Aura Marina se desvela poco a poco.

Desde que Aura Marina aparece todos los días en mi página de facebook, dejándome amorosos mensajes los cuales me deleitan mucho, le he pedido, le he rogado que se vaya quitando esos velos que la cubren toda, para que yo sepa quién es y termine este juego de las escondidillas.

Ella se va desvelando poco a poco, los velos empiezan a caer suavemente al piso, y va mostrando una historia, un cuerpo, rostro, y una cierta sonrisa pícara. Lo que se inició como una aventura en la Red, ahora ha tomado visos de algo serio y encantador.

Aura Marina ya colocó una foto suya en su página del facebook, donde sale estupendamente guapa, tanto que yo no podía dar crédito a lo que mis ojos veían, es una fortuna habernos encontrado en este mundo virtual.

Todo este descubrimiento de Aura Marina, en su verdadera dimensión real, se lo debo a la cámara web que le coloqué a mi vieja computadora, fijada con una cinta adhesiva para que se sostenga firme en lo alto de la máquina.

Nuestra primera sesión con la cámara para dar paso a la videoconferencia, estuvo cargada de emociones previas. Era una especie de cita cara a cara en algún delicioso restaurante, nos arreglamos bien, cuidamos el peinado y la sonrisa, nos vestimos para la ocasión con alguna prenda llamativa, ella apareció completamente ataviada de negro, con una blusa escotada y varios collares largos sobre su cuello, los aretes divinos, y su cabello negro recogido en la parte de atrás, como me gustan las mujeres de pelo largo, que se lo partan en dos, a la mitad, por una vieja fijación con las bailadoras de flamenco, que siempre me han entusiasmado hasta el delirio.

Su voz tierna y dulce me desarmó por completo, ese tono melódico y pausado que usó esta primera vez me dejó con la boca abierta, sin poder decir palabra alguna, y eso que soy un maestro de la palabra. La admiraba en la pantalla con devoción como si ella fuera una aparición de alguna vírgen, como si fuera un milagro.

A veces se movía con rapidez y su imagen se distorsionaba un poco, pero siempre recobraba la postura original, estudiada y linda, no dejaba de sonreír después de cada intervención ante el micrófono.

En el transcurso de la extensa conversación sostenida entre Aura Marina y yo, hecho sucedido a las dos de la madrugada del domingo pasado, ella se puso de pie y salió de la escena por unos segundos, volvió con un té verde en la mano derecha y me preguntó con candidez: "¿Gustas, mi amor?"

A ratos Aura Marina se inclinaba distraidamente ante la cámara y dejaba ver su busto generoso, cosa que agradecí sin decírselo por supuesto. Nos gustamos uno al otro, sin duda.

El misterio se desveló esa noche, más bien esa madrugada, me confeso que ella me conoció hace 20 años en un centro de formación para psicoanalistas de la ciudad de México, me vio de lejos y preguntó quién era yo, alguien le dijo mi nombre.

Al paso del tiempo, ella visitaba el periódico La Jornada donde yo laboraba, y se sorprendió encontrarme ahí, pasé fugazmente frente a ella en cierta ocasión, relata ella. La obsesión empezó a surgir con fuerza en su mente, pero los años pasaron, muchos años. En aquella época ella contaba solo con treinta años, hoy tiene veinte más.

Su sorpresa fue mayúscula cuando de repente descubre que el hombre aquel del Círculo de Psiconalistas y el del periódico La Jornada, era el mismo que tenía enfrente en una página del facebook. A esto obedeció su impulso inicial y su atrevimiento, pese a que no es muy extrovertida, venció la barrera de la inhibición y se lanzó trás su deseo de conocerme a como diera lugar. Y lo logró.

Cada noche aparece en mi pantalla de la computadora, sonriente y vestida para la ocasión, elegante y sobria a la vez. Este es un nuevo rito para mi, el cual implica una ducha previa, disponer el vestuario para la entrevista, un peinado con gel para que no se mueva ni un pelo de su lugar, una sonrisa cuidada.

Estamos pensando en hacer el amor...virtual

Sólo eso nos falta para estar completos como amantes nuevos...