Los barrios de París
Vilma Fuentes
Si París es ante todo
una ciudad cosmopolita, sus barrios respiran un aire provinciano. Vivir
durante algunos años en uno de ellos convierte a sus habitantes en parte
de una familia unida, en la cual, como en todas las familias, hay
querellas, secretos inconfesables, celos, herencias, y desconfianza
hacia el extranjero.
Hay los habitantes casi ancestrales, los originarios del barrio: se
pasean por sus calles con el paso seguro de propietarios de la tierra.
Los hijos legítimos, herederos de tradiciones y estilos: cruzan las
calles sin dignarse volver la cabeza para ver si viene un vehículo, toca
a éste detenerse a su paso. Los primos lejanos, unos ruidosos, otros
discretos: igual se detienen, provincianos, obedientes a la autoridad de
los semáforos. Los amigos que conocen las costumbres y avanzan directo
al café-bar que buscan. Los simples visitantes, caminan con el paso
vacilante deteniéndose para mirar un aparador, una librería, una fuente.
Los intrusos que se funden en el desfile de caminantes en esa fiesta de
la calle a donde todos, sin excepción, son invitados. En una ciudad
donde se festeja al peatón.Cada barrio de París tiene su aspecto, su historia, sus olores, sus vivos y sus muertos. Su nombre. Un nombre inventado por sus pobladores que le viene de lejos, de un momento impreciso, intemporal. Indefinidos también sus límites de fronteras brumosas. Geografía ajena a las divisiones administrativas.
Quartier Latin, Odéon, Saint-Germain-des-Prés, Marais, Saint-Roche, la Maub. ¿Dónde comienza, dónde termina su territorio? Entre cada barrio, las lindes se superponen a veces; otras, dejan un terreno baldío, tierra sin nombre donde los moradores escogen a su antojo entre un barrio u otro. Sus nombres son la extensión de una iglesia, una cárcel, un mercado, un cementerio, una escuela.
La place Maubert se crea a principios del siglo XIII, al mismo tiempo que se levantan las primeras casas en 1210, lo cual hace del lugar uno de los más antiguos de una ciudad que adquiere su rango y su fisonomía en ese siglo. Maub, apócope de Maubert, probable deformación, por la fuerza de los años, sea de Aubert, nombre del abate de la vecina iglesia de Sainte-Geneviève, sea del sabio Maître Albert. Se vuelve lugar de ejecuciones públicas en el XVI. La más conocida de éstas es la del humanista y traductor del griego, Etienne Dolet el 3 de agosto de 1546. En 1889 se erige una estatua en su memoria, fundida por orden de los nazis en 1943. Dolet conoce, pues, una segunda vez la hoguera.
Si hay ladrones son de cuello blanco. Y si hay prostitutas, no son peripatéticas. Cierto, desde hace tres o cuatro años, han surgido, en callecillas discretas, establecimientos acogedores de masaje chino. Como anunciaban un masaje baratísimo, me decidí a ir. El pago por adelantado me hizo dudar. Sin insistir, una chica me indicó la salida. A mi marido, en cambio, le ofrecieron insistentes, por un precio más alto, masaje
cuerpo a cuerpo.
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