sábado, 16 de octubre de 2010

El amor maduro y los hijos.

Una interrogante muy pertinente es la que se refiera a: ¿Se puede tener un amor maduro e hijos al mismo tiempo?. En principio tendría que admitirse el hecho que el amor maduro puede incluir a los hijos. Aunque en general el amor maduro se piensa en el marco de una pareja sin hijos, porque es factible y más fácil organizar la vida de una manera que permita a la pareja cierta independencia, con el solo compromiso de velar uno por el otro.

La amistad y la solidaridad en la pareja que ha entrado en el esquema del amor maduro, de la que me he ocupado en artículos anteriores, es posible también ponerla en práctica con respecto a una pareja con hijos (propios o no). Los hijos por sí mismos son un proyecto vital que compromete a la pareja de un modo distinto, al que implicaría un proyecto sin ellos.

En los hechos las parejas que tienen hijos en común o no, se realizan dentro de una perspectiva solidaria y plena de amistad, donde el amor maduro se impone con esta condición, vivir bajo el mismo techo o, al menos, muy próximos.

Un caso de unos amigos mios que viven en Chile, es un caso paradigmático en el que resolvieron el asunto de una pareja independiente con hijos comunes, habitando una casa duplex, dos pisos pero independientes, con salidas a la calle por separado. La mujer vive abajo con los niños y el hombre vive en la parte superior, pero mantienen una convivencia diaria organizada y planificada, donde los hijos no representan un estorbo o un impedimento para la realización personal de ambos.

Hay que decirlo de entrada y rápidamente, que en esta sociedad moderna y urbana la crianza y cuidado de los críos sigue recayendo mayormente en las manos femeninas. Por más que el varón de la pareja sea cooperativo y solidario en ese proyecto de crianza, la mujer sigue siendo la pieza clave, la "que hace el hogar", la que pone el orden necesario para que las cosas funcionen adecuadamente, la que ponen las reglas, la que impone los hábitos en los niños, la que cuida a los enfermos, la que mima y la que regaña más.

la famosa y peleada igualdad de las feministas de aquellos viejos tiempos en que todo debería ser parejo, cambiar el mismo número de pañales, dar el mismo número de biberones, etcétera, nunca funcionó más allá de un periodo corto.

El problema central de los hombres es que la relación de pareja se rige bajo un esquema de poder, más aun cuando el varón es el proveedor único. Esto está cambiando velozmente, al incorporarse las mujeres al mercado de trabajo.

Mi punto de vista del amor maduro bajo condiciones normales de tener hijos en común o no, las famosas familias reconstituidas de hoy: mis hijos, los tuyos y los nuestros, es un tema digno de explorarse más a fondo. ¿En qué momento la pareja dispondrá del tiempo necesario para amarse y conocerse más profundamente, si están los hijos presentes demandando atención absoluta? La respuesta no es fácil de encontrar.

Cuántas parejas no han terminado el proceso de conocerse cuando ya tienen un hijo (o varios) que interrumpe el largo camino del conocimiento del otro, para pasar a atender lo urgente e inaplazable que es la atención del crío.

El trabajo de consolidar un amor maduro en esas condiciones es un verdadero acto de heroísmo, y me temo que mucho más complicado para la mujer. Por lo que hemos visto líneas arriba.

La madurez es también producto de la crianza de los hijos, pero es otro camino distinto del ser humano. Marca para siempre, decía la protagonista de una novela de moda, "tener un hijo es como tatuarse la cara", queriendo decir que hay que pensárselo antes de tenerlos...

Seguramente existen parejas jóvenes y, otras muy adultas, que han tenido la ocasión de ensayar exitosamente la construcción de un amor maduro que superviven en el largo plazo con hijos de por medio.¨Pero, desgraciadamente, no son la mayoría deseable.

Finalmente, habría que decir con énfasis que el amor maduro es una pretensión genuina y válida para todo el mundo que se comprometa a fondo, primero con su persona, luego con el otro. El largo camino del conocimiento del otro dura toda la vida y no alcanza el tiempo de la existencia misma para cumplir cabalmente el objetivo.

Sin embargo, con toda y esas limitaciones reales hay que intentar vivir felizmente con alguien a quien pretendemos ir conociendo a fondo, día a día. La amistad es el conocimiento del otro igual que el amor tiene esa sustentación básica.

¿Quién dijo que amar es algo sencillo y fácil de realizar?

2 comentarios:

  1. Mmmmmmmmmmmm. Mmmmmmmmmmmmmm
    No creo que funcione con hijos un amor maduro. Los hijos demandan tanta atención cuando están en edad escolar. Clases por aquí y por allá, cumpleaños, deportes, actividades, tareas, trabajos de grupo, doctores y vacunas, dentistas, sin contar que mis hijos eran los mejores clientes del traumatólogo. A eso agregarle el tráfico y las distancias largas. Llegar a casa a las 7 pm a que se bañen, cenen y a la cama. Luego sonreirle al marido, sería pedir demasiado. El amor maduro en mi opinión es sin hijos o quizá solamente con 1 o cuando ya se van a la universidad.
    Solo de recordar esa vida, me siento agotada.

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  2. Si, quiero empezar respondiendo a esa pregunta, ¿quién dijo que amar es algo sencillo o fácil de realizar?. Alguna vez yo lo dije, pero estaba equivocada; en varias ocasiones creí que era sumamente fácil para mi amar otros sin saber mucho de esos otros (me refiero tanto a los sentimientos de amor de pareja, como a los sentimientos de amor entre hermanos o miembros de una familia o comunidad en donde existe la amistad). Bastaba para mi con sentir gratitud por percibir un valor incalculable por la sola presencia de la belleza y bondad que podía apreciar en una persona para decir que podía amar o decirle a alguien te amo.

    Ahora Reflexiono sobre diferentes experiencias propias o simplemente vistas y puedo distinguir mi error y concluir que: sentir amor y expresar amor son cosas diferentes, la primera es fácil, la segunda no, y en el significado del verbo amar están las dos. El factor cultural, el mapa mental que cada uno tienen de la vida y su esencia, según las vivencias de cada cual tiene mucho que ver con saber expresar amor, pues por la ignorancia de unos pequeños detalles que pueden hacer la diferencia en la comprensión del lenguaje, costumbres o concepciones, puede surgir el cansancio, y otros sentimientos que borran o degradan la primera impresión que permitió el surgimiento del sentimiento de amor, impidiendo así que surja desde luego la expresión del amor.
    Es así que creo que hay amores efímeros (los sentimientos temporales)aquellos que sólo llegan al sentimiento pero no logran llegar a la expresión. La expresión del amor implica deseo de construcción, el conocimiento de las diferencias, el cuidado, el respeto, la gratitud y la admiración, la conciencia del significado de amar.

    Amar significa para mi el deseo de permanencia con el cuidado personal y el respeto del proceso de evolución o prosperidad espiritual e intelectual de cada Ser que está unido a otro u otros por el sentimiento de amor.

    Pienso en el amor maduro en el contexto de pareja o en los seres que conforman una pareja, y concibo entonces a la pareja como una empresa de amor que produce y da amor, en el conocimiento consciente, de su capacidad de creación, respeto y ovación mutua de la misión de cada uno al servicio de sí mismos y de los seres que habitan su entorno.

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