Preocupados por lo que calificaron "una situación sin precedentes", un numeroso grupo de medios de comunicación mexicanos firmaron la mañana de ayer un decálogo para la cobertura de la violencia generada por el narcotráfico en México. El acuerdo, según sus promotores, pretende también garantizar que los periodistas ejerzan su trabajo con libertad y seguridad. Los organizadores afirmaron que el "poder intimidatorio" de las bandas criminales representa una amenaza "a las instituciones y prácticas" que sustentan la vida democrática de México.
El grupo es liderado por las dos principales cadenas de televisión de este país, Televisa y Televisión Azteca. El acuerdo recomienda a los periodistas tomar una clara postura en contra de los carteles -"condenar y rechazar la violencia"y nunca "justificar" las acciones o los argumentos de criminales-. También les pide no convertirse en un portavoz involuntario de la delincuencia organizada, lo que incluye, subrayan, "no usar su lenguaje".
Algunos puntos subrayan las funciones básicas del periodismo, como valorar adecuadamente la información ("explicar cuál es el tamaño y la situación real del problema") y otros más piden evitar la autocensura y atribuir responsabilidades de forma explícita, tanto el "ejercicio indebido del poder" como la responsabilidad de los crímenes. El acuerdo también recomienda no "condenar" a los detenidos que no cuentan aún con una sentencia y proteger la imagen de las víctimas y de los menores de edad involucrados en hechos violentos.
Los medios reunidos se comprometieron a alentar la participación y la denuncia ciudadana y a la institución de protocolos y medidas para la seguridad de sus trabajadores en la cobertura de la información. El Comité de Protección a los Periodistas, con sede en Nueva York, asegura que al menos 30 periodistas han sido asesinados o desaparecidos en México desde que el Gobierno de Felipe Calderón comenzó una ofensiva contra el narcotráfico en diciembre de 2006.
Sobre esta situación, los medios aseguraron que se solidarizarían ante cualquier amenaza que interfiera en su trabajo. Finalmente, el convenio subraya que los medios no deben "interferir en el combate a la delincuencia" y que se abstendrán de "difundir información que ponga en riesgo los operativos" que realicen los cuerpos policiales y a los involucrados en los mismos.
La firma se realizó en el Museo de Antropología de la Ciudad de México y la ceremonia fue transmitida en directo por los principales canales de televisión y cadenas de radio. El acuerdo incluye la constitución de un consejo técnico integrado por académicos y escritores y que dará vigilará se cumple o no con lo firmado. A los medios de comunicación se unieron otros organismos empresariales y ciudadanos que manifestaron su apoyo en la página web www.mexicodeacuerdo.org Otros medios criticaron el acuerdo, entre ellos el periódico La Jornada, que en su contraportada publicó: "Penoso, el harakiri mediático que tendrá lugar hoy en el Museo Nacional de Antropología. Firmarán un esperpéntico acuerdo para portarse bien. ¿Quién lo exigió?".
El periódico Reforma y la cadena MVS tampoco asistieron a la firma. Un pacto similar, convocado por el gobierno de Felipe Calderón hace tres años, tuvo cero resultados. En la ceremonia de este jueves no apareció ningún funcionario gubernamental.
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