El Gobierno portugués se reúne tras el varapalo del Constitucional a los recortes
Passos Coelho ha convocado para este sábado un Consejo de Ministros extraordinario
El Constitucional anuló el viernes la supresión de las pagas extra decretada por Passos Coelho
El líder del partido socialista pide que dimita el Gobierno y que se renegocien los ajustes
Los partidos de la coalición se muestran perplejos y avisan sobre las consecuencias del fallo
Un Gobierno portugués en estado de choque, según especifica la prensa
portuguesa y “perplejo”, según lo definen sus correligionarios de
partido se reúne hoy en Lisboa, en un consejo extraordinario, a las tres
de la tarde (16.00 horas peninsular española) para, según una nota
oficial, “examinar el contenido” del dictamen de ayer del Tribunal Constitucional
que invalida algunas de las principales medidas del presupuesto en
vigor. El impacto político de la decisión de los jueces, que anula la
retirada de las pagas extras para funcionarios y pensionistas, entre
otras normas, es brutal, según explica la prensa portuguesa.
El semanario Expresso cita a un par de ministros, sin revelar sus nombres, para asegurar que el Gobierno se esperaba un rechazo, pero no de esta cuantía. El diario Público titula, en su primera página, de manera simple y significativa: “El Gobierno, en estado de choque con la decisión del Tribunal Constitucional”. La vicepresidenta del PSP, partido del Gobierno, Teresa Leal Coelho, confiesa que se sienten “preocupados y perplejos”. Y en una entrevista en la televisión portuguesa añadió: “Esto no es un problema para el Gobierno; este es un problema para el país”.
La oposición pide la automática dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones. El secretario general del Partido Socialista portugués, António José Seguro, negó que vaya a ofrecerse para un hipotético acuerdo nacional para encontrar una solución al agujero. “Yo me ofrezco a sustituir al Gobierno”.
Es decir, los puentes entre la oposición y el Gobierno han volado y el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, deberá encontrar una solución a este embrollo económico: ¿De dónde sacar 1.200 millones de euros que el Gobierno deberá emplear en abonar las pagas extras y en devolver parte de subsidios retirados también declarados inconstitucionales? Hace semanas, en una reunión con miembros de su partido, Passos Coelho amenazó con dimitir, según la prensa portuguesa, si el los jueces le echaban por tierra el presupuesto. Ahora se habla menos de dimisión pero no se descarta.
Hay analistas que pronostican una próxima (e inevitable) negociación con la troika, a fin de que ésta afloje los plazos. Es algo que ya hizo en la última inspección llevada a cabo en Lisboa, hace tres semanas, donde alargó el déficit portugués para este año del 4,5% al 5,5%. Y eso sin decisiones del Tribunal Constitucional. Por eso, la pregunta que se hace todo el país ahora, tanto el presidente del Gobierno como el vecino que acaba de comprar hoy el periódico, es la misma: “¿Y ahora qué?”
El semanario Expresso cita a un par de ministros, sin revelar sus nombres, para asegurar que el Gobierno se esperaba un rechazo, pero no de esta cuantía. El diario Público titula, en su primera página, de manera simple y significativa: “El Gobierno, en estado de choque con la decisión del Tribunal Constitucional”. La vicepresidenta del PSP, partido del Gobierno, Teresa Leal Coelho, confiesa que se sienten “preocupados y perplejos”. Y en una entrevista en la televisión portuguesa añadió: “Esto no es un problema para el Gobierno; este es un problema para el país”.
La oposición pide la automática dimisión del Gobierno y la convocatoria de elecciones. El secretario general del Partido Socialista portugués, António José Seguro, negó que vaya a ofrecerse para un hipotético acuerdo nacional para encontrar una solución al agujero. “Yo me ofrezco a sustituir al Gobierno”.
Es decir, los puentes entre la oposición y el Gobierno han volado y el primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, deberá encontrar una solución a este embrollo económico: ¿De dónde sacar 1.200 millones de euros que el Gobierno deberá emplear en abonar las pagas extras y en devolver parte de subsidios retirados también declarados inconstitucionales? Hace semanas, en una reunión con miembros de su partido, Passos Coelho amenazó con dimitir, según la prensa portuguesa, si el los jueces le echaban por tierra el presupuesto. Ahora se habla menos de dimisión pero no se descarta.
Hay analistas que pronostican una próxima (e inevitable) negociación con la troika, a fin de que ésta afloje los plazos. Es algo que ya hizo en la última inspección llevada a cabo en Lisboa, hace tres semanas, donde alargó el déficit portugués para este año del 4,5% al 5,5%. Y eso sin decisiones del Tribunal Constitucional. Por eso, la pregunta que se hace todo el país ahora, tanto el presidente del Gobierno como el vecino que acaba de comprar hoy el periódico, es la misma: “¿Y ahora qué?”
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