Guillermo-Alejandro ya es rey según la ley
El nuevo soberano ha sido entronizado en la Iglesia Nueva de Ámsterdam
Amalia, primogénita de Guillermo y Máxima, es la primera Princesa de Orange en 200 años
Beatriz de Holanda ha firmado esta mañana en el Palacio Real de Ámsterdam el Acta de Abdicación en virtud de la cual abandona formalmente el trono. Dado que la Constitución del país no permite “que el país pase un solo minuto sin monarca”, Guillermo-Alejandro se ha convertido en rey. La ceremonia de su entronización ha comenzado a las 14.00 en la Iglesia Nueva de la capital.
Pero la jornada de emociones había comenzado a las diez de la mañana. Antes de rubricar el Acta de Abdicación, Beatriz ha saludado a los presentes en el Salón de Moisés del Palacio. En ese mismo momento, ha llegado el eco del grito atronador del público congregado en la Plaza del Dam. Cerca de 25.000 personas vestidas con toda clase de atributos de color naranja, propio de la Casa de Orange, le han devuelto el saludo. Una vez rubricado el documento por todos los representantes políticos holandeses, y los de Aruba, Curazao y Sint Maarten, las antiguas colonias del Caribe, han concluido tres décadas de reinado de Beatriz.
Dado que la abdicación ha tenido lugar a puerta cerrada, la escena del balcón con los nuevos soberanos, Guillermo-Alejandro y Máxima, ha sido muy emotiva. La pareja acompañaba a su madre y suegra, respectivamente, cuyo nuevo título es de Princesa de Holanda. Tratando de hacerse oír entre los vítores, Beatriz ha presentado a su hijo de forma escueta: “He dejado el trono y estoy encantada de mostraros al nuevo rey, Guillermo-Alejandro”, ha dicho. Él le ha agradecido con voz firme, y “de corazón, 33 fructíferos años de reinado”. Luego ha saludado a sus compatriotas en nombre de Máxima, dando de nuevo las gracias “por el enorme apoyo que habéis mostrado a lo largo del reinado”.
Las emociones, hasta entonces contenidas, han estallado a la hora del himno. Lo han cantado los tres visiblemente conmovidos. Poco después han salido las tres hijas de los nuevos reyes, Amalia, Alexia y Ariana. En un segundo, el futuro se ha plantado ante los holandeses. Tienen un nuevo rey y su primogénita, Amalia, será la primera Princesa de Orange en 200 años de monarquía. El título se reservaba a los varones hasta que la ley fue cambiada en 2002. Tanto las niñas como Máxima iban vestidas por el modisto belga Edouard Vermeulen, dueño de la casa de modas Natan. Las princesas de amarillo. Su madre, de rosa pálido con un gran lazo en el hombro.
Guillermo y Máxima supieron hace año y medio que Beatriz pensaba renunciar. Se lo dijo en privado, y la discreción mantenida desde entonces ha favorecido la tranquilidad política y el ambiente festivo en las calles.
El nuevo monarca ha pronunciado el juramento ante la presencia de decenas de herederos y representantes de las monarquías mundiales.
Para gran parte ellos, el rey holandés se ha convertido en heraldo ya
que a los 46 años, es el primero de su generación en acceder al trono.
Al pronunciar la fórmula, Guillermo-Alejandro ha jurado mantener los
principios de la Constitución, defender la independencia del reino, la
libertad y los derechos de los holandeses, y promover la prosperidad del
pueblo. "Así me ayude Dios Todopoderoso".
Después, el jefe del Estado de los Países Bajos ha procedido a
recibir la investidura del pueblo. Simbólicamente, los miembros del
Gobierno han jurado lealtad al nuevo soberano.Pero la jornada de emociones había comenzado a las diez de la mañana. Antes de rubricar el Acta de Abdicación, Beatriz ha saludado a los presentes en el Salón de Moisés del Palacio. En ese mismo momento, ha llegado el eco del grito atronador del público congregado en la Plaza del Dam. Cerca de 25.000 personas vestidas con toda clase de atributos de color naranja, propio de la Casa de Orange, le han devuelto el saludo. Una vez rubricado el documento por todos los representantes políticos holandeses, y los de Aruba, Curazao y Sint Maarten, las antiguas colonias del Caribe, han concluido tres décadas de reinado de Beatriz.
Dado que la abdicación ha tenido lugar a puerta cerrada, la escena del balcón con los nuevos soberanos, Guillermo-Alejandro y Máxima, ha sido muy emotiva. La pareja acompañaba a su madre y suegra, respectivamente, cuyo nuevo título es de Princesa de Holanda. Tratando de hacerse oír entre los vítores, Beatriz ha presentado a su hijo de forma escueta: “He dejado el trono y estoy encantada de mostraros al nuevo rey, Guillermo-Alejandro”, ha dicho. Él le ha agradecido con voz firme, y “de corazón, 33 fructíferos años de reinado”. Luego ha saludado a sus compatriotas en nombre de Máxima, dando de nuevo las gracias “por el enorme apoyo que habéis mostrado a lo largo del reinado”.
Las emociones, hasta entonces contenidas, han estallado a la hora del himno. Lo han cantado los tres visiblemente conmovidos. Poco después han salido las tres hijas de los nuevos reyes, Amalia, Alexia y Ariana. En un segundo, el futuro se ha plantado ante los holandeses. Tienen un nuevo rey y su primogénita, Amalia, será la primera Princesa de Orange en 200 años de monarquía. El título se reservaba a los varones hasta que la ley fue cambiada en 2002. Tanto las niñas como Máxima iban vestidas por el modisto belga Edouard Vermeulen, dueño de la casa de modas Natan. Las princesas de amarillo. Su madre, de rosa pálido con un gran lazo en el hombro.
Guillermo y Máxima supieron hace año y medio que Beatriz pensaba renunciar. Se lo dijo en privado, y la discreción mantenida desde entonces ha favorecido la tranquilidad política y el ambiente festivo en las calles.
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