La actriz francés María Schneider ha fallecido hoy en París tras una larga enfermedad, según han informado sus familiares. Casi nadie recuerda su último papel cinematográfico en Cliente, de 2008.
En el fondo, por mucho que intentara liberarse de ese fantasma, siempre fue la amante de Marlon Brando en Último tango en París, esa película maldita que fue su trampolín y su pesadilla durante toda la vida. Tenía 58 años y una carrera que tras el filme de Bernardo Bertolucci fue caracterizada por una serie de altibajos, entre problemas psicológicos y de drogas y vueltas decepcionantes al cine.
Pese a todo, son miles los usuarios que están lamentando su muerte en la red social Twitter, donde el nombre de la actriz se ha convertido en tema del momento.
Schneider nació en París en 1952. Con 20 años, en 1972, actuó junto a Marlon Brando en Último tango en París, una de las películas más escandalosas de la época. Su segundo papel importante fue en El reportero, de 1975. Pero desde entonces lo único que consiguió fueron roles secundarios.
Mientras, empezó a entrar y salir del hospital, debido a depresión y dependencia de heroína. Abandonó el cine durante una época, para intentarlo con la música, su antigua pasión: entre otras cosas, llegó a sacar a la venta un disco dedicado al cantante italiano Lucio Battisti.
En una de sus últimas entrevistas, en 2007, volvió a hablar de su obsesión y de la famosa escena de la mantequilla con Marlon Brando: "Fue una idea suya. Y Bertolucci me dijo lo que tenía que hacer poco antes. Me engañaron. Casi me violaron. Esa escena no estaba prevista.
Las lágrimas que se ven en la película son verdaderas". Sin embargo en otra entrevista agradecía a Bertolucci el hecho de que le hubiera permitido entrar en la historia del cine. Pese a todo, amó y odió ese papel durante toda su existencia, hasta hoy.
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