Casi la mitad de la población de Nueva York roza el umbral de la pobreza
Un informe realizado por las autoridades de la ciudad compara datos de 2005 a 2011
Andrea Aguilar
Nueva York
23 ABR 2013 - 16:00 CET134
Los dólares de Wall Street resultan más llamativos que las cifras
sobre los índices de pobreza en la Gran Manzana, pero bajo su brillo se
esconde una sombra que se mantiene notablemente alargada en esta era
post-recesión. Una familia de dos adultos y dos niños será considerada
oficialmente pobre en Nueva York si gana menos de 30.949 dólares al año,
aunque los parámetros del gobierno de EE UU sitúan este límite en
22.811 dólares. En el último informe presentado por la administración de la ciudad
esta semana el número de personas que se acercaron o rebasaron este
umbral en 2011 fue casi la mitad de la población de Nueva York.
Cerca de un 46% de neoyorquinos ganaron menos del 150 por ciento de
la cifra establecida como el umbral de pobreza, lo que les incluye en un
grupo que tiene dificultades para llegar a fin de mes: los casi pobres.
Aquellos que ganan sólo un 50% más del índice de pobreza no califican
dentro del grupo que recibe cupones para comprar alimentos, ni pueden
beneficiarse, en la mayoría de los casos, de otro tipo de ayudas. El
recorte de subsidios amenaza con complicar aún más las cosas. Las ayudas
gubernamentales, calcula este estudio, han evitado que las cifras de
pobreza se dispararan aún más.
El precio de la vivienda o el coste de una guardería, entre otras muchas cosas, es significativamente mayor en Nueva York que en otras ciudades de EE UU. Por eso y porque consideraron que el método empleado por el gobierno federal para la medición del poder adquisitivo de la población estaba caduco, en 2006 la recién creada Comisión para las Oportunidades Económicas propuso que se emplearan nuevos parámetros, bajo los cuales se estudian las ayudas indirectas que la población recibe (exenciones fiscales o cupones de comida) y se tienen en cuenta un amplio abanico de factores.
El informe, dirigido por Mark Levitan y realizado a partir de una muestra de 25.000 hogares, señala que los índices de pobreza crecieron en el periodo de 2008 a 2011 en tres de las cinco pedanías o boroughs de la ciudad: Brooklyn (subió 1.6 puntos hasta alcanzar el 23.9%); Queens (ascendió un 4.8 hasta el 21.2%); y Staten Island (creció 3.9 puntos hasta el 15.3%). Aunque la tasa de empleo subió en 2011 respecto del año anterior, el estudio apunta que “los ingresos de las familias más vulnerables económicamente no han aumentado, pero el declive relacionado con la recesión se ha frenado”.
Este análisis de la del NYC Center for Economic Opportunity
–una agencia creada por Bloomberg para estudiar estrategias que ayuden a
combatir la pobreza– llega apenas dos meses después de que el Estado de
Nueva York hiciera pública la otra cara de la moneda, es decir, su informe anual sobre las remuneraciones en Wall Street.
De él se desprende que los tan controvertidos bonus en el centro
financiero, que tanto escandalizaron tras la debacle de 2008, crecieron
un 8% y se situaron en 121.890 dólares de media –cálculo que incluye
desde lo que recibió una secretaria hasta un trader o ejecutivo senior, y que difiere en cada caso alcanzando números mucho mayores en estos últimos casos–.
El título de la novela de Dickens, Historia de dos ciudades, es el término empleado por la organización que engloba los comedores sociales de la ciudad, New York City Coalition Against Hunger (NYCCAH), para describir la paradójica situación. La fortuna de los billonarios de la ciudad creció 11 billones en un año hasta alcanzar los 211 billones, lo que “equivale a los ingresos anuales de cuatro millones de familias en la media de Nueva York”, señala esta organización en su informe anual. Su estimación del número de personas que han caído bajo el umbral de la pobreza en Nueva York es de 1.6 millones, es decir una de cada cinco. Así, parece que nunca fue más cierto ese viejo dicho que proclamaba que esta ciudad es para los muy ricos o para los muy pobres.
Una familia de dos adultos y dos niños será
considerada oficialmente pobre en Nueva York si gana menos de 30.949
dólares al año, aunque los parámetros del gobierno de EE UU sitúan este
límite en 22.811 dólares
El precio de la vivienda o el coste de una guardería, entre otras muchas cosas, es significativamente mayor en Nueva York que en otras ciudades de EE UU. Por eso y porque consideraron que el método empleado por el gobierno federal para la medición del poder adquisitivo de la población estaba caduco, en 2006 la recién creada Comisión para las Oportunidades Económicas propuso que se emplearan nuevos parámetros, bajo los cuales se estudian las ayudas indirectas que la población recibe (exenciones fiscales o cupones de comida) y se tienen en cuenta un amplio abanico de factores.
El informe, dirigido por Mark Levitan y realizado a partir de una muestra de 25.000 hogares, señala que los índices de pobreza crecieron en el periodo de 2008 a 2011 en tres de las cinco pedanías o boroughs de la ciudad: Brooklyn (subió 1.6 puntos hasta alcanzar el 23.9%); Queens (ascendió un 4.8 hasta el 21.2%); y Staten Island (creció 3.9 puntos hasta el 15.3%). Aunque la tasa de empleo subió en 2011 respecto del año anterior, el estudio apunta que “los ingresos de las familias más vulnerables económicamente no han aumentado, pero el declive relacionado con la recesión se ha frenado”.
Los índices de pobreza crecieron en el periodo de 2008 a 2011 en tres de las cinco pedanías de la ciudad
El título de la novela de Dickens, Historia de dos ciudades, es el término empleado por la organización que engloba los comedores sociales de la ciudad, New York City Coalition Against Hunger (NYCCAH), para describir la paradójica situación. La fortuna de los billonarios de la ciudad creció 11 billones en un año hasta alcanzar los 211 billones, lo que “equivale a los ingresos anuales de cuatro millones de familias en la media de Nueva York”, señala esta organización en su informe anual. Su estimación del número de personas que han caído bajo el umbral de la pobreza en Nueva York es de 1.6 millones, es decir una de cada cinco. Así, parece que nunca fue más cierto ese viejo dicho que proclamaba que esta ciudad es para los muy ricos o para los muy pobres.
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