“Estamos alargando la grandeza de este equipo y eso molesta”
El lateral derecho del Barça habla del partido de semifinales de Champions ante el Bayern de Múnich y su estancia en el club azulgrana
Juan I. Irigoyen
Barcelona
22 ABR 2013 - 19:21 CET73
Dani Alves (Juazeiro, Brasil; 1983) despliega en la ciudad deportiva
del Barcelona toda su simpatía. A veces elocuente, otras comedido,
siempre auténtico. Nunca con miedo a decir lo que piensa. Cuenta
orgulloso que ha podido reivindicar el sueño frustrado de su padre al
convertirse en futbolista profesional y asegura ser un amante de la
fórmula uno. “Si pudiera sería piloto, es un deporte con adrenalina y
donde hay que tener un nivel de concentración máximo”. En todo momento
con el móvil al alcance de la mano, el coqueto lateral presenta un look moderno y los brazos tatuados de punta a punta.
Pregunta. ¿Cuánto tiempo pasa ante el espejo para arreglarse?
Respuesta. Para arreglarme no paso mucho tiempo, pero para elegir la ropa sí. Soy una persona que cuida mucho la estética, me gusta. Siempre me gustó el estilo, antes con menos posibilidades y ahora con unas poquitas más.
P. ¿Cómo eran sus días de fútbol en Juazeiro?
R. Las necesidades económicas que teníamos en esa época aumentaban nuestra creatividad. Como no teníamos la posibilidad de comprar un balón, lo inventábamos con bolsas de basura o calcetines. Y las porterías con dos piedras o con chanclas. Nos lo pasábamos muy bien.
P. ¿Quién era su referente de pequeño?
R. Normalmente a los niños les gustan los delanteros, los que marcan goles. O el 10 de su equipo. Mi caso era un poco curioso porque si bien jugaba de delantero, me encantaba Cafú. Jugaba en el equipo del que soy hincha en Brasil \[São Paulo\], me gustaba la forma que tenía de hacer las cosas y cuando me enteré de su historia y origen humilde, me apasionó aun más. Y así son las casualidades de la vida, acabé jugando yo también de lateral.
P. Por su pasado como delantero, ¿sus compañeros le tienen que gritar mucho para que baje a defender?
R. El respeto que hay en este grupo es espléndido. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y solo tienes que encargarte de hacer lo tuyo lo mejor que puedas. No hace falta que tus compañeros te recuerden nada, tú ya lo sabes.
P. ¿Piqué ha tomado el mando de la defensa?
R. No se trata de personalizar. Esto es un equipo. El único que nos puede conducir es el míster. Luego todos sabemos de nuestra importancia, no solo futbolística sino también en la organización. Hay que ver dónde están colocados los compañeros e intentar ayudar. Pienso que no es un referente.
P. ¿Cómo explica el bajón que tuvo el Barça?
R. Es algo normal. Todos los años lo tenemos y curiosamente siempre toca en el mismo mes \[febrero\]. No se puede mantener el nivel toda la temporada. Los otros también juegan, además hay lesiones y no te encuentras en el mejor nivel. Pero lo más importante es que todos aceptamos los desafíos como vienen e intentamos salir adelante. Sabemos que todos los momentos pasan, tanto los buenos como los malos. Tenemos que asimilarlos.
P. ¿Existió cierta relajación?
R. El desgaste de todos los partidos te pasa factura. Las exigencias físicas y mentales son enormes y llega un momento en que se está un poco más bajo en todo en general. Lo que nosotros nunca podemos hacer es dudar de nuestras posibilidades, porque al final es todos contra el Barça.
P. ¿Todos contra el Barça?
R. El Barça está alargando un poco más la grandeza de su equipo. Todo el mundo ante la mínima oportunidad comienza a vender que nuestro ciclo ya se ha acabado. Porque claro, ganar molesta. Si nosotros no hubiésemos ganado nada, nadie hablaría. Pero hemos pasado de ser un gran equipo, a ser considerados el mejor de la década. Eso estorba. Ahora toca apechugar, porque somos nosotros quienes lo hemos logrado. Entonces, felices.
P. Van pasando los años y ante las grandes citas el once inicial es siempre el mismo.
R. Estos jugadores se han ganado ese derecho, con su trabajo, dedicación y experiencia. Pero, de todas maneras, no considero que sea una cuestión de once. Quizás es una casualidad. Todos somos importantes. En la foto con la copa en el medio salimos todos.
P. ¿El Bayern Múnich es el peor rival que les podía tocar?
R. La gente se asusta mucho. A mí me gustan las cosas difíciles, enfrentarme a los mejores. Es el reto que tenemos y debemos demostrar que merecemos estar en la final. Y si no, fuera.
P. Le tocará Ribéry...
R. Me gusta lo difícil. No me molesta, al contrario, encantado. No tengo una preocupación extra. Hay que tener una atención muy grande, pero también hay que hacerle correr para abajo, a ver si le gusta….
P. ¿Por primera vez en mucho tiempo llegan de perdedores a una eliminatoria?
R. Me gusta, porque hace que mi equipo esté despierto, más atento. A la mínima te pueden mandar para casita. Nos habían tocado dos eliminatorias teóricamente buenas y al final aquí… [se lleva la mano a la garganta y ríe]. El Milan es un histórico. Y no son grandes porque visten guapos y son italianos. Lo son porque es uno de los equipos que más ha ganado la Champions y hay que tenerles respeto. Y el PSG tiene a enormes jugadores. Pero la gente vende todo al revés.
P. Da la sensación de que la presión la tiene el Bayern...
R. Lo que no podemos hacer es creérnoslo. Ni para lo bueno, ni para lo malo. Vamos a tener enfrente a un rival durísimo. Pero seguramente si le preguntas a ellos, no hubiesen elegido al Barça. Estamos equilibrados.
P. ¿Imaginaba que el Barça sería así?
R. Nunca pensé que iba a ser tan maravilloso. Esperaba ayudar a cambiar la dinámica de un equipo que venía de unos años irregulares con mi pequeña contribución, pero nunca que fuese tan grande y que se ganara todo lo que se ganó.
P. ¿Se vio fuera del Barça?
R. Sentí que algunos me querían echar, pero yo no me sentí fuera.
P. ¿Quiénes le querían echar?
R. No sé. Eso es una incógnita, pero cuando comienzan a salir demasiadas cosas en los periódicos es que algo hay. Alguien tenía el interés en que no siga, pero no sé quién.
P. ¿Y por qué cree que le querían echar?
R. Porque había bajado el nivel que tuve durante las primeras tres temporadas y media. Me empezó a pasar todo lo que no me había pasado hasta ese tiempo: perdí continuidad como consecuencia de algunas lesiones. Se comenzó a dudar de si era capaz de recuperar mi nivel y por equis intereses empezaron a salir esas noticias. Yo estaba tranquilo. Soy partidario de que con el trabajo se puede conseguir cualquier cosa. Siempre le dije al presidente que el día que no quiera que esté en el Barça que me avise. Y como él, que siempre fue honesto conmigo, no me dijo nunca nada, entonces no tenía por qué preocuparme. Reaccioné.
P. ¿Necesita que le toquen para que reaccione?
R. ¡No! No me tienen que tocar. Pero me tocaron más de la cuenta. Me estaban dando por acabado y eso es ir un poquito más allá. Sé lo que es jugar en este equipo, sé que es una plaza muy cara y lo que cuesta jugar. Aquí no sirve jugar solo. Aquí hay que ganar. Esto no es como un niño que juega solo para divertirse y si no gana no pasa nada. Aquí sí que pasa cuando no ganas.
P. ¿Le cuesta cara su honestidad brutal?
R. Me da igual, no me cuesta nada. Fui criado así: ante todo ser honesto, da igual lo que piensan las personas.
Pregunta. ¿Cuánto tiempo pasa ante el espejo para arreglarse?
Respuesta. Para arreglarme no paso mucho tiempo, pero para elegir la ropa sí. Soy una persona que cuida mucho la estética, me gusta. Siempre me gustó el estilo, antes con menos posibilidades y ahora con unas poquitas más.
P. ¿Cómo eran sus días de fútbol en Juazeiro?
R. Las necesidades económicas que teníamos en esa época aumentaban nuestra creatividad. Como no teníamos la posibilidad de comprar un balón, lo inventábamos con bolsas de basura o calcetines. Y las porterías con dos piedras o con chanclas. Nos lo pasábamos muy bien.
P. ¿Quién era su referente de pequeño?
R. Normalmente a los niños les gustan los delanteros, los que marcan goles. O el 10 de su equipo. Mi caso era un poco curioso porque si bien jugaba de delantero, me encantaba Cafú. Jugaba en el equipo del que soy hincha en Brasil \[São Paulo\], me gustaba la forma que tenía de hacer las cosas y cuando me enteré de su historia y origen humilde, me apasionó aun más. Y así son las casualidades de la vida, acabé jugando yo también de lateral.
P. Por su pasado como delantero, ¿sus compañeros le tienen que gritar mucho para que baje a defender?
R. El respeto que hay en este grupo es espléndido. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y solo tienes que encargarte de hacer lo tuyo lo mejor que puedas. No hace falta que tus compañeros te recuerden nada, tú ya lo sabes.
P. ¿Piqué ha tomado el mando de la defensa?
R. No se trata de personalizar. Esto es un equipo. El único que nos puede conducir es el míster. Luego todos sabemos de nuestra importancia, no solo futbolística sino también en la organización. Hay que ver dónde están colocados los compañeros e intentar ayudar. Pienso que no es un referente.
P. ¿Cómo explica el bajón que tuvo el Barça?
R. Es algo normal. Todos los años lo tenemos y curiosamente siempre toca en el mismo mes \[febrero\]. No se puede mantener el nivel toda la temporada. Los otros también juegan, además hay lesiones y no te encuentras en el mejor nivel. Pero lo más importante es que todos aceptamos los desafíos como vienen e intentamos salir adelante. Sabemos que todos los momentos pasan, tanto los buenos como los malos. Tenemos que asimilarlos.
P. ¿Existió cierta relajación?
R. El desgaste de todos los partidos te pasa factura. Las exigencias físicas y mentales son enormes y llega un momento en que se está un poco más bajo en todo en general. Lo que nosotros nunca podemos hacer es dudar de nuestras posibilidades, porque al final es todos contra el Barça.
P. ¿Todos contra el Barça?
R. El Barça está alargando un poco más la grandeza de su equipo. Todo el mundo ante la mínima oportunidad comienza a vender que nuestro ciclo ya se ha acabado. Porque claro, ganar molesta. Si nosotros no hubiésemos ganado nada, nadie hablaría. Pero hemos pasado de ser un gran equipo, a ser considerados el mejor de la década. Eso estorba. Ahora toca apechugar, porque somos nosotros quienes lo hemos logrado. Entonces, felices.
P. Van pasando los años y ante las grandes citas el once inicial es siempre el mismo.
R. Estos jugadores se han ganado ese derecho, con su trabajo, dedicación y experiencia. Pero, de todas maneras, no considero que sea una cuestión de once. Quizás es una casualidad. Todos somos importantes. En la foto con la copa en el medio salimos todos.
P. ¿El Bayern Múnich es el peor rival que les podía tocar?
R. La gente se asusta mucho. A mí me gustan las cosas difíciles, enfrentarme a los mejores. Es el reto que tenemos y debemos demostrar que merecemos estar en la final. Y si no, fuera.
P. Le tocará Ribéry...
R. Me gusta lo difícil. No me molesta, al contrario, encantado. No tengo una preocupación extra. Hay que tener una atención muy grande, pero también hay que hacerle correr para abajo, a ver si le gusta….
P. ¿Por primera vez en mucho tiempo llegan de perdedores a una eliminatoria?
R. Me gusta, porque hace que mi equipo esté despierto, más atento. A la mínima te pueden mandar para casita. Nos habían tocado dos eliminatorias teóricamente buenas y al final aquí… [se lleva la mano a la garganta y ríe]. El Milan es un histórico. Y no son grandes porque visten guapos y son italianos. Lo son porque es uno de los equipos que más ha ganado la Champions y hay que tenerles respeto. Y el PSG tiene a enormes jugadores. Pero la gente vende todo al revés.
P. Da la sensación de que la presión la tiene el Bayern...
R. Lo que no podemos hacer es creérnoslo. Ni para lo bueno, ni para lo malo. Vamos a tener enfrente a un rival durísimo. Pero seguramente si le preguntas a ellos, no hubiesen elegido al Barça. Estamos equilibrados.
P. ¿Imaginaba que el Barça sería así?
R. Nunca pensé que iba a ser tan maravilloso. Esperaba ayudar a cambiar la dinámica de un equipo que venía de unos años irregulares con mi pequeña contribución, pero nunca que fuese tan grande y que se ganara todo lo que se ganó.
P. ¿Se vio fuera del Barça?
R. Sentí que algunos me querían echar, pero yo no me sentí fuera.
P. ¿Quiénes le querían echar?
R. No sé. Eso es una incógnita, pero cuando comienzan a salir demasiadas cosas en los periódicos es que algo hay. Alguien tenía el interés en que no siga, pero no sé quién.
P. ¿Y por qué cree que le querían echar?
R. Porque había bajado el nivel que tuve durante las primeras tres temporadas y media. Me empezó a pasar todo lo que no me había pasado hasta ese tiempo: perdí continuidad como consecuencia de algunas lesiones. Se comenzó a dudar de si era capaz de recuperar mi nivel y por equis intereses empezaron a salir esas noticias. Yo estaba tranquilo. Soy partidario de que con el trabajo se puede conseguir cualquier cosa. Siempre le dije al presidente que el día que no quiera que esté en el Barça que me avise. Y como él, que siempre fue honesto conmigo, no me dijo nunca nada, entonces no tenía por qué preocuparme. Reaccioné.
P. ¿Necesita que le toquen para que reaccione?
R. ¡No! No me tienen que tocar. Pero me tocaron más de la cuenta. Me estaban dando por acabado y eso es ir un poquito más allá. Sé lo que es jugar en este equipo, sé que es una plaza muy cara y lo que cuesta jugar. Aquí no sirve jugar solo. Aquí hay que ganar. Esto no es como un niño que juega solo para divertirse y si no gana no pasa nada. Aquí sí que pasa cuando no ganas.
P. ¿Le cuesta cara su honestidad brutal?
R. Me da igual, no me cuesta nada. Fui criado así: ante todo ser honesto, da igual lo que piensan las personas.
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