miércoles, 2 de marzo de 2011

Hablan Obama y Calderón.

Barack Obama recibe hoy en la Casa Blanca al presidente mexicano, Felipe Calderón, en un momento en que las relaciones entre ambos pasíes están empañadas por el asesinato el pasado 15 de febrero de un agente del Servicio de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos en México. La muerte de Jaime Zapata ha sido la primera de un agente federal estadounidense en suelo mexicano en 26 años. Otro agente resultó herido durante el ataque de los narcotraficantes.

El comercio y la inmigración serán sin duda temas en la agenda de los dos mandatarios pero la violencia y la inseguridad que provoca el tráfico de drogas y la cooperación contra el crimen organizado serán asuntos prioritarios. Más de 35 mil personas han muerto en México desde que Calderón llegó al poder en 2006.

Obama está comprometido con la fuerte asociación que Estados Unidos tiene con México. Esta es la razón para el encuentro, declaró ayer el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, ante las preguntas de por qué en este momento la visita de Calderón.

En los círculos políticos de Washington se especula con que la guerra del narco, el escándalo de los cables de Wikileaks y algunas iniciativas norteamericanas en temas de inmigración como las del Estado de Arizona han tensado en los últimos meses unas relaciones que parecían haber mejorado durante los últimos años.

Fuentes de la Casa Blanca citadas por la agencia France Press informaban anoche de que uno de los temas que Obama pondrá sobre la mesa será la idea de que los agentes norteamericanos en el interior de México puedan ir armados, algo que se prohibió en 1990. "Es una prioridad para el Gobierno de EEUU asegurarse de que se toman todas las medidas necesarias para proteger a nuestro personal", dijo la fuente que pidió mantener el anonimato.

Por otro lado, la organización de defensa de los derechos humanos Human Right Watch (HRW) instó ayer a Obama a que presione a Calderón para que se respeten esos derechos en México y que las fuerzas de seguridad respondan por sus actos. Según informó HRW a este diario, la militarización de la lucha contra la droga ha producido un aumento significativo en los abusos graves a los derechos humanos.

Uno de los fallos más evidentes de la estrategia de Calderón en su lucha contra los carteles de narcotráfico ha sido la falta de respuestas ante los abusos generalizados de las fuerzas del orden, dijo José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW en Washington.

Solo en 2010, más de 15.000 personas perdían la vida por la violencia del narco. Cualquier debate serio sobre las alternativas para mejorar la cooperación en materia de seguridad entre Estados Unidos y México debe abordar este tema, finalizó Vivanco

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