Los mineros chilenos, en la gloria.

Al anochecer de este miércoles 13 de octubre del 2010, la mayoría de los 33 mineros soterrados ya habían sido rescatados de las profundidades de la mina de San José. La misión gubernamental fue todo un éxito...mediático.

Son más de 700 los periodistas de todo el mundo que esperan ansiosos a los mineros para entrevistarlos y obtener una exclusiva que sea extraordinaria para el consumo de esos millones de lectores y espectadores, que aguardan las revelaciones de ellos con gran pasión e interés.

Ya se supo que algunos periodistas extranjeros han conversado con los familiares de los mineros, para ver si es posible tener una nota exclusiva, claro mediante una gratificación jugosa en dólares o euros. Esas historias de las profundidades, valen oro para los medios masivos de comunicación, sabiendo que un gran público integrado por millones de personas, quieren saber intimidades y dramas vividos bajo un encierro forzoso durante casi dos meses.

A los mineros ya les tienen ofrecidos muchos premios económicos, viajes, entrevistas, reportajes. La iniciativa privada chilena se tornó de pronto filantrópica y ha mandado ayuda importante para los mineros y sus familiares, claro sin dejar de hacerse promoción de sus productos y marcas. La verdadera filantropía es anónima pero siempre hay un impulso de sacar ventajas de los actos de caridad.

El gobierno del derechista Sebastián Piñera no ha dejado de recibir a cada uno de los rescatados, acompañado de la primera dama y de sus ministros, y con una gran sonrisa y abrazos afectuosos, la clase política se congratula de su exitosa misión de salvamento, que ha dejado sorprendido a todo el mundo.

Este acto mediático ha sido catalogado por la Cadena CNN en español, como el acontecimiento número cuatro más visto y seguido por millones de personas en el mundo, después de la Copa Mundial de Futbol de Sudáfrica y de la toma de posesión como presidente de los Estados Unidos, por parte de Barack Obama.

Lo que el gran público televidente exige es el chisme caliente o las filtraciones de intimidades o escandalos vividos bajo la tierra, entre esos 33 mineros chilenos.

Lo que sucede arriba sucede abajo, diría Osho. Algunos mineros se han revelado como maridos infieles, tienen amantes que los aguardan afuera de la mina, al lado de las esposas legítimas, porque ahora que supieron que van a recibir una buena cantidad de dinero, pues el interés tiene pies.

En las familias de los mineros, como institución social, recaerán todas las consecuencias y problemáticas generadas a 700 metros de profundidad, ahora junto con los mineros rescatados emergen también las diferencias y desacuerdos familiares. Los temas de siempre dentro de las parejas humanas, ahora estallarán al paso de los días, la vuelta a la normalidad así lo indicará con sus rutinas desgastantes entre ellos. Pero esas serán otras historias íntimas, que ya no sabremos su final.

Hay que destacar, nuevamente, el papel fundamental que han jugado las redes sociales para comunicar entre millones de personas lo que estaba sucediendo en torno a la mina y sus protagonistas.

Es de llamar la atención que haya sido la cadena CNN en español, la única televisora estadunidense en estar presente sin interrupciones, para divulgar lo que ahí habría de suceder minuto a minuto. Ni siquiera la televisión estatal chilena pudo dar una cobertura absoluta del rescate de los mineros.

Finalmente, sobra decir el papel ideológico que ha persistido en torno al reforzamiento del nacionalismo chileno y el orgullo de pertencer a una raza de valientes y héroes. Son miles de banderitas chilenas que inundan la pantalla de la televisión, eso es un acto de programación de lo mediático con mucho tino, por parte de los comunicólogos al servicio de ese gobierno.

!Salud, pues¡