Kerry le ofrece a Palestina un plan económico que abriría vías a la paz
El presidente palestino, Mahmud Abbas, dice que rechazará un acuerdo con fronteras provisionales
Simón Peres acepta como válida la última propuesta que efectuó la Liga Árabe a través de Catar
David Alandete
Jerusalén
26 MAY 2013 - 19:53 CET42
Lo que la diplomacia y la política no han conseguido, John Kerry
espera que ahora lo logre la economía. Al término de dos meses de
intensas gestiones diplomáticas con israelíes y palestinos, el
secretario de Estado norteamericano presentó este domingo un plan que
contempla unos 3.100 millones de dólares de inversión en Cisjordania,
del que espera que siente las bases para una independencia económica
palestina, que le permita a un futuro Estado emanciparse y caminar en
solitario. Kerry dijo que, paralelamente a esas inversiones económicas,
tanto palestinos como israelíes deben volver al proceso negociador,
antes de que sea demasiado tarde para lograr un acuerdo.
Después de haber visitado Jerusalén y Ramala en cuatro ocasiones desde febrero, Kerry dijo este domingo en un discurso en el Foro Económico Mundial, en la parte jordana del mar Muerto, que es hora de que ambas partes tomen “decisiones difíciles”. El jefe de la diplomacia norteamericana le ha dado a los líderes israelíes y palestinos hasta dos semanas de plazo para considerar sus propuestas y comunicarle si están dispuestos a volver a la mesa de negociaciones. Las conversaciones de paz están estancadas desde 2010, después de que Barack Obama lograra que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenara una congelación en la expansión de asentamientos de colonos.
“Es un plan para la economía palestina que es mayor, más valiente y ambicioso, que nada de lo que se haya propuesto desde [los acuerdos de] Oslo, hace 20 años”, dijo Kerry en una apasionada defensa de sus gestiones. El secretario de Estado dijo que no se ha dejado convencer por aquellos que ven con “cinismo y escepticismo” la posibilidad de llevar a la paz a Oriente Próximo. “El cinismo nunca a creado nada, y ciertamente no ha creado un Estado”, dijo. Kerry, de hecho, ha comenzado su mandato dedicando una gran parte de su atención y trabajo a sentar las bases para la la reanudación de las negociaciones.
El presidente israelí, Simón Peres, se convirtió este domingo en el
primer oficial israelí en aceptar como válida una reciente oferta del
emirato de Catar de rescatar el plan de la Liga Árabe,
presentado inicialmente en 2002, por el cual se ofrecía a Israel la paz
con los Estados miembros si se retiraba a las fronteras previas a la
guerra de 1967. En esta ocasión, Catar incluyó una provisión por la que
aceptaría intercambio de tierras respecto a esas fronteras, para
permitir que Israel se anexione de forma definitiva los grandes bloques
de asentamientos de colonos, a cambio de ceder otros terrenos a los
palestinos. Viven en Cisjordania y Jerusalén Este más de 500.000
israelíes.
“La iniciativa árabe de paz supone un cambio significativo y una oportunidad estratégica”, dijo Peres en su discurso, entre aplausos. “Reemplaza las estrategias de guerra por la sabiduría de la paz. Debemos apartarnos del escepticismo y dejar de creer que la guerra es inevitable”, añadió. Peres no es miembro del Ejecutivo, sin embargo, y nadie en el gabinete de Benjamín Netanyahu ha aceptado formalmente esa oferta.
Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abbas, respondió que
los procesos económicos no deberían sustituir a los políticos. “La
ciudadanía palestina no aceptará acuerdos temporales, fronteras
provisionales o soluciones económicas mientras se dejan de lado las
soluciones políticas”, dijo. Con ello pide a los israelíes que acudan a
la mesa de negociaciones, si lo hacen, con mapas concretos, como ya lo
ha hecho en el pasado, para disponer de unas fronteras a partir de las
cuales poder llegar a un compromiso final.
El plan económico de Kerry consta de siete puntos. El principal, según fuentes diplomáticas: ofrecerle a un futuro Estado palestino la posibilidad de la independencia energética. Con la aquiescencia de Netanyahu, Kerry le ofrecería a Abbas la posibilidad de explotar reservas de gas natural frente a la franja de Gaza y de potasio en el mar Muerto. Además, pediría a Israel que permita la construcción de una planta eléctrica de 600 megavatios, en Yenín, norte de Cisjordania. Gaza ya cuenta con su propia planta eléctrica.
Con inversiones de empresas extranjeras, y la cooperación de Israel, Kerry se ha marcado una serie de objetivos: rebajar el desempleo de Cisjordania del 21% al 8%; incrementar el salario medio en un 40% (es de unos 15 euros diarios, según la Oficina Central de Estadísticas palestina); duplicar o triplicar la producción agrícola, y triplicar el turismo, algo de lo que se beneficiaría también el Estado de Israel. “Finalmente, si aumenta la confianza de los inversores en Cisjordania y Gaza, también lo harán las posibilidades de la independencia financiera, y puede dar lugar a una Autoridad Palestina que no tendrá que depender tanto de ayudas extranjeras”, dijo Kerry.
El secretario de Estado ha ejercido presión sobre Abbas para que acepte volver a la mesa de negociaciones sin precondiciones, sin que declare ni siquiera una congelación en el crecimiento de asentamientos el primer mistro Netanyahu. A este, por otro lado, Kerry le ha pedido mesura en las próximas semanas, que evite anunciar grades expansiones en esos mismos asentamientos, como gesto de buena voluntad para poder salvar el proceso de paz.
Después de haber visitado Jerusalén y Ramala en cuatro ocasiones desde febrero, Kerry dijo este domingo en un discurso en el Foro Económico Mundial, en la parte jordana del mar Muerto, que es hora de que ambas partes tomen “decisiones difíciles”. El jefe de la diplomacia norteamericana le ha dado a los líderes israelíes y palestinos hasta dos semanas de plazo para considerar sus propuestas y comunicarle si están dispuestos a volver a la mesa de negociaciones. Las conversaciones de paz están estancadas desde 2010, después de que Barack Obama lograra que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenara una congelación en la expansión de asentamientos de colonos.
“Es un plan para la economía palestina que es mayor, más valiente y ambicioso, que nada de lo que se haya propuesto desde [los acuerdos de] Oslo, hace 20 años”, dijo Kerry en una apasionada defensa de sus gestiones. El secretario de Estado dijo que no se ha dejado convencer por aquellos que ven con “cinismo y escepticismo” la posibilidad de llevar a la paz a Oriente Próximo. “El cinismo nunca a creado nada, y ciertamente no ha creado un Estado”, dijo. Kerry, de hecho, ha comenzado su mandato dedicando una gran parte de su atención y trabajo a sentar las bases para la la reanudación de las negociaciones.
Es un plan para la economía palestina que es mayor, más valiente y ambicioso, que nada de lo que se haya propuesto desde [los acuerdos de] Oslo, hace 20 años”
John Kerry
“La iniciativa árabe de paz supone un cambio significativo y una oportunidad estratégica”, dijo Peres en su discurso, entre aplausos. “Reemplaza las estrategias de guerra por la sabiduría de la paz. Debemos apartarnos del escepticismo y dejar de creer que la guerra es inevitable”, añadió. Peres no es miembro del Ejecutivo, sin embargo, y nadie en el gabinete de Benjamín Netanyahu ha aceptado formalmente esa oferta.
La ciudadanía palestina no aceptará acuerdos temporales, fronteras provisionales o soluciones económicas mientras se dejan de lado las soluciones políticas”
Mahmud Abbas
El plan económico de Kerry consta de siete puntos. El principal, según fuentes diplomáticas: ofrecerle a un futuro Estado palestino la posibilidad de la independencia energética. Con la aquiescencia de Netanyahu, Kerry le ofrecería a Abbas la posibilidad de explotar reservas de gas natural frente a la franja de Gaza y de potasio en el mar Muerto. Además, pediría a Israel que permita la construcción de una planta eléctrica de 600 megavatios, en Yenín, norte de Cisjordania. Gaza ya cuenta con su propia planta eléctrica.
Con inversiones de empresas extranjeras, y la cooperación de Israel, Kerry se ha marcado una serie de objetivos: rebajar el desempleo de Cisjordania del 21% al 8%; incrementar el salario medio en un 40% (es de unos 15 euros diarios, según la Oficina Central de Estadísticas palestina); duplicar o triplicar la producción agrícola, y triplicar el turismo, algo de lo que se beneficiaría también el Estado de Israel. “Finalmente, si aumenta la confianza de los inversores en Cisjordania y Gaza, también lo harán las posibilidades de la independencia financiera, y puede dar lugar a una Autoridad Palestina que no tendrá que depender tanto de ayudas extranjeras”, dijo Kerry.
El secretario de Estado ha ejercido presión sobre Abbas para que acepte volver a la mesa de negociaciones sin precondiciones, sin que declare ni siquiera una congelación en el crecimiento de asentamientos el primer mistro Netanyahu. A este, por otro lado, Kerry le ha pedido mesura en las próximas semanas, que evite anunciar grades expansiones en esos mismos asentamientos, como gesto de buena voluntad para poder salvar el proceso de paz.
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