El rescate de lo mineros chilenos atrapados ahí desde el 5 de agosto, ha generado mucha expectación entre el público de todo el mundo, que ha seguido paso a paso las incidencias de esta aventura llena de dramatismo y esperanza.
Mediaticamente el gobierno derechista de Sebastián Piñera, le ha podido sacar el jugo a este incidente de los mineros, relegando por supuesto los reclamos de los aguerridos mapuches que defienden un territorio ancestral. Este manifestación de protesta, que incluye huelga de hambre de algunos mapuches, ya pasó a un tercer plano en el interés de la sociedad.
Hasta la "primera dama" del país se ha hecho presente en el campamento minero donde acampan los familiares de los soterrados. Por supuesto docenas de radiodifusaras locales e internacionales, al igual que los canales de televisión, ya están ahí, en el sitio preciso de la tragedia, para documentar, reseñar y trasmitir lo que ahí ocurrirá el miércoles cuando salgan uno a uno los mineros, portando una playera de color ojo, es el color de la selección chilena de futbol, con sus nombres inscritos en el dorso, y sus gafas para el sol, con una cubierta especial para evitar los daños de los rayos ultravioletas.
Los mineros tendrán 4 horas para charlar con sus familias y después serán trasladados en helicópteros hacia el hospital de Copiapó, a 68 kilómetros del sitio de la mina. Ya les advirtieron los psicólogos que no deben llorar, que eso hace mal a la salud emocional. ! Habráse visto tamaña tontería ¡
Si estos infelices hombres han tenido que estar contenidos en sus emociones tanto tiempo, la catarsis se impone, aunque la psicología diga lo contrario.
El orden de salida de cada uno de los mineros es el siguiente: primero lo harán los más hábiles, después los más débiles (diabéticos, hipertensos, y con silicosis), y por último, los más fuertes. Bajarán 4 personas especializadas en rescate para auxiliar en el izamiento de la canastilla metálica que los llevarán a la superficie.
El "Show" está preparado debidamente para que la televisión reporte lo que ahí habra de suceder minuto a minuto, a partir del miércoles. La emoción crece, impulsada por tantos intereses políticos y comerciales en juego.
Bueno, pues...!Que ya comiencen...Luces, cámara, acción...
Es la historia del día...la buena. Eso hace que estemos a la expectativa. Cansados estamos de las otras noticias.
ResponderEliminarEs verdad que este será un show mediático de mucha envergadura. Últimamente he pensado en ello. Desde como se estan sintiendo allá dentro ahora que poco tiempo les queda de oscuridad hasta el descenlace en su encuentro con la claridad del día y todo lo demás desde familia, funcionarios, medios noticieros. Tantos días en esas condiciones y viendo, escuchando a las mismas personas, soportándose mutuamente o acompañándose, apoyándose, animándose. Quién sabe que haya pasado en esas profundidades, cómo lo manejaron. Que sintieron. Lo que si se yo es que ahora al salir se les abrirá esas posibilidades de explotar lo vivido. De lucrar con ello. Al mejor postor se le otorgará la primicia. Todos sabemos que eso es así. Bueno..esto es el lado material.
El lado humano del reencuentro con los familiares será tan variado como variadas hayan sido sus circunstancias hogareñas anteriores. Más de alguno buscará ir con las peperechas ya que quizas es migrañosa la esposa o por otra cosa. Quizas la esposa agradezca silenciosamente que existan esas trabajadoras del sexo. En fin que se puede elucubrar y elucubrar.
Ya pronto veremos la primera sonrisa de un hombre que sale a la luz. Yo expectante... me gustará ver ese show que mencionas Bolívar.
Y como no llorar! Si hasta yo lo haré. No concibo que los psicólogos digan semejante brutalidad ante un momento tan emotivo, tan esperado.
ResponderEliminarMe pongo en la piel de estos mineros, pienso lo que deben de estar sintiendo en estos momentos, su mente dando vueltas, imaginando caras y besos, una lista interminable de lo que dirán o no, de como abrazarán a sus hijos, esposas, madres y amigos.
En verdad, esto ha sido tan esperado que habremos muchos pendientes de ver esa felicidad convertida en lágrimas emotivas.
Dormir en su cama, con su almohada, con su mujer o novia o amante. No habrá para ellos un paraíso semejante.