viernes, 1 de octubre de 2010

La Nena y su mamá.

La madre se llama Alba y la hija se llama igual, pero para distinguirlas una es Doña Alba y la otra es Albita, la Nena.

Estas mujeres provienen de una familia de mucho abolengo en Guatemala, los Fortuny, cuya fortuna se vino a menos durante la expropiación agraria de los años cincuentas. Sin embargo, mantienen el porte de gente "decente" y viven como si tuvieran mucho dinero. Viven de apariencias, porque esta sociedad así se los exige a los ricos de siempre. Es algo que ocurre frecuentemente en Guatemala, las familias simulan tener recursos económicos cuantiosos, naturalmente las familias de abolengo como los Fortuny.

La Nena confesó a su amiga íntima, María de Jesús, que ellas toda la vida han vivido "de puntitas", como si fueran bailarinas de ballet, en esa eterna posición que adormece los muslos de las bailarinas después de media hora de danzar de puntas. Dice la Nena, "nos la pasamos todo el tiempo haciendo equilibrios y malabares para estirar el gasto; tenemos autos caros pero no tenemos para la gasolina, así que los sacamos poco a carretera. Ya no vamos a La Antigua que tanto le gustaba a mi mamá".

"Mi mami quiere que me case con un hombre con fortuna, yo no sé si pueda conseguirlo porque casi no me deja conocer hombres, y a los pocos que se atreven a cortejarme a todos les pone objeciones. Le presento uno y otro, y a todos interroga: ¿Y usted de que familia es? ¿Dónde viven sus papás? ¿A que se dedica su papá? ¿Usted en qué trabaja? ¿Dónde estudió la carrera? Mis pretendientes se asustan y salen corriendo y no vuelven.

"Estoy desesperada con mi mami y su cerrazón, me va a dejar soltera o para vestir santos, como dicen aquí en mi tierra". Yo quiero formar un hogar y una familia católica, decente. Pero eso de los hijos, todavía me lo pienso mucho".

"Hace algunos meses, mi prima Verónika me presentó a Juan Luis Orendain, y él me encantó a las primeras de cambio. Es fino y caballeroso, y tiene ascendencia vasca directa, eso le fascinó mucho a mi mami. Es muy importante que el pretendiente le guste primero a mi mami y luego a mi, ya que ella decide quién si y quién no. Yo siempre le hago caso, porque ella es muy atinada y tiene un ojo clínico para detectar abolengo en las familias de procedencia.

"Las dos veces que he salido con Juan Luis a desayunar a La San Martín, una panadería con restaurante, mi mami me ha hecho el favor de acompañarnos. Él ha estado muy lindo y muy correcto, conversando de cosas que a ella le interesan, como es la vida de la realeza europea. A mi me da la sospecha de que Juan Luis lee el !Hola de España, porque sabe tantos detalles de las princesas y reinas de por allá. !Es divino¡

"Mi mami me dice: Nena ese hombre si nos conviene, es culto y preparado, y tiene una forma honorable de ganarse la vida, es arquitecto. Y, además se apellida Aycinena, de las familias más respetadas y tradicionales de Guatemala, por si no lo sabías mi querida Nena.

"Estoy muy molesta con mi mami, porque la primera vez que Juan Luis me invitó a merendar en un elegante café-restaurante de Fontabella, un centro comercial y gastronómico para la gente bonita de Guatemala, a fuerza quería ir ella para acompañarnos. No se lo permití, pero ella se enojó mucho y hasta lloró, y me dijo que yo era una ingrata con ella. Me sentí culpable, por supuesto. Siempre caigo en las garras de sus chantajes emocionales.

"Salí con Juan Luis esa tarde, y mi mami se quedó encerrada en su habitación y no me quiso dar su bendición, estaba muy enfadada conmigo, por mi rebeldía y poca cabeza.

"Nos dispusimos pasarnos un rato contentos. Él eligió La Vinoteca, a mi me dio mala espina. Yo pensé: este quiere emborracharme y luego llevarme a un hotel y hacerme el amor, con esa pasión que lo caracteriza al fino y educado de Juan Luis.
Pués yo soy muy lista, sigo los consejos de mi mami, y solo pedí café con un poco de leche deslactosada y un sandwich de jamón de pavo y queso manchego, al fin que eso no tiene efectos que le nublen la vista a una o la hagan perder el juicio. Él sí ordenó una botellita de vino tinto chileno, creo que dijo: Casillero del Diablo, y eso si que es cosa mala para una mujer como yo, no puedo beber eso. Aunque me ofreció una copita, me negué a aceptarle ni siquiera una probadita. Pero enmedio de la plática, todo a media luz, él intentó darme un beso en la boca pero me percaté que tenía un poco de vino, y me dije: este quiere verme la cara de tonta, me besa y me pasa un poco de vino de su boca a la mía, y luego yo ya mareada pues se me aflojan las piernas y quien sabe lo que puede pasar después. El vino tinto, me dijo que hace maridaje con una carne roja de res, un filete. Eso ordenó y se lo comió todo, no dejó nada en el plato, y me dice mi mami que eso es de mala educación.

"Una vez que hubiéramos terminado la merienda, yo pensaba que tendríamos que volver a mi casa de inmediato, pero Juan Luis me llevó al sótano de Fontabella para recoger su auto y ya dentro de él, me empezó a poner su mano encima de mi pierna izquierda, yo no alcancé a reaccionar solo me puse tensa pero dispuesta a sentir algo rico en mi cuerpo, por primera vez. Como no arrancaba el auto, yo puse algo de música en su estéreo para calmar mis nervios y disipar mis nervios, pero puras canciones románticas había en ese cassete, pues dije: a mi eso me gusta y le seguí permitiendo que sus manos recorrieran todo mi cuerpo, aunque el se detenía en mi pecho, quién sabe por qué. Ya muy exitada por ese manoseo de Juan Luis, le rogué que me llevara la casa, a la mía. Él no hablaba, solo jadeaba, como que se le cortaba la respiración y los ojos nunca los abrió; solo suspiros y suspiros se escuchaban dentro del auto, con el fondo musical de unas canciones de Gloria Estefan.

"Yo no dejaba de pensar en mi mami y en imaginarme su cara al saberme manoseada por este hombre guapo y delicado. La culpa me corroía por dentro pero mi placer era superior a esa sensación de regaño de mi mami, la traigo muy metida en mi corazón.

"Juan Luis llegó a un punto en que se quedó como dormido, con una cara de placidez y gozo, solo sonreía para sus adentros. Yo toda turbada por lo acontecido dentro del auto, le pedí con energía que ahora sí me llevara a mi casa. Y él hizo caso, arrancó y nos fuimos de Fontabella.

"Al llegar a mi casa, Juan Luis no se quería bajar del auto, me fijé que traía una gran mancha de agua en su pantalón, y pensé que eso le daría mucha pena, porque parecía que se hubiera orinado. Pero entramos juntos a la casa y mi mami seguía en la habitación encerrada a piedra y lodo.

"Pues quise aprovechar los últimos minutos junto a Juan Luis, y me atreví a darle un beso en la mejilla. Qué atrevimiento el mio, que tal que sale mi mami y nos ve
!Dios guarde la hora¡

"Y para despedirnos aproveché la ocasión para invitar a Juan Luis al cumpleaños de mi mami el siguiente sábado, habrá un rico almuerzo, te va a encantar, le dije.

"Pregunta Juan Luis: oye Nena ¿y cuántos años cumple tu mami, para ver que le regalo que sea apropiado?.

La Nena le responde muy oronda: "noventa y cuatro, y está muy entera la señora"

2 comentarios:

  1. Muy bueno!!! Felicitaciones Bolivar!

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  2. Qué entretenido relato, Bolívar. Una analogía muy buena al perfil de la gente cerrada de sociedad en estos tiempos...exagerado pero le da esa nota de humor que hace que el cuento sea más apetecible de leer.
    Entre tanto venido a menos y tantos narcos venidos a más tu historia es una delicia de leer. Tiene un final excelente. Un par de parroquianos en mediana edad manoseandose en Fontabella. Una mujer vieja preocupada por colocar bien a su hija remilgada.
    Me ha encantado.

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