Decenas de miles de personas han comenzado este sábado en Londres la multitudinaria protesta contra las medidas de austeridad anunciadas por la coalición de Gobierno británica, en lo que va a convertirse en la mayor manifestación convocada en la capital desde la invasión de Iraq, en 2003.
Estas medidas forman parte del programa de reducción de deuda preparado por el Gobierno del primer ministro David Cameron para eliminar virtualmente en 2015 el déficit de presupuesto, que actualmente llega al 10 por ciento del PIB, a fin de proteger las calificaciones de crédito triple A de Reino Unido.
Sin embargo, los sindicatos argumentan que las medidas han ido demasiado lejos muy rápido y carecen de solidez económica, arriesgando el futuro de la recuperación y dejando en la miseria a millones de británicos de clase media y baja, en un momento en el que la tasa de desempleo se encuentra en su nivel más elevado desde 1994.
Las asociaciones de trabajadores anticipan una asistencia no inferior a las 250.000 personas -bajo la vigilancia de más de 4.500 policías- en un acto que el secretario general del sindicato Unison, Dave Prentis, ha calificado de "absolutamente increíble". "Va a ser enorme, mucho mayor de lo que nos esperamos, una protesta de gente corriente y trabajadora, de familias normales, que van a exigir a esta coalición que deje de recortar empleos y servicios públicos", indicó a la cadena BBC.
Una encuesta publicada este sábado muestra división popular sobre los recortes con ligera mayoría (35%) de quienes piensan que las reformas "han llegado demasiado lejos". Un 29 por ciento, no obstante, aprueba la medida propuesta por el Gobierno, según el sondeo de ICM para 'The Guardian'. El secretario de Educación, Michael Gove, aseguró comprender "la rabia y la inquietud de los manifestantes", pero argumentó que el Gobierno conservador está lidiando con "la herencia de un terrible desastre económico" procedente de la anterior legislatura laborista del ex primer ministro Gordon Brown.
El líder de los laboristas, Ed Miliband, defendió ayer viernes de una manera enconada la celebración de la manifestación. Miliband, a quien el Ejecutivo acusa de no haber presentado un plan alternativo, aseguró que "el Gobierno cometerá un grave error si siguen considerando a los manifestantes como 'alborotadores' o 'los mismos de siempre', porque no lo son". Miliband, precisamente, será el encargado de culminar la protesta con un discurso que tiene previsto dar en Hyde Park, punto de llegada de la manifestación en torno a las 14.00 de la tarde, hora española, en el que, según el diario The Guardian, acusará a la coalición de fomentar "una política de división" como no se ha visto desde la "podrida" era de la ex primera ministra Margaret Thatcher.
Gove, en respuesta, acusó a Miliband de lanzarse a la palestra sin presentar un plan alternativo. "Está pidiendo al Gobierno que cambie a un plan B cuando él ni siquiera tiene un plan A", señaló el secretario de Educación, quien advirtió a Miliband de que este comportamiento podría provocar que la marcha "inicialmente planeada como un evento familiar, termine evolucionando hacia algo más siniestro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario