la región.

Vogue ha defendido de inmediato su historia y se justifica con el clásico argumento periodístico sobre las fechas de cierre de la revista y en al tratarse de una publicación mensual de la envergadura de esta revista de moda, debe de prever los reportajes con varios meses de anticipación.

En el caso de la señora de Assad, cuyo oficio también es en este momento dedicarse a tareas caritativas a través de su ONG Massar, el artículo se planeó con "más de un año", ha asegurado Chris Knutsen, editor del reportaje, a la publicación The Atlantic.

"El reportaje no pretendía ser en ningún momento un referéndum sobre el régimen de Assad. Era un perfil sobre la primera dama", insiste Knutsen a la publicación política. Según Vogue, sus lectores sobrepasan los 11 millones. A todos ellos les cuenta este mes "la rara combinación" que es Asma al Assad, "delgada, una belleza de largos miembros con una entrenada y analítica mente que se viste con astuta modestia".

Aunque en época de revoluciones, por mucho que Damasco no quiera darse por enterado o silencie las protestas a sangre y fuego , más allá de Hezbolá y de la rutina de ir al gimnasio de la primera dama, la frase para camuflar democracias que no lo son sin duda es la que figura en la décima línea del segundo párrafo: "El esposo de Asma fue elegido presidente de Siria en el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafed al Assad, con un asombroso 97% de los votos". Todo muy asombroso.

Que las primeras damas de los países de Oriente Medio están siendo observadas al milímetro estos días no es ningún secreto. Una de las más seguidas es Rania de Jordania por su afición a visitar las firmas más exclusivas de moda. De hecho, en los últimos días, varios medios internacionales han recogido rumores de una posible separación de los Reyes de Jordania para acabar con esa imagen de glamour en medio de la revolución.

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