Con referencias que introdujeron a los temas que tienen que ver con las mujeres de hoy y su actuación “continuamente en aumento” en el campo de la arquitectura, la especialista Sara Topelson participó hoy en el Primer Congreso Internacional “La experiencia intelectual de las mujeres en el Siglo XXI”.
Al tomar parte en la mesa de trabajo “Arquitectas”, la especialista mexicana en ese campo profesional, Sara Topelson, mencionó que la arquitectura posiblemente es uno de los tantos desafíos de la mujer de hoy, en el inicio del siglo y del milenio, y como en todas las profesiones, radica en la posibilidad de compaginar varias cosas.
Compaginar, añadió, el reto del desarrollo personal con las demandas de la vida familiar y de la vida profesional y eso, aseguró, es común a todas. Para hacer clara y visible su posición, Topelson recordó la anécdota surgida durante un acto al que ella asistió y en el que estuvo presente Griselda Álvarez.
“Álvarez, quien fue la primera gobernadora que tuvo México, comenzó diciendo que ser mujer no es una travesura de los cromosomas, es trabajar el doble para obtener la mitad. Y en eso estamos, advirtió la conferencista en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, sede del encuentro.
“La percepción que la mujer tiene de sí misma y de su papel ante la sociedad, ha venido cambiando continuamente y se manifiesta en todos los marcos de su actividad. La mujer actual tiene el difícil reto de mantener el equilibrio entre una gran cantidad de metas, actividades, deseos y demandas”, dijo Topelson.
Dijo luego que las mujeres “somos como malabaristas”, porque deben tomar sus decisiones que les permitan mantener un balance y saber cuál de las siete, ocho, o 10 bolas que traen en el aire cachar en cada momento de su vida diaria y en cada temporalidad que se les presen en el transcurrir del tiempo.
Las mujeres, durante el último siglo, abonó a su discurso la arquitecta, han participado cada vez más en la vida productiva del país, y hoy en día, es una realidad que para poder satisfacer las demandas de la familia se requiere del aporte económico de los dos integrantes de la parejas.
“En algunas profesiones, el ingreso de las mujeres ha sido más fácil y en otras más lenta y difícil, como en las áreas de la ingeniería civil, de la ingeniería electrónica y la arquitectura. Sin embargo, en el Siglo XIX ya había mujeres en ese campo”.
En México, dijo, el panorama es más reciente, porque la primera mujer que se recibió de la Escuela de Arquitectura fue María Luisa Dehesa de Millán, en 1937, hace apenas 74 años “en una profesión milenaria, pero que siempre estuvo dominada por el género masculino, desde los griegos y los romanos”.
Topelson, quien ha desarrollado proyectos en las áreas de habitación, educación, industria, comercio y vivienda, subrayó que hoy en México existen mujeres que han destacado como grandes arquitectas, con edificios icónicos, y en general, en todos los campos de la arquitectura.
“En México, en años de Dehesa Millán, había 108 estudiantes en esa escuela, de los cuales cinco eran mujeres; en los 60, el 15 por ciento eran mujeres; en los 80 subió a 25 por ciento, y en el 2011 más del 50 por ciento de la población de las escuelas de arquitectura son mujeres”, concluyó la arquitecta.
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