sábado, 30 de octubre de 2010

Los ancestros, cumplir con ellos.

Hoy fui al cementerio a la tumba de mis padres, cosa que hago no solo en estas fechas que marca el calendario católico para rendirles un tributo anual a los muertos, nuestros muertos; si no también en otros momentos de la vida.

Somos eslabones de una infinita cadena de ancestros, que explican cómo llegamos hasta aquí.

Me agrada tener a mis ancestros en la memoria, porque es reconocerme en ellos todo el tiempo, es bello tener pensamientos acerca de los ascendientes directos y rendirles ofrendas amorosas con el pensamiento.

Lo que yo pienso y hago, en materia de no olvidar a nuestros antepasados, se los trasmito a mis hijos y nietos, frutos maravillosos de mis descendencia o linaje.

Las enseñanzas de los abuelos guiarán nuestros pasos por este mundo, por ser ejemplos de nobleza y de servicio a los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario