La parisina Erica Simone lleva días protagonizando titulares de la prensa neoyorquina, pese a que todavía no ha mostrado oficialmente en público las fotos de sí misma, de 25 años, en las que aparece desnuda haciendo todo tipo de actividades por la Gran Manzana.
"Yo me lo estoy pasando fenomenal con esto, aunque desde luego no soy una exhibicionista ni tengo particular interés en el nudismo, simplemente se me ocurrió que sería una idea interesante y decidí fotografiarme a mí misma en lugar de a otras personas", explicó hoy a Efe la propia Simone, que primero llamó la atención de los blogs locales y esta semana ya ha saltado a los grandes medios de la ciudad.
En su colección Nue York: Autorretratos de una Ciudadana Urbana Desnuda ("nue" por "desnuda" en francés) se puede ver a la joven fotógrafa haciendo deporte por el parque, montada de acompañante sobre una motocicleta, comprando un perrito caliente o sentada leyendo el periódico mientras espera que le laven en coche.
Todas serían instantáneas relativamente corrientes si no fuera porque ella posa completamente desnuda, al igual que en otras en las que sale sentada en un banco, en la peluquería, tomando un café y hasta en el suelo, ataviada sólo con un gorro de lana y pidiendo limosna para comprarse ropa.
La artista, que asegura contar con "el apoyo total" de su madre, que está en París, y de sus amigos, -que dicen que está loca "pero que es muy divertido"-, realizó las primeras fotos de sí misma desnuda en la Gran Manzana hacia agosto de 2009.
"Todo esto se me ocurrió durante una edición de la Semana de la Moda. Pensé qué sería de nosotros sin la ropa y consideré interesante ahondar en esa idea", explicó Simone, quien precisamente por esa época también se topó con un documental de la artista neoyorquina Miru Kim, quien se hizo famosa por sus autorretratos posando desnuda en ambientes industriales.
Simone detalló que "la obra de Kim se centra mucho más en escenarios de tinte industrial, como fábricas, túneles, almacenes o grandes infraestructuras y tiene además un aspecto más artístico". "Mi idea es más meterme en la vida cotidiana, buscar la imagen de la vida normal y meter ahí un desnudo", apuntó la artista, quien decidió fotografiarse a sí misma porque, afirmó, "así no hay que estar pendiente de los horarios de nadie, de sus preferencias o de su maquillaje".
La artista ha seleccionado un total de veinte instantáneas que mostrará en una exposición en la Dash Gallery del barrio neoyorquino de Tribeca con la intención de venderlas por precios que parten de un mínimo de 1.750 dólares, según detalló la propia Simone, que entre otros proyectos también trabaja en la publicación de un libro sobre retratos de niños huérfanos de Camboya.
Pese a que asegura que no es una exhibicionista ni le gusta particularmente ir desnuda -"ni siquiera suelo practicar nudismo"-, otras fotografías la muestran sentada en el metro como una pasajera más, apoyada sobre el quicio de una ventana con otros amigos (éstos vestidos), en la biblioteca, comprando un 'pretzel' e incluso con una pala retirando la nieve de las aceras.
"He recibido muchísimos correos y sólo uno con críticas. Además, no soy una exhibicionista, pero me gusta la adrenalina que acompaña a todo esto", explica la fotógrafa, que dice no necesitar más que un trípode y unos minutos para realizar sus provocativas fotos.
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