jueves, 10 de marzo de 2011

La buena literatura siempre es crítica.

En materia de literatura –como en la mayoría de las cosas de la vida– o se es bueno o no lo es. Así, el Premio Nobel de Literatura 2010 Mario Vargas Llosa definió que la buena literatura es capaz de todo: de fomentar la crítica social, de formar ciudadanos “menos manipulables” y de clarificar la palabra y el pensamiento en sus lectores.

La Gran Sala del Teatro de la Ciudad se llenó casi en su totalidad por estudiantes de la UANL, del Tecnológico de Monterrey, de la UDEM y de la Universidad Regiomontana, quienes escucharon al narrador y dramaturgo peruano durante poco más de una hora.

Recién aterrizado en Monterrey, el autor referente en la generación del Boom latinoamericano llegó al Teatro de la Ciudad en una camioneta que era resguardada por otro vehículo donde viajaban sus escoltas.

A la misma hora y a poco menos de un kilómetro, otro Premio Nobel –sólo que de la Paz– ofrecía una conferencia sobre los derechos de las mujeres indígenas. Sin contar con seguridad personal, la activista social guatemalteca Rigoberta Menchú Tum se dio el tiempo hasta de firmar libros en el Aula Magna.

Durante los primeros 15 minutos de su charla, Vargas Llosa defendió y enalteció el acto de la lectura literaria. En este tiempo, enalteció las bondades de leer buena literatura, especialmente en el campo de formar ciudadanos conscientes y críticos.

“Un buen lector, profundamente impregnado de buena literatura, sea siempre e inevitablemente un crítico de la realidad. Este tipo de lector es un ciudadano crítico en el mundo en que vive, y es un ciudadano mucho más difícil de manipular y engañar”, expuso Vargas Llosa, quien fue acompañado por la escritora local Ana Laura Santamaría.

El autor de obras como La ciudad y los perros o La tía Julia y el escribidor está en la ciudad para recibir el Premio Internacional Alfonso Reyes 2010, que se le entregará hoy a las 11:00 en el Palacio de Gobierno.

El escritor desde su motivación

Tanto en su discurso como en las respuestas que ofreció a los estudiantes, Mario Vargas Llosa utilizó un término de manera recurrente: “ser auténtico”.

En primera instancia, habló de la autenticidad y de seguir la “vocación personal” para tratar de ser “menos infeliz” que la mayoría, que lo es haciendo un trabajo que sólo busca la remuneración económica.

“Las personas menos infelices que he conocido son aquellas que tuvieron el privilegio de dedicar su vida a las cosas que les gustaban”, reflexionó ante la pregunta de un joven de la UDEM.

Minutos más tarde, volvió a tocar el término de la “autenticidad” y el consejo de “hacer lo que la vocación mande. Ocurrió cuando una joven representante de la UANL le cuestionó sobre el papel del escritor y la literatura como agente de cambio social.

Si bien defendió al escritor que siente “por voluntad” la necesidad de escribir crítica social porque considera que el mundo actual es injusto, criticó que este género literario se vuelva “un panfleto o propaganda política”. En resumidas cuentas, señaló que “el buen escritor debe escribir sobre lo que auténticamente le motive”, ya sea un problema de introspección personal o su deseo de contribuir socialmente a un cambio.

“Los escritores deben escribir sobre aquello los motiva, los empuja, los induce, y si lo hacen así, con gran originalidad y gran riqueza, aunque parezca que están escribiendo desde el egoísmo pueden llegar a ser verdaderamente motivadora desde un punto de vista social”, expuso.

“Temo por el libro digital”

En su faceta de profeta, Mario Vargas Llosa no percibe que la digitalización de la lectura ofrezca beneficios a la literatura. Es más, sentencia que con el llamado e-book pasará lo mismo que con la televisión: sólo ofrecerá contenidos baratos para masificarlos.

Como principal problema, indicó que la falta de críticos literarios “alejados de las academias” y de los que reseñan por petición de las editoriales ha propiciado que para la sociedad en general “sea muy difícil identificar cuál es un buen libro y cual no”.

Y de ahí saltamos a los pronósticos sobre el libro digital.

“Mi temor es que la pantalla vaya acelerando una literatura, o una ficción, que tenga la pobreza de inteligencia, de imaginación o de sensibilidad que ha producido la televisión”, afirmó.

“Tengo miedo que pase lo mismo que con la televisión, que fue un gran inventó que nos acercó a todos, pero que terminó por ofrecernos contenidos pobres”, advirtió.

Claves

Su agenda para hoy

A las 10:00 el autor peruano develará la placa alusiva al Premio Alfonso Reyes en la Capilla Alfonsina de la UANL.

A las 11:30 recibirá el Premio Alfonso Reyes de manos del gobernador Rodrigo Medina de la Cruz, en una ceremonia a realizarse en el Palacio de Cantera.

Este último evento se transmitirá en directo por TV Nuevo León. Al finalizar el mismo, el autor partirá de la ciudad.

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