martes, 2 de abril de 2013

Un pajarito político

Maduro dice que un “pajarito” con el espiritú de Chávez lo bendijo

El presidente de Venezuela da su primer mitin en el pueblo del fallecido mandatario

El candidato Nicolás Maduro, ante un retrato de Chávez. / JUAN BARRETO (AFP)

El presidente encargado de Venezuela y candidato a presidente en las elecciones presidenciales del día 14, Nicolás Maduro, no dejó dudas este martes, en el arranque oficial de su campaña electoral, de cuál será su principal oferta para los votantes: Hugo Chávez.
Maduro celebró el primer acto electoral en Sabaneta, población natal del comandante Chávez, y en lo que fue su casa de niño. El chavismo busca reproducir, en 10 días, el recorrido del líder fallecido en su última campaña por la presidencia, en la que resultó reelegido, el 7 de octubre de 2012: “De Sabaneta pa’ Miraflores”, como reza el lema del itinerario y en referencia a la sede de la presidencia. En sus últimas apariciones públicas, Maduro, “El hijo de Chávez” —como se ha hecho denominar—, aclaró que su programa de gobierno es el mismo Programa de la patria que el ex teniente coronel presentó para la legislatura 2013-19, y que el presidente interino aspira a completar, ya como mandatario electo.
Maduro encabeza las encuestas con entre 10 y 20 puntos de ventaja respecto al candidato opositor, Henrique Capriles, informa Efe.
Pero, sobre todo, las proclamas del primer día de campaña enfatizaron que la nostalgia por el líder desaparecido, y la conversión de su tragedia personal en un motivo para la recreación de episodios de índole sobrenatural, seguirán siendo los puntos de amarre principales para asegurar, de manera emocional, los votos que den la victoria.
Entre anécdotas y remembranzas del comandante, Maduro confesó en una comparecencia televisada —y en compañía de varios de los hermanos de Chávez, dinastía del poder en el estadio Barinas— que durante la mañana de inicio de la campaña, mientras oraba, se sintió bendecido por un pequeño pájaro en el que se habría transfigurado el espíritu del comandante. “El pajarito me vio raro, ¿no? Silbó un ratico, me dio una vuelta y se fue y yo sentí el espíritu de él”, reconstruyó la escena. “Lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: ‘Hoy arranca la batalla, vayan a la victoria, tienen nuestra bendiciones’. Así lo sentí yo desde mi alma’.
Por su parte, el vicepresidente y yerno de Chávez, Jorge Arreaza, no tuvo inconveniente en promover la atmósfera mística que predominaba en el acto, cuando contó —“aunque me critique la derecha”, advirtió— lo que sintió al volver a la casa natal del presidente extinto: “Me dio un sentimiento como si entrara a la del libertador Simón Bolívar”.
En realidad nadie podría reprochar a Maduro por enarbolar la figura de Chávez como emblema electoral. A menos de un mes del fallecimiento del ex comandante de paracaidistas y líder revolucionario, su recuerdo sigue siendo tan poderoso como para movilizar a las urnas sus más fieles adoradores. Pero, además, el respaldo político a la candidatura de Maduro, que de otra manera podrían cuestionar otros legítimos aspirantes al liderazgo del chavismo, proviene directamente de una proclama pública de Chávez el 8 de diciembre pasado.
La campaña electoral durará apenas diez días. De ahí que ambas candidaturas se estén concentrando en asegurar sus votos más fieles y combatir la abstención entre sus filas.
Entre tanto, el principal candidato opositor, Henrique Capriles Radonski, tenía previsto celebrar su primer acto de masas en Maturín, capital del estado Monagas (este de Venezuela). Capriles había previsto iniciar su gira también en el estado Barinas, pero, ante las protestas chavistas y la posibilidad de que se generaran incidentes violentos, cambió su arranque a Maturín.
En la víspera del inicio de campaña, Capriles encabezó una multitudinaria “caminata por la paz”, por calles del este de Caracas. Para el dirigente de la disidencia, el acto —con réplicas simultáneamente en otras 18 ciudades del país—, antes que un propósito electoral, intentaba mostrar a la ciudadanía que uno de sus sueños más elusivos, el de “caminar de noche por la calle”, era posible. La inseguridad es uno de los temas álgidos entre las preocupaciones de los venezolanos, y tanto la candidatura de Capriles como la del propio presidente encargado Maduro no escatiman oportunidades para apropiarse de esa bandera.

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