martes, 2 de abril de 2013

Mourinho, Casillas, no.

Mourinho se obsesiona con Casillas

Antes del duelo contra el Galatasaray, el entrenador del Madrid deja fuera de la convocatoria al capitán y mantiene su apuesta por Diego López

Las conferencias de prensa que ofrece José Mourinho están meticulosamente construidas de antemano. El mánager del Madrid se pone en contacto con sus aliados en la prensa, a veces acuerdan plantear determinados temas, luego imagina las preguntas que le harán, elabora una lista, la memoriza, y prepara dos o tres mensajes que se acomoden a las necesidades coyunturales de eso que llama “política de comunicación”. Como un estudiante de Derecho Civil, el hombre repite sus artículos, los memoriza, y luego sale al estrado y emite los contenidos. Lo hace aprovechando cualquier pregunta, casi con cualquier pretexto. La habilidad con que Mourinho ha desarrollado esta actividad no solo es producto de un don natural sino de un trabajo concienzudo. Así es como preparó la conferencia de esta martes, la más importante en lo que va de temporada para el Madrid, previa al partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Galatasaray. La idea-fuerza de su exposición, sin embargo, tuvo poco que ver con el partido que se avecina y mucho con la tremenda preocupación que siente el mánager por salvar su imagen de infalible gestor de recursos humanos. Mourinho dejó claro que le inquieta lo que diga la prensa sobre su insoportable relación con el capitán del equipo, Iker Casillas, a quien volvió a dejar fuera de la convocatoria. “Está entrenando bien”, dijo, como si hablara de un canterano, cuando le preguntaron por la situación del portero. “Tiene que continuar trabajando bien para esperar que llegue su oportunidad”.
Los jugadores del Galatasary saben lo que es ganar al Madrid. No van a tener miedo
José Mourinho
La conferencia discurría tensa, con Mourinho, normalmente hierático, moviendo los ojos y las cejas como si algo lo excitase, como si olfatease el aire, como si percibiera alguna amenaza. De pronto, el responsable en el Madrid de repartir el micrófono le dio el turno de pregunta a Fernando Burgos, periodista de Onda Cero. “Por primera vez desde que está usted en el Madrid el equipo lleva siete partidos seguidos encajando goles y solo ha dejado la puerta a cero una vez en los últimos doce”, dijo Burgos. “¿A qué lo atribuye? ¿Le preocupa que el equipo esté así defensivamente en una fase tan decisiva en la que los goles tanto a favor como en contra valen casi el doble?”.
La estadística tenía un peso dramático en un momento en el que Mourinho se felicita de las actuaciones de Diego López, el portero que ha elegido para postergar a Casillas. Por primera vez en la velada, quizá porque no se esperaba semejantes números, el mánager titubeó: “Yo lo achaco como siempre, o casi siempre, al rendimiento del equipo y principalmente, en este caso... en que este portero [se refirió a Diego López sin mencionarlo] está teniendo actuaciones solo criticables por alguien que no es imparcial pues… Insisto…”.
Cuando parecía que se bloqueaba, el mánager echó la mano al bolsillo, y dirigiéndose a Burgos  sacó un papel doblado que desplegó antes de leer modulando las frases con sentido teatral: “Yo tengo unas palabras suyas de hace años atrás en donde usted dice… ‘el jugador equis juega por decreto, es el dilema que no cesa. No acepto jugadores por decreto que jueguen estén como estén. Un entrenador que concede este privilegio perjudica al jugador. No se puede hacer a un jugador titular por su estatus. El palmarés no puede hacer alineaciones. No pasa nada por que juegue quien mejor esté. En el Real Madrid no se puede hacer jugar a un jugador por decreto. Se debe luchar por todos los títulos con los jugadores más en forma, no por los jugadores con más historial’. Y me quedo por aquí porque todos sabemos que usted no es imparcial en sus análisis”.
La reacción resultó asombrosa en un hombre que ha repetido durante años que jamás presta atención a lo que publican los medios porque lo considera una pérdida de tiempo. Al parecer, Mourinho considera que Fernando Burgos mantiene una amistad con Casillas y esto le llevó a preparar una suerte de emboscada recurriendo a una supuesta transcripción de unas palabras del reportero, pronunciadas “hace años” en radio o en televisión. Imaginar la pesquisa que debió hacer Mourinho para encontrar algo que le sirviera en los archivos privados, en la web, o donde fuera, resulta esclarecedor del estado de agitación en que vive sumido el mánager últimamente.
Además de que Casillas no debe jugar por decreto por más que lo presionen periodistas con intereses espurios, los otros mensajes que quiso trasladar el mánager versaron sobre la falta de puntería de los delanteros del equipo, la repugnancia que siente hacia la adulación, la genuina amistad que le une a exjugadores suyos como Drogba y Sneijder, el pésimo historial del Madrid en Champions en la última década, cosa que él está tratando de corregir desde su llegada, y, por último, la extrema dificultad que presenta el Galatasaray.
Si conocéis algún tipo de cultura donde hacer el pelota es un arte, esa no es ni mi cultura"
Sobre Higuaín y Benzema, sutilmente, Mourinho dejó entrever que por más que él haga un extraordinario trabajo como técnico, si los goleadores no tienen puntería todo queda en nada. “Es importante que marquemos los goles suficientes para ganar la eliminatoria”, advirtió. “Tenemos dos nueves que todos saben su calidad. Por su calidad las expectativas son altas porque cuando tienes grandes jugadores siempre esperas cosas importantes de ellos. ¡A ver si en esta eliminatoria consiguen marcar! Pero, por ejemplo, en el partido de Manchester, Higuaín no ha conseguido marcar pero ha hecho un gran partido y eso para mí es importante. Yo nunca presiono a mis atacantes para marcar goles a pesar de que es importante marcarlos. Lo importante para mí es que hagan un buen trabajo para el equipo”.
En relación a su visión de la diplomacia, la adulación y la amistad, se pronunció del siguiente modo cuando le preguntaron por las declaraciones de Drogba y Sniejder poniéndole por las nubes. “Si conocéis algún tipo de cultura donde hacer el pelota es un arte”, dijo, “esa no es ni mi cultura, ni la cultura de esos jugadores. Nuestra cultura es la cultura de los sentimientos verdaderos y de no tener problemas para no esconderlos y hacerlos reales. Han sido mis jugadores, nos queremos, nos respetamos y para mañana tenemos objetivos totalmente contradictorios. Ellos quieren ganar, yo quiero ganar, ellos quieren hacer un gran partido y yo quiero intentar ayudar a los míos para que ellos no hagan un gran partido. Es la naturaleza del fútbol pero son dos jugadores importantes en mi carrera, dos jugadores que me han dado mucho, y ahora que no son mis jugadores son mis amigos”.
“Sabemos el club que defendemos”, dijo, sobre las actuaciones del Madrid en Europa, “y sabemos la historia del Madrid en esta competición. Sabemos que nueve Champions son muchísimas Champions. También sabemos que el club ha pasado por una fase de grandísima frustración en la Champions con salidas consecutivas en cuartos, y que después entramos en la fase del casi. Hemos jugado dos semifinales y las hemos perdido. Y queremos intentar pasar del ‘casi’ a la realidad y el paso necesario es eliminar al Galatasaray”.
El Galatasaray le inspiró los mayores elogios. “Es un equipo que tiene un gran entrenador [Fatih Terim] con experiencia en partidos de este nivel”, dijo el mánager, “y que se siente confortable en esta dimensión. Que organizará a su equipo para defender, para trabajar, para conseguir un resultado bueno para ellos, pero que no tiene miedo de jugar aquí. Y tiene en su equipo jugadores que estuvieron en los mejores equipos del Mundo: en el Arsenal, en la Juventus, en el Chelsea, en el Inter, en el Madrid… Gente que está perfectamente tranquila para jugar en un escenario de cuartos de final de Champions y por eso será complicado. Los tres jugadores que tienen arriba no merecen ni comentario: Drogba, Sneijder y Burak Yilmaz pueden hacer daño a cualquier equipo”.

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