jueves, 11 de noviembre de 2010

Papá Gobierno se desentiende de sus hijos.

Durante el siglo XX se afianzaron algunas política sociales avanzadas en materia de subsidios a la población, para que pudieran gozar de una seguridad social amplia y generosa. A este esquema social se le denominó: el Estado benefactor. Muchos paises europeos lo pusieron en práctica y fueron un modelo para otras sociedades del Tercer Mundo. Hoy, los Estados Benefactores están en plena retirada, tal como lo revelan los acontecimientos recientes en Inglaterra.

El Gobierno británico ha anunciado hoy una reforma de las prestaciones por desempleo que incluye sanciones para los parados que rechacen un trabajo o la obligación de realizar faenas comunitarias so pena de perder el subsidio.

El Libro Blanco sobre el paro que ha presentado el secretario de Empleo y Pensiones, Iain Duncan Smith, forma parte de la política de recorte del gasto emprendida por el Gobierno de David Cameron para reducir el gasto público y enjugar la deuda pública.

Ayer, los estudiantes protestaron en Londres por la subida de las tasas universitarias incluida en esa política, protestas que derivaron en un asalto a la sede del partido conservador, que terminó con destrozos en el edificio tory y varios detenidos y heridos.

El primer ministro, David Cameron, que ha viajado a Seúl para asistir a la cumbre del G-20, ya adelantó el tenor de las reformas. "El mensaje es claro. Si puedes trabajar, vivir de las prestaciones no será ya una opción. Si se pide a la gente que haga trabajos para la comunidad, se esperará que lo hagan. Si un funcionario les pide que soliciten un trabajo, tendrán que moverse. Si a personas que pueden trabajar se les ofrece un trabajo, se esperará que lo cojan. Ése es el trato. Si lo rompes, perderás tus prestaciones. Si lo haces tres veces, perderás tus prestaciones durante tres años".

Según adelantaban varios diarios británicos y luego ha confirmado Duncan, los parados perderán sus prestaciones durante tres meses si rechazan una primera oferta de trabajo, durante seis si lo hacen por segunda vez y durante tres años si rechazan una tercera.

Se trata, según el diario The Guardian, de las sanciones más severas impuestas por un gobierno británico a los desempleados. La reforma también incluye la obligatoriedad de realizar trabajos para la comunidad (jardinería, limpieza...) bajo la amenaza de perder la prestación. El plan de Duncan también implica unificar en uno solo, de carácter universal, la complicada serie de beneficios sociales existentes. En realidad, las sanciones ya existen para los casos en que los desempleados ignoren una llamada del adviser, el funcionario del centro de empleo donde residan, y estos funcionarios pueden sancionar, aunque actualmente rara vez lo hacen.

Según ha declarado Duncan antes de presentar el plan, hay millones de personas en el Reino Unido que se han acostumbrado a los beneficios del Estado y comunidades enteras donde varias generaciones de familias llevan años sin trabajar, algo que pretende combatir el nuevo plan. Ya en los Comunes, ha comenzado subrayando la idea fundamental del plan: que para el parado sea más rentable trabajar que permanecer en casa cobrando uno o varios subsidios. "Estas reformas están pensadas para devolver al mercado de trabajo a personas que se han apartado del mercado".

Además, sostiene que con el nuevo sistema, el parado que encuentre trabajo tendrá menos deducciones sobre lo que gane. Sostiene finalmente que esta reforma sacará de la pobreza a 500 mil adultos y 350 mil niños.

Las críticas a la reforma vienen del hecho de que se espere que los parados acepten obligatoriamente los trabajos en un momento en que no abunda y se espera que aumente la tasa de paro. El primer ministro Cameron argumenta que la reforma es necesaria para evitar una cultura de la dependencia. Apuesta por una reforma que haga que merezca siempre más la pena trabajar que permanecer parado cobrando una o varias prestaciones. Cree el Gobierno que, con cinco millones de personas recibiendo una prestación y otros dos millones de personas viviendo en hogares sin ingresos, está obligado a una reforma en profundidad del sistema.

Estas son las medidas económicas de los países del Primer Mundo, para que su población trabaje y no solo viva de los subsidios. El asunto crucial es el de la generación de empleos, que en una crisis global como la actual no es muy factible crearlos en abundancia. A ver qué resuelve la Gran Bretaña en breve...

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