Cristina Fernández, según Cristina Fernández
La presidenta de Argentina desvela a lo largo de cientos de discursos jirones de su vida, sueños y pasiones
Francisco Peregil
Buenos Aires
29 ABR 2013 - 17:15 CET326
Desde octubre de 2011 en que Cristina Fernández ejerce su segundo
mandato como presidenta no ha concedido una sola conferencia de prensa.
En mayo de 2012, cuando los periodistas que cubren la agenda
presidencial se quejaron de que no podían plantearle preguntas, Fernández les dijo:
"Para información oficial están mis discursos. Yo no voy a hablar
contra mí misma". Lo que viene a continuación son declaraciones suyas
extraídas tras cotejar cientos de discursos a lo largo de sus últimos
años como presidenta.
Hay algo que no puede reflejar este resumen de citas personales y es el el temblor de su voz o el brillo de sus ojos cada vez que la presidenta hace alguna alusión a su marido, Néstor Kirchner. Más de dos años después de su fallecimiento, a Fernández se le siguen humedeciendo los ojos cuando lo nombra.
Soy nieta de españoles. Yo dije desde el primer día que no iba a responder a ningún agravio con agravio porque la verdad que los Jefes de Estado debemos preservar por sobre todas las cosas las relaciones entre los países, con todos los países del mundo, pero sobre todo con aquellos que tenemos una gran consubstanciación. Por los menos esta presidenta –nieta de españoles, pero además peronista – y me acuerdo del viaje de Evita llevando comida a España, aquella España quebrada, después de la Guerra Civil, generosa.
Si yo soy dura, ustedes no saben lo que es mi madre. Yo soy de La Plata - como ustedes saben- pegado a Berisso, a Ensenada, donde estaban los grandes frigoríficos Armour y Swift, y donde trabajaba mi abuelo. Mi abuelo se jubiló en la Aduana (…) Mi abuelo murió hace muchísimos años, pero rescataban los viejos legajos y se los mandaban a la familia. Cuando se lo di a mi madre, y mi madre que es una dura, pero dura de aquellas - si yo soy dura, ustedes no saben lo que es mi madre - se puso a llorar. Hacía mucho tiempo que no la veía llorar y se puso a llorar, pues yo me acordaba de mi abuelo, que empezó trabajando en los frigoríficos. Él trabajaba en los frigoríficos, en Berisso, así que me une a los trabajadores de la carne un recuerdo también entrañable de mi abuelo, que fue mi segundo padre y a quien quise mucho.
Tengo mucha retentiva visual. Yo tengo mucha retentiva visual. Recuerdo que en la facultad por ahí cuando estaba estudiando, me ha pasado que me acordaba hasta en qué página estaba, de qué lado y no me acordaba lo que decía. Esas cosas, no sé si les pasa, pero tenía mucha memoria visual.
Me encanta la historia. A mí me encanta la historia. Pero mi hija me decía cuando estudiaba: ‘¿para qué quiero saber lo que pasó hace 20 años, 30 años, 2 siglos?’. ‘Nena, porque si no sabés lo que pasó hace 20 años, 30 siglos, no sabés ni entendés lo que está pasando ahora y difícilmente puedas resolver lo que va a pasar mañana.
Las emociones. Yo sentía cuando alguien criticaba la emoción… No se puede criticar la emoción, si eso es lo que nos convierte en humanos. (Aplausos). ¿Cómo se puede criticar la emoción? Dios mío, Dios nos libre de gobernantes que no sean capaces de tener emociones y sentir emociones. ¡Por Dios!
El destino de los números. Discurso con motivo de la promulgación de la ley de hidrocarburos, tras la expropiación del 51% de las acciones a Repsol: “Y los plazos – parece que la historia es de los 4 - porque un 4 de marzo recibí el e-mail; un 4 de abril conocí a Miguel [Galuccio, actual presidente de YPF]; hoy es 4 de mayo… [era 5 de mayo de 2012, pero…] Porque, bueno, la ley se aprobó en la madrugada de ayer, y el 4 de junio da exactamente, a partir del lunes, contados todos los días, tal cual marca el estatuto, el 4 de junio da exactamente el día en que la asamblea se debe reunir para conformar el directorio. Y además 4 por 4 es 16, que es el día que yo presenté acá. Bueno, evidentemente tenía que ser un 4”.
Soy muy competitiva. Yo soy muy competitiva, compito contra mí misma, era como Kirchner. Él era peor. Él era infinitamente más competitivo que yo. Creo que caminábamos juntos haciendo footing y él tenía que ir dos pasos adelante, aunque fuera reventándose, pero dos pasos adelante. En todo se tenía que medir. Cuando él no tenía a nadie a quien ganarle, se quería ganar a sí mismo. Y yo tengo también algo de eso, no tanto como él, porque también es muy malo, muchas veces hace daño querer superarse tanto y esforzarse tanto.
Cáncer de Hugo Chávez. El día –quiero contarlo- que Hugo le dijo al mundo desde Cuba lo que le estaba pasando, estábamos con mi hija las dos juntas en la cama grande, escuchamos y las dos nos pusimos a llorar.
El mejor poeta vivo. Para mí, y sin caer en ningún chovinismo, [Juan Gelmán] es el mejor poeta de habla hispana vivo que tenemos (…); es un hombre comprometido con las letras y con la vida fundamentalmente.
Mi padre, colectivero. Yo he viajado en colectivo, he viajado en subte, he viajado más en tren porque los platenses viajábamos más en tren cuando veníamos a Buenos Aires y adentro de la ciudad en colectivo. Mi padre fue colectivero así que sé perfectamente de qué se trata viajar en transporte público. Tal vez algunos otros que han tenido más suerte en la vida y han tenido una familia más adinerada nunca han hecho uso del transporte público, pero yo he hecho uso del transporte público y puedo decir que realmente muchas veces no se viaja del todo adecuadamente. (marzo de 2012)
Él y yo. A Néstor nunca le tocó nada fácil, nada; ni yo, que también era bastante difícil. Así que el pobre tiene su cielo ganado por muchas cosas. (…) Era un hombre que lo fácil lo aburría, por eso creo que me eligió a mí de mujer, y toda tarea que le demandara esfuerzos, desafíos a sí mismo… Creo que él se desafiaba a sí mismo, a veces lo hacía tan intensamente que poco a poco fueron pasando cosas.
Algunos creen por ahí que cuando me pegan me desmoralizan. No saben, pero cuánto más me pegan...y él era igual. Era como que cuando le pegan o lo castigaban, él mismo se desafiaba a sí mismo. Yo creo que a veces demasiado.
Es mentira cuando dicen que el tiempo te hace olvidar, es mentira. Cada vez uno se acuerda más, cada vez se siente más ausencia.
Él también era un volcán en erupción. La verdad que no se me había ocurrido nunca la metáfora. La pienso ahora.
Yo creo que de algún lado nos está viendo, pero me gustaría que me estuviera mirando como hacía siempre, ahora, porque él siempre soñó con recuperar YPF para el país, siempre, siempre.
Es la única persona a la que [yo] miraba constantemente cuando [yo] hablaba. Yo, después, tenía que andar codeándolo porque siempre que hablaba otro andaba mirando para un lado, o hablando, o haciendo cosas.
Febrero, un mes difícil. Tengo que ir a Gallegos porque mañana es el cumpleaños de mi hijo Máximo, cumple 35 años, así que hoy a la noche parto para Río Gallegos para estar junto a él y a mi hija. Febrero para mí es un mes un poco difícil, es mi cumpleaños, es el de mi hijo, es el de él [Néstor Kirchner]; así que estamos haciendo el aguante con todo y vamos a seguir adelante.
Mi lugar en el mundo. Me iba a ir a pasar esa semanita descansando en Calafate, que es mi lugar en el mundo (…). Yo vine por primera vez a El Calafate en 1982, todavía estaba la dictadura. Vine a afiliar, ese fue mi primer acto cuando vine a El Calafate. Se había levantado la veda política después de Malvinas y vinimos a afiliar. Ahí conocí El Calafate, en el 82. Es imposible describir lo que era El Calafate en ese momento o inclusive en el año 1991, cuando Néstor asumió como gobernador. Me acuerdo que había una casita, que era la casita que está ahí enfrente de la plaza, de una vieja pobladora, donde veníamos a tomar el té, era el único lugar donde se podía tomar un té o chocolate con cosas ricas. Y miren lo que tenemos hoy, una de las villas turísticas más hermosas del país con 7.800 camas.
Yo soy del Sur, pero mi corazoncito y mi origen también están un poquito ahí en la Ciudad de La Plata, donde vive mi madre.
Mi canción. Anoche estábamos trabajando en Olivos con varios funcionarios y cuando nos dijeron: ‘murió el Flaco Spinetta’, lo primero que se me vino a la cabeza fue la tapa [portada] del disco –miren qué linda que soy- de Almendra, que era un arlequín con la...que es la que salió hoy en Página 12, que casi me pongo a llorar cuando la veo hoy a la mañana, porque les dije a los que estaban trabajando conmigo que me acordaba de ese vinilo con la tapa de Almendra, con el arlequín con la lágrima. Me hicieron recordar de la lágrima, (…) Hasta los colores me acordaba y sé que la canción ícono era Muchacha ojos de papel, que nos hizo soñar y ser románticas y románticos a todos cuando éramos muy jóvenes y que todavía te hace soñar. Pero yo me acordaba de otra que no es menos conocida y que es Fermín y que está en la long play. Sí le decíamos el long play. La verdad… ¿Para qué voy a andar disimulando?. Aparte, el Flaco tenía la misma edad de mi Flaco [Néstor Kirchner], del 50, ¿no? Sí, era del 50, igual que mi Flaco. (…) A mí El loco Fermín, a mí me hace llorar cada vez que lo escuchaba. Ustedes no sé si lo habrán escuchado, El loco Fermín, que está en el hospicio. ¿Lo escuchaban? A mí me encantaba. Todo el mundo escuchaba Muchacha ojos de papel, pero yo creo que debo tener alguna media cosa extraña. Bueno, a mí me gustaba Fermín porque me hacía llorar, me daba... Y me lo imaginaba en el hospicio dando vueltas con sus manos, como dice la canción, queriendo ser feliz.
Se lo digo a mis hijos. Yo siempre se lo digo a mis hijos también, ¿no? Cuando eran chiquitos… Eso, cuando estábamos en Río Gallegos, inclusive: ‘Mirá –digo yo-, cuando seas grande, vas a pasar por acá y vas a decir este hospital –a tus hijos- lo hizo mi papá, tu abuelo, esto lo hizo tal cosa.
Mi enfermedad. (…) Y entró el doctor Saco seguido por el doctor Buonomo con unas caras y yo digo "¿qué pasó?". Me dice: "No, no, no, tranquilícese" y me dio el resultado. Me dijo "siéntese". Yo me senté al lado de unas fotos que me habían regalado en la clínica, muy lindas; que eran fotos, una mía con Néstor… Esas fotos típicas mías y de él donde nos estamos mirando, muy lindas… No sé de dónde la sacaron. Lindo él, lindo el portarretratos. Y otra con mis hijos. Y estaba sentado al lado cuando el médico me dijo que, bueno, que no habían encontrado células cancerígenas en los nódulos, que me habían encontrado un tercer nódulo que no había aparecido, inclusive en la tomografía ni tampoco en la otra. Y ese fue el único momento que me puse a llorar. En ningún otro momento creo que me puse a llorar. Me abracé un poco a la foto de Néstor, bueno, y la verdad que fue un momento de mucha emoción. Yo no lo definiría alegría, no sé, fue un momento muy... Hay que vivirlo, es intransferible”.
El cine. Yo, ustedes saben, soy una cinéfila terrible, extrema. (…) Con Paula cautiva, por ejemplo, que es una de mis [películas] preferidas. Cuando digo Paula cautiva todo el mundo me mira y me dice, ¿de qué está hablando esta mujer? Pero, no importa, las viejas que vimos la película… Es una muy buena película que refleja un momento político de la vida del país y también la decadencia de un sector social.
En otra vida debo haber sido una gran arquitecta egipcia. Estamos preparando en otra parte de la Casa Rosada, con esta vocación de arquitecta egipcia que tengo… (Yo digo que en otra vida debo de haber sido una gran arquitecta egipcia, porque me encanta), donde hay una escalera del primer piso que falta arreglar y que la estamos arreglando, les comento que estamos haciendo la Galería de los Grandes Ídolos Populares.
Me fascina la imagen. La imagen es algo que a mí me fascina y no es una cuestión de frivolidad. Si uno se remonta a la época del nacimiento de nuestra cultura de país grecorromana, la imagen y la estética formaban parte muy fuerte de la cultura y las imágenes que creo que son muy fuertes y pueden expresar más que mil palabras o mil discursos y la verdad que tenemos unos artistas muy talentosos y tenemos que seguir apoyándolos.
Hay algo que no puede reflejar este resumen de citas personales y es el el temblor de su voz o el brillo de sus ojos cada vez que la presidenta hace alguna alusión a su marido, Néstor Kirchner. Más de dos años después de su fallecimiento, a Fernández se le siguen humedeciendo los ojos cuando lo nombra.
Soy nieta de españoles. Yo dije desde el primer día que no iba a responder a ningún agravio con agravio porque la verdad que los Jefes de Estado debemos preservar por sobre todas las cosas las relaciones entre los países, con todos los países del mundo, pero sobre todo con aquellos que tenemos una gran consubstanciación. Por los menos esta presidenta –nieta de españoles, pero además peronista – y me acuerdo del viaje de Evita llevando comida a España, aquella España quebrada, después de la Guerra Civil, generosa.
Si yo soy dura, ustedes no saben lo que es mi madre. Yo soy de La Plata - como ustedes saben- pegado a Berisso, a Ensenada, donde estaban los grandes frigoríficos Armour y Swift, y donde trabajaba mi abuelo. Mi abuelo se jubiló en la Aduana (…) Mi abuelo murió hace muchísimos años, pero rescataban los viejos legajos y se los mandaban a la familia. Cuando se lo di a mi madre, y mi madre que es una dura, pero dura de aquellas - si yo soy dura, ustedes no saben lo que es mi madre - se puso a llorar. Hacía mucho tiempo que no la veía llorar y se puso a llorar, pues yo me acordaba de mi abuelo, que empezó trabajando en los frigoríficos. Él trabajaba en los frigoríficos, en Berisso, así que me une a los trabajadores de la carne un recuerdo también entrañable de mi abuelo, que fue mi segundo padre y a quien quise mucho.
Yo era muy discutidora. Por ósmosis
no entra nada en la cabeza, hay que leer, aprender y hacerles caso a los
maestros. Discutirles también, si quieren. Yo era muy discutidora con
los docentes.
No entendía las matemáticas. Debo confesarle también
– a fuerza de ser sincera – que en el colegio no me gustaba porque no
la entendía, porque me la enseñaban horrible, no sé porqué.Tengo mucha retentiva visual. Yo tengo mucha retentiva visual. Recuerdo que en la facultad por ahí cuando estaba estudiando, me ha pasado que me acordaba hasta en qué página estaba, de qué lado y no me acordaba lo que decía. Esas cosas, no sé si les pasa, pero tenía mucha memoria visual.
Me encanta la historia. A mí me encanta la historia. Pero mi hija me decía cuando estudiaba: ‘¿para qué quiero saber lo que pasó hace 20 años, 30 años, 2 siglos?’. ‘Nena, porque si no sabés lo que pasó hace 20 años, 30 siglos, no sabés ni entendés lo que está pasando ahora y difícilmente puedas resolver lo que va a pasar mañana.
Las emociones. Yo sentía cuando alguien criticaba la emoción… No se puede criticar la emoción, si eso es lo que nos convierte en humanos. (Aplausos). ¿Cómo se puede criticar la emoción? Dios mío, Dios nos libre de gobernantes que no sean capaces de tener emociones y sentir emociones. ¡Por Dios!
El destino de los números. Discurso con motivo de la promulgación de la ley de hidrocarburos, tras la expropiación del 51% de las acciones a Repsol: “Y los plazos – parece que la historia es de los 4 - porque un 4 de marzo recibí el e-mail; un 4 de abril conocí a Miguel [Galuccio, actual presidente de YPF]; hoy es 4 de mayo… [era 5 de mayo de 2012, pero…] Porque, bueno, la ley se aprobó en la madrugada de ayer, y el 4 de junio da exactamente, a partir del lunes, contados todos los días, tal cual marca el estatuto, el 4 de junio da exactamente el día en que la asamblea se debe reunir para conformar el directorio. Y además 4 por 4 es 16, que es el día que yo presenté acá. Bueno, evidentemente tenía que ser un 4”.
Soy muy competitiva. Yo soy muy competitiva, compito contra mí misma, era como Kirchner. Él era peor. Él era infinitamente más competitivo que yo. Creo que caminábamos juntos haciendo footing y él tenía que ir dos pasos adelante, aunque fuera reventándose, pero dos pasos adelante. En todo se tenía que medir. Cuando él no tenía a nadie a quien ganarle, se quería ganar a sí mismo. Y yo tengo también algo de eso, no tanto como él, porque también es muy malo, muchas veces hace daño querer superarse tanto y esforzarse tanto.
Cáncer de Hugo Chávez. El día –quiero contarlo- que Hugo le dijo al mundo desde Cuba lo que le estaba pasando, estábamos con mi hija las dos juntas en la cama grande, escuchamos y las dos nos pusimos a llorar.
El mejor poeta vivo. Para mí, y sin caer en ningún chovinismo, [Juan Gelmán] es el mejor poeta de habla hispana vivo que tenemos (…); es un hombre comprometido con las letras y con la vida fundamentalmente.
Mi padre, colectivero. Yo he viajado en colectivo, he viajado en subte, he viajado más en tren porque los platenses viajábamos más en tren cuando veníamos a Buenos Aires y adentro de la ciudad en colectivo. Mi padre fue colectivero así que sé perfectamente de qué se trata viajar en transporte público. Tal vez algunos otros que han tenido más suerte en la vida y han tenido una familia más adinerada nunca han hecho uso del transporte público, pero yo he hecho uso del transporte público y puedo decir que realmente muchas veces no se viaja del todo adecuadamente. (marzo de 2012)
Él y yo. A Néstor nunca le tocó nada fácil, nada; ni yo, que también era bastante difícil. Así que el pobre tiene su cielo ganado por muchas cosas. (…) Era un hombre que lo fácil lo aburría, por eso creo que me eligió a mí de mujer, y toda tarea que le demandara esfuerzos, desafíos a sí mismo… Creo que él se desafiaba a sí mismo, a veces lo hacía tan intensamente que poco a poco fueron pasando cosas.
Algunos creen por ahí que cuando me pegan me desmoralizan. No saben, pero cuánto más me pegan...y él era igual. Era como que cuando le pegan o lo castigaban, él mismo se desafiaba a sí mismo. Yo creo que a veces demasiado.
Es mentira cuando dicen que el tiempo te hace olvidar, es mentira. Cada vez uno se acuerda más, cada vez se siente más ausencia.
Él también era un volcán en erupción. La verdad que no se me había ocurrido nunca la metáfora. La pienso ahora.
Yo creo que de algún lado nos está viendo, pero me gustaría que me estuviera mirando como hacía siempre, ahora, porque él siempre soñó con recuperar YPF para el país, siempre, siempre.
Es la única persona a la que [yo] miraba constantemente cuando [yo] hablaba. Yo, después, tenía que andar codeándolo porque siempre que hablaba otro andaba mirando para un lado, o hablando, o haciendo cosas.
Febrero, un mes difícil. Tengo que ir a Gallegos porque mañana es el cumpleaños de mi hijo Máximo, cumple 35 años, así que hoy a la noche parto para Río Gallegos para estar junto a él y a mi hija. Febrero para mí es un mes un poco difícil, es mi cumpleaños, es el de mi hijo, es el de él [Néstor Kirchner]; así que estamos haciendo el aguante con todo y vamos a seguir adelante.
Mi lugar en el mundo. Me iba a ir a pasar esa semanita descansando en Calafate, que es mi lugar en el mundo (…). Yo vine por primera vez a El Calafate en 1982, todavía estaba la dictadura. Vine a afiliar, ese fue mi primer acto cuando vine a El Calafate. Se había levantado la veda política después de Malvinas y vinimos a afiliar. Ahí conocí El Calafate, en el 82. Es imposible describir lo que era El Calafate en ese momento o inclusive en el año 1991, cuando Néstor asumió como gobernador. Me acuerdo que había una casita, que era la casita que está ahí enfrente de la plaza, de una vieja pobladora, donde veníamos a tomar el té, era el único lugar donde se podía tomar un té o chocolate con cosas ricas. Y miren lo que tenemos hoy, una de las villas turísticas más hermosas del país con 7.800 camas.
Yo soy del Sur, pero mi corazoncito y mi origen también están un poquito ahí en la Ciudad de La Plata, donde vive mi madre.
Mi canción. Anoche estábamos trabajando en Olivos con varios funcionarios y cuando nos dijeron: ‘murió el Flaco Spinetta’, lo primero que se me vino a la cabeza fue la tapa [portada] del disco –miren qué linda que soy- de Almendra, que era un arlequín con la...que es la que salió hoy en Página 12, que casi me pongo a llorar cuando la veo hoy a la mañana, porque les dije a los que estaban trabajando conmigo que me acordaba de ese vinilo con la tapa de Almendra, con el arlequín con la lágrima. Me hicieron recordar de la lágrima, (…) Hasta los colores me acordaba y sé que la canción ícono era Muchacha ojos de papel, que nos hizo soñar y ser románticas y románticos a todos cuando éramos muy jóvenes y que todavía te hace soñar. Pero yo me acordaba de otra que no es menos conocida y que es Fermín y que está en la long play. Sí le decíamos el long play. La verdad… ¿Para qué voy a andar disimulando?. Aparte, el Flaco tenía la misma edad de mi Flaco [Néstor Kirchner], del 50, ¿no? Sí, era del 50, igual que mi Flaco. (…) A mí El loco Fermín, a mí me hace llorar cada vez que lo escuchaba. Ustedes no sé si lo habrán escuchado, El loco Fermín, que está en el hospicio. ¿Lo escuchaban? A mí me encantaba. Todo el mundo escuchaba Muchacha ojos de papel, pero yo creo que debo tener alguna media cosa extraña. Bueno, a mí me gustaba Fermín porque me hacía llorar, me daba... Y me lo imaginaba en el hospicio dando vueltas con sus manos, como dice la canción, queriendo ser feliz.
Se lo digo a mis hijos. Yo siempre se lo digo a mis hijos también, ¿no? Cuando eran chiquitos… Eso, cuando estábamos en Río Gallegos, inclusive: ‘Mirá –digo yo-, cuando seas grande, vas a pasar por acá y vas a decir este hospital –a tus hijos- lo hizo mi papá, tu abuelo, esto lo hizo tal cosa.
Mi enfermedad. (…) Y entró el doctor Saco seguido por el doctor Buonomo con unas caras y yo digo "¿qué pasó?". Me dice: "No, no, no, tranquilícese" y me dio el resultado. Me dijo "siéntese". Yo me senté al lado de unas fotos que me habían regalado en la clínica, muy lindas; que eran fotos, una mía con Néstor… Esas fotos típicas mías y de él donde nos estamos mirando, muy lindas… No sé de dónde la sacaron. Lindo él, lindo el portarretratos. Y otra con mis hijos. Y estaba sentado al lado cuando el médico me dijo que, bueno, que no habían encontrado células cancerígenas en los nódulos, que me habían encontrado un tercer nódulo que no había aparecido, inclusive en la tomografía ni tampoco en la otra. Y ese fue el único momento que me puse a llorar. En ningún otro momento creo que me puse a llorar. Me abracé un poco a la foto de Néstor, bueno, y la verdad que fue un momento de mucha emoción. Yo no lo definiría alegría, no sé, fue un momento muy... Hay que vivirlo, es intransferible”.
El cine. Yo, ustedes saben, soy una cinéfila terrible, extrema. (…) Con Paula cautiva, por ejemplo, que es una de mis [películas] preferidas. Cuando digo Paula cautiva todo el mundo me mira y me dice, ¿de qué está hablando esta mujer? Pero, no importa, las viejas que vimos la película… Es una muy buena película que refleja un momento político de la vida del país y también la decadencia de un sector social.
En otra vida debo haber sido una gran arquitecta egipcia. Estamos preparando en otra parte de la Casa Rosada, con esta vocación de arquitecta egipcia que tengo… (Yo digo que en otra vida debo de haber sido una gran arquitecta egipcia, porque me encanta), donde hay una escalera del primer piso que falta arreglar y que la estamos arreglando, les comento que estamos haciendo la Galería de los Grandes Ídolos Populares.
Me fascina la imagen. La imagen es algo que a mí me fascina y no es una cuestión de frivolidad. Si uno se remonta a la época del nacimiento de nuestra cultura de país grecorromana, la imagen y la estética formaban parte muy fuerte de la cultura y las imágenes que creo que son muy fuertes y pueden expresar más que mil palabras o mil discursos y la verdad que tenemos unos artistas muy talentosos y tenemos que seguir apoyándolos.
Me río mucho de mí misma. ¿Saben lo
saludable que es reírse de uno mismo? Porque cada uno tenemos cosas que
hacemos y nos reímos. Yo me río mucho de mí misma, y la verdad que me
hace muy bien. Primero, porque me permite no creérmela, algo muy difícil
cuando uno ocupa lugares muy importantes, ocupa lugares de mucha
visibilidad mediática y sobre todo cuando le baten el parche, y lo
acarician así desde los medios de comunicación. Como a mí siempre me
están pegando, la verdad que no me la creo, no me permiten que me la
crea. De tanto bollos y golpes que te dan estás siempre en guardia, así
que es imposible que me la crea. Cómo me la voy a creer con todas las
cosas que todos los días me dicen desde algunos medios. Así que ellos
son los que más me fortalecen porque me ayudan cada vez a ser mejor, a
ser más humilde y a tratar de equivocarme menos para que me puedan
pegar. Pero igual, siempre van a encontrar motivos para hacerlo y es
bueno que así suceda.
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