El toples de Kate ya tiene culpables
La Justicia francesa imputa al presidente de Mondadori y a una fotógrafa de un periódico local
Ambos publicaron imágenes de la duquesa de Cambridge desnuda de cintura para arriba
La justicia francesa ha realizado las primeras inculpaciones tras la
publicación en septiembre pasado de imágenes de la duquesa de Cambridge
en toples mientras veraneaba en el sur de Francia, la cual provocó la indignación de la casa real británica. De momento, los procesados por el tribunal de Nanterre son el representante del grupo editorial de la revista Closer, la cual publicó los polémicos clichés, así como una fotógrafa del diario local La Provence
y el director de la publicación, que también mostró una imagen de Kate
Middleton en la misma terraza, aunque esta vez con la parte arriba del
biquini puesta. El nombre del paparazo autor del cliché del toples, sin
embargo, sigue siendo un misterio.
Los tres imputados –Ernesto Mauri, presidente del grupo italiano Mandadori en Francia, editor de Closer, la fotógrafa Valérie Suau y el director de La Provence, Marc Auburtin- han sido inculpados por el tribunal de Nanterre a lo largo del mes de abril por fotografiar a la duquesa en un lugar privado y por explotar dicha imagen. El mismo tribunal ya había prohibido la reedición de las imágenes y obligado a la revista a entregar los negativos a la familia real. Pero no pudo impedir la reproducción de los mismos en varios medios extranjeros, incluidos Chi en Italia, perteneciente al mismo grupo Mandadori, propiedad de Silvio Berlusconi.
El diario La Provence ha reaccionado mediante un comunicado publicado el miércoles en el que transmite su pleno apoyo a la fotógrafa imputada. Añade que la fotografía publicada, que muestra a Catalina tomada de lejos en traje de baño tomando el sol en la terraza, “no tiene nada de indecente y no atenta contra la dignidad del príncipe y de su esposa” e indica que la imagen solo tenía como objetivo informar sobre “la presencia de estas personalidades en su región”. Concluye denunciando “el tratamiento judicial reservado al caso” el cual considera “totalmente desproporcionado respecto a la fotografía muy anodina”.
Al mismo tiempo, los jueces encargados del caso siguen investigando para descubrir el nombre del fotógrafo que sacó las imágenes de la duquesa con el pecho al aire. El fotógrafo Pascal Rospain, conocido por sus exclusivas, aseguró a la agencia France Presse que el autor de los clichés era un fotógrafo irlandés residente en el sur de Francia, pero nadie ha logrado hasta ahora dar con la identidad del paparazo. Los responsables de La Provence, que publicó su fotografía una semana antes que la revista Closer, ha negado que su fotógrafa fuera también la del topless. La revista Closer podría invocar el derecho de protección de sus fuentes para no revelar su nombre a la justicia.
Las imágenes, tomadas a finales de agosto del año pasado en un palacete propiedad de lord Linley, hijo de la princesa Margarita, la hermana fallecida de la reina Isabel, se publicaron a mediados de septiembre y provocaron un verdadero tsunami en Inglaterra. La pareja real demandó de inmediato por lo penal a las publicaciones por atentar en contra de su vida privada, al considerar que se había “cruzado una línea roja”, en palabras de un portavoz del palacio de Saint James, residencia de Guillermo y Kate.
Los tres imputados –Ernesto Mauri, presidente del grupo italiano Mandadori en Francia, editor de Closer, la fotógrafa Valérie Suau y el director de La Provence, Marc Auburtin- han sido inculpados por el tribunal de Nanterre a lo largo del mes de abril por fotografiar a la duquesa en un lugar privado y por explotar dicha imagen. El mismo tribunal ya había prohibido la reedición de las imágenes y obligado a la revista a entregar los negativos a la familia real. Pero no pudo impedir la reproducción de los mismos en varios medios extranjeros, incluidos Chi en Italia, perteneciente al mismo grupo Mandadori, propiedad de Silvio Berlusconi.
El diario La Provence ha reaccionado mediante un comunicado publicado el miércoles en el que transmite su pleno apoyo a la fotógrafa imputada. Añade que la fotografía publicada, que muestra a Catalina tomada de lejos en traje de baño tomando el sol en la terraza, “no tiene nada de indecente y no atenta contra la dignidad del príncipe y de su esposa” e indica que la imagen solo tenía como objetivo informar sobre “la presencia de estas personalidades en su región”. Concluye denunciando “el tratamiento judicial reservado al caso” el cual considera “totalmente desproporcionado respecto a la fotografía muy anodina”.
Al mismo tiempo, los jueces encargados del caso siguen investigando para descubrir el nombre del fotógrafo que sacó las imágenes de la duquesa con el pecho al aire. El fotógrafo Pascal Rospain, conocido por sus exclusivas, aseguró a la agencia France Presse que el autor de los clichés era un fotógrafo irlandés residente en el sur de Francia, pero nadie ha logrado hasta ahora dar con la identidad del paparazo. Los responsables de La Provence, que publicó su fotografía una semana antes que la revista Closer, ha negado que su fotógrafa fuera también la del topless. La revista Closer podría invocar el derecho de protección de sus fuentes para no revelar su nombre a la justicia.
Las imágenes, tomadas a finales de agosto del año pasado en un palacete propiedad de lord Linley, hijo de la princesa Margarita, la hermana fallecida de la reina Isabel, se publicaron a mediados de septiembre y provocaron un verdadero tsunami en Inglaterra. La pareja real demandó de inmediato por lo penal a las publicaciones por atentar en contra de su vida privada, al considerar que se había “cruzado una línea roja”, en palabras de un portavoz del palacio de Saint James, residencia de Guillermo y Kate.
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