Esta historia verídica da cuenta de la fuerza que puede adquirir la celotipia, esa enfermedad incurable que ataca a los celosos, y que existe desde que el hombre apareció en la tierra.
Otelo es el drama que la literatura clásica recoge como un testimonio de lo que pueden hacer los celos, y, de alguna manera, pinta la tragedia humana al estilo de Hamlet, Macbeth y El Rey Lear, obras del grande de la literatura universal: William Shakespeare.
Els Clottemans, profesora de primaria, 26 años, traumada por la muerte de su padre cuando tenía apenas dos años, con una infancia difícil y solitaria, y con algún intento de suicido en su adolescencia, fue aceptada en el hogar de Els Van Doren, 12 años mayor que ella.
Van Doren, casada con un joyero y madre de dos hijos, compartía con su joven amiga la pasión por el paracaidismo, deporte de alto riesgo del que le daba clases el holandés Marcel Somers. El instructor y Van Doren eran amantes y fue él quien acabó tejiendo también una relación con la joven Clottemans, aprovechando los complejos de inferioridad de aquella por su obesidad.
El instructor de paracaídismo mantenía secretamente una relación amorosa con las dos mujeres, hasta que una noche en que él estaba con la joven se presentó en casa la otra mujer, aparentemente ajena al doble juego del instructor. En aquella noche fatídica la Els joven tuvo que escuchar, enfurecida, el desborde pasional de los otros dos, que hacían el amor en sus propias narices. Y decidió vengarse, cortando las correas del paracaídas.
Los tres amantes se lanzaron desde un Cessna a 4 mil metros de altura, con Van Doren llevando una cámara en el casco para registrar un descenso que se prometía feliz. Lo que vieron desde el aire Somers y Clottemans es cómo el paracaídas de Van Doren no se abría y cómo sus esfuerzos por hacer saltar el de emergencia resultaban vanos. El cuerpo de la mujer cayó en picada hasta estrellarse en el piso, enmedio de gritos espantosos ante lo inevitable de su muerte.
La investigación de la policía acabó por descubrir el sabotaje perpetrado por la amante despechada. Fueron, al principio de la investigación, sospechosos el marido engañado, el amante y la Els joven. Los dos hombres acabaron por ser descartados y sólo Els Clottemans tenía "los conocimientos y el motivo" para el sabotaje, según el jurado de doce personas asistidos por tres jueces que la declaró culpable.
El escandalo mediático del caso y el veredicto de una condena a 30 años de cárcel para lo joven mujer ofendida, han puesto en la picota diversos temas interesantes: ¿Esa infancia desgraciada de la autora del sabotaje, es motivo suficiente para generar un complejo de inferioridad capaz de maquinar un homicidio a sangre fría?
¿La ceguera que produce un ataque de celos, puede hacer también perder la razón, tal como le sucedió al Moro de Venecia?
La falta de afecto en la niñez, decía el doctor Freud, podría ser motivo de grandes calamidades para el ser humano que la padeció.
Lo que sucede en la infancia marca muchísimo y la falta de afecto puede originar un desorden de personalidad así como el exceso del mismo.
ResponderEliminarPerder la razon momentaneamente por un ataque de celos puede ser. Pero lo de Clottemans fue con meditación, alevosía y ventaja.
¿Qué eventos dan orígen a tan graves desórdenes? El por qué de la sociopatía. haber perdido la capacidad de empatía debe ser una de las pérdidas más terribles...ufffff y no haberla tenido nunca...no lo imagino. Sin duda era esta joven mujer una con demasiadas carencias y no pudo soportar saber que su amante también lo era de otra. De su benefactora. La mujer que le abrió las puertas de su cassa.
Los celos existen y llegan a situaciones incongruentes. En este país se ve mucho, el hombre que mata a su mujer a machete. Mujeres que han rociado con gasolina a su pareja y les ha prendido fuego. En España también he leído en noticias a menudo, muertes por celos. Había antes un programa que pasaban, español, llamado crimen pasional o cosa juzgada, no recuerdo bien. Salían infinidad de casos de celos.
ResponderEliminarLa baja estima ( complejo de inferioridad), la codependencia en extremo son detonantes para esos ataques de celos, es mi opinión. Tu como psicólogo debes saber mucho mas. Desordenes de personalidad como menciona Meg, hay muchos. Llegan a desencadenar en verdaderas tragedias como el suicidio y asesinato.