miércoles, 10 de abril de 2013

Escribir sobre el cáncer

Mirar el cáncer y la muerte de frente y escribir de ellos

Por: Winston Manrique Sabogal10/04/2013
Ebrio_de_enfermedad_portadaSi para morirse solo hace falta estar vivo, para mirar de frente a la muerte no basta con vivir. Y para acompañar de manera consciente, reflexiva y hasta divertida el camino inminente de despedida se requieren más cosas conocidas que desconocidas. Paradojas. Ebrio de enfermedad es un libro que guarda varios de estos secretos, y se convierte en un amigo del lector y en una especie de autoconciencia ya no de la vida sino del vivir, y más si viene con un gran prólogo:
El prestigioso neurólogo y escritor Oliver Sacks ha prologado el libro Ebrio de enfermedad en el cual Anatole Broyard, quien fuera director del New York Times Book Review, dejó testimonio de la manera como vivió su cáncer de próstata. Avanzamos en este post el excelente artículo de Sacks de este volumen que acaba de llegar a las librerías bajo el sello de La uña Rota. (Puedes leer aquí el prólogo de Oliver Sacks)
La pieza del escritor y médico británico, autor de títulos como Despertares o El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, no solo es una descripción del libro de Broyard, sino una radiografía sensible sobre la enfermedad misma, la manera de asumir el dolor, físico, emocional y piscológico: "Anatole Broyard escribió siempre con toda la fuerza de su intelecto y personaldiad, y no parece que hubiera nada, entre las cosas que genuinamente importan, que no suscitara su interés. Los temas relacionados con la enfermedad y la muerte, sin embargo, ocupaban para él un lugar muy especial, tal vez en parte debido a que su padre, por el que sintió siempre un gran apego, tuvo una muerte lenta sobrevenida, por así decir, a raíz de un cáncer, siendo Anatole todavía un joven".
Con estas palabras empieza Oliver Sacks este brillante prólogo. Elogio de la entereza, inteligencia y calidad literaria con que el crítico del New York Times afrontó y enfrentó sus 14 meses de enfermedad, pero también en cuanto a la profundidad de su análisis y de la sensibilidad de una persona frente al horizonte inminente de la muerte. De ese camino que debe asumir el ser humano, aquí personificado en Anatole Broyard, que falleció en octubre de 1990.
Es la primera vez que se edita este libro en España, elogiado por escritores, críticos y médicos. Ebrio de enfermedad incluye artículos como 'El paciente examina al médico', 'Hacia una literatura de la enfermedad', 'Notas de un diario' y 'La literatura de la muerte'.
Con este libro-testimonio, Anatole Broyard se suma a una tradición de grandes autores que han abordado el tema de la enfermedad, del deterioro de la vida en un individuo y que han tomado su propia experiencia no solo para dejar constancia de lo vivido durante ese proceso, sino que han convertido todo aquello en creación literaria, en arte. Una tradición que incluye en el último siglo y medio a escritores que van desde Tolstoi hasta Hitchens, pasando por Susan Sontag.
Hacia el final del prólogo el prestigioso neurólogo Oliver Sacks escribe: "En mi condición de médico, la parte más extraordinaria de un libro extraordinario como éste es el ensayo titulado «El paciente examina al médico». Broyard habla –como ya hiciera Auden en sus últimos poemas– de la clase de médico que desea tener, con quien hablar, y con el cual estar, cuando lo ha abatido el Destino y se le echan encima sus últimos días. Lo que menos desea es un médico que sea insulso, que no parezca «no ser suficientemente intenso ni voluntarioso para imponerse a algo poderoso y demoníaco, como es la enfermedad». Lo que busca en un médico es «alguien que sepa leer a fondo la enfermedad y que sea un buen crítico de la medicina… que no sólo fuese un médico de talento, sino que fuese por añadidura un poco metafísico… [uno que sea] capaz de ir más allá de la ciencia y llegar a la persona… capaz de imaginar la soledad en que viven los enfermos críticos. Quiero que sea él mi Virgilio, que me guíe por mi purgatorio o mi infierno, señalando todo lo que haya que ver por el camino".
* Ebrio de enfermedad. Anatole Broyard. Traducción de Miguel Martínez-Lage. Editorial La uña rota.

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