En todo el planeta si hay algo que indica el grado de globalización de los seres humanos, es el teléfono celular. Todo el mundo, literalmente, está conectado a la red de telefonía satelital.
Hace 15 años nadie hubiera apostado por el desarrollo tecnológico de los móviles, y sin embargo ese aparato ha resultado uno de los inventos tecnológicos de mayor creatividad en el siglo XXI.
Este es el invento clásico ya de la posmodernidad, como era tecnológica y científica.
Carlitos no juega con camiones, pelotas, pistolas o soldaditos. solamente le gustan los teléfonos celulares.
Carlitos apenas acaba de cumplir dos años de edad y le fascinan los celulares de su familia, el de su madre, de su padre o de su abuela. No hace distinciones.
El móvil que nos sirve de cámara de fotografiar, de despertador y hasta de bloc de notas, también se usa para entretener al niño. “Hola papi estoy en casa…”, dice el pequeño con dos años recién cumplidos y el móvil pegado a la oreja.
Carlitos, pelo y ojos claros y enorme barriga que muestra con orgullo levantándose la camiseta, llama al aparato "cel". Aún no es suyo, pero más pronto que tarde querrá tener uno propio. ¿a qué edad tendrá Carlitos su primer "cel"? ¿Cuándo lo necesitará en realidad? ¿Si lo tiene será un niño caprichoso¿ ¿Si no lo tiene será un marginado?
El 66 por ciento de los niños entre 10 y 15 años dispone de móvil, esto ocurre en países desarrollados. Eso en pleno 2010. Y creciendo. Los padres justifican la entrega de un móvil a edades tempranas para ganar tranquilidad: los niños están siempre localizables. Un quebradero para escuelas y profesores. La opción dentro de las aulas es requisarlos. La pregunta es cuándo hay que comprarlo.
El gran problema de las escuelas en todos sus niveles, es que los niños y jóvenes traen integrado a su oreja esos teléfonos celulares, y no paran de jugar con ellos o mandar "mensajitos". Es el terror de los profesores, que no saben qué hacer con ese aparato que todos tienen y que interrupen la enseñanaza con sus melodiosos timbres o canciones.
En pocos años, relativamente...la tecnología ha dado un vuelco hacia adelante tan así de rápido que nos ha cogido a muchos desprevenidos.
ResponderEliminarLos sociólogos se estaran preguntando, especulando sobre el efecto, la incidencia que tienen esos aparatos en las relaciones interpersonales.
Lo planteas tal cual es, Bolívar.
El niño quiere el "cel" porque ya "todos" (aunque sean 6 o 7) sus amigos lo tienen. Si los padres optan por darle el "cel" será para sacudirse al niño y su cantaleta o para que el nene no se quede atrás (no se qué es peor)...los padres quizas mejor ni piensan en las consecuencias de esa inmediata acción, para qué. Si no se lo dan...seguro notarán pronto las consecuencias porque el niño se "deprimirá"...las maestras quizas no sepan como lidiar con la situación y convocarán a reunión con los padres indicándoles que el niño es uno que no se adapta y que recomiendan una evaluación y si es necesario medicación. El niño sin "cel" se ha convertido en un problema. El colegio quiere manejar un grupo de niños más homogeneo. Señores...su muchachito es un inadaptado y quizas mejor le convenga otro tipo de educación en algún otro establecimiento. Nosotros no vamos a poder tenerlo.
Nos hemos convertido en esclavos de la tecnología y no digamos del cel. Es una necesidad creada.
Puede salvar una vida, resolver situaciones. Antes había samaritanos que se detenían para ayudar. Eso parece que ha caducado...
Con todo y todo yo no me acostumbro a la urgencia de un niño para tener celular.