La última cena de los Monterroso.

Como venía sucediendo cada año, cada 19 de septiembre, los Monterroso se reunían a cenar para celebrar un aniversario más de su boyante empresa cervecera. Claro, la gente de este país bebe mucha cerveza por el clima cálido que impera casi todo el año,y casi siempre se festejan los acontecimientos públicos y privados con cerveza.

Los jóvenes de este país consumen miles de botellas de cerveza cada fin de semana, hombre y mujeres, e inclusive existe un autobús especial que patrocina la cervecería el famoso "Chiva loca", donde muchos chicos se pasean por un circuito de cantinas y bares, aparte de consumir las cervezas que llevan dentro del transporte, eso transcurre durante varias horas por las noches del fin de semana.

Todo esto beneficia grandemente la fortuna de la familia, su lema es:" mientras más borrachos haya, mucho mejor para los Monterroso".

Pero esa noche del pasado 19 de septiembre, fue especial y sorpresiva por lo que ahí se dijo, a la hora de los brindis con whisky escocés y coñac francés, después de haber consumido una deliciosa cena preparada por su chef particular Christian Lowe.

Todo era perfecto, porque así es como se planifica esa cena anual, que corre a cargo de la señora Nancy de Monterroso, ella perdió su apellido de soltera el día que se casó con Ricardo Monterroso, eso fue hace 35 años.

La cena anual es un acontecimiento para los 5 hijos que procreó el matrimonio, porque ese día se hacen grandes anuncios, muy importantes todos ellos: la cervecería ya cotiza en la Bolsa de Valores de Nueva York, la hija mayor, Shirley ya se comprometió con el hijo de un rico finquero de la costa sur, dedicado a la producción de azúcar, Ricardito ya terminó su High School en la Universidad de Miami, los otros tres hijos menores, Ivonne, Déborah y Pedrito, van muy bien en sus estudios en el colegio San Javier.

Son los Monterroso una familia modelo para la sociedad, integrados sólidamente y unidos por valores cristianos que practican todos los domingos en la iglesita de Yurrita. La pareja de Ricardo y Nancy casi siempre participan en la misa haciendo lecturas de pasajes bíblicos,mientras sus niños pequeños se dedican a pasar entre los fieles recogiendo el diezmo, en unas bolsas de terciopelo negro.

Además, todos comulgan por riguroso orden jerárquico: primero los progenitores y luego los chicos, al final el séquito de la servidumbre y los guardaespaldas.

Pero esa noche, durante la cena, se alcanzaba a percibir cierto ambiente tenso en los padres, que los hijos advirtieron de inmediato.

Ya la final de la opípara cena que disfrutaron todos los Monterrosos y algunos invitados especiales: los novios y novias de los chicos, el drama se desató de pronto.

Nancy, que ya había ingerido algunas copas de vino tinto, y previamente varios tequilas, tenía el rostro ruborizado por efectos del alcohol, la mirada extraviada y el peinado un tanto revuelto por tanto mesarse los cabellos de los puros nervios.

La señora De Monterroso tomó un cuchillo de plata que tenía a su derecha, y con él empezó a golpear delicadamente una copa vacía, para llamar la atención de la concurrencia, quienes de pronto voltearon a verla, ella ya estaba de pie, y empezaba a carraspear para aclararse la garganta, agarró fuerza y respiró profundamente.

El silencio fue absoluto en el comedor, y todos se encontraban intrigados, se veían unos a otros, y con los ojos inquirían: ¿qué pasa? Porque Nancy nunca hablaba en voz alta en ese tipo de cenas de aniversario, es más nunca tomaba la palabra, eso le corrspondía a su marido exclusivamente.

"Querida familia mía, quiero decirles dos cosas a todos. Yo me voy de esta casa esta misma noche, no soporto un día más, tantas infidelidades de su padre. Estoy harta de que él me vea la cara de estúpida, soy inteligente y tengo dignidad. El dinero no es ni ha sido mi mayor felicidad, quiero hacer otras cosas con mi vida.

Pero les tengo otra noticia, y espero que me perdonen por lo que voy a decirles, no lo hice con ánimo de molestar a nadie, fue producto de mi debilidad como mujer enamorada.

Hace tiempo me embaracé de otro hombre, uno de ustedes hijos mios, no es hijo de su papá, lo siento mucho y le pido perdón.

El desconcierto de todos fue mayúsculo. Ricardo, ya muy borracho, se quedó pasmado con la noticia, no sabía cual de las dos cosas le molestaba más, sí el haber sido descubierto en sus infidelidades descaradas o el haber sido engañado por su amada esposa, metiéndose con otro hombre. ¿Quién sería ese hombre?

Nancy desapareció de la escena familiar y se largó a su habitación a recoger las maletas que ya previamente había preparado para salir de inmediato de la gran residencia de la zona 14.

Los hijos se veían directamente a los ojos para tratar de ver quién de ellos era el hijo del pecado de mamá. Se atormentaban con preguntas sin respuesta: ¿Seré yo? o ¿Eres tú el ilegítimo?

Mamá sálvanos, !¿Dínos, por favor, quién es el ilegítimo de los cinco hermanos?¡

Nancy ya iba tomando la carretera a El Salvador, a bordo de su flamante auto BMW, acompañada de un hombre mayor, quien solamente le puso encima de su hombro derecho una mano cariñosa que calmó su ansiedad.

Y las risas de Nancy se alcanzaban a escuchar fuera del auto, era mucha su alegría...