domingo, 3 de octubre de 2010

El discreto encanto de la burguesía guatemalteca.

Aníbal no siente pena ni verguenza por que sus amigos lo tachen de pequeño-burgués, es cierto le encantan las cosas burguesas, son mejores y agradables.

Aníbal reconoce que las mujeres burguesas son más lindas y hermosas que las otras, porque aquellas están bien alimentadas, son altas, rubias naturales algunas, bien educadas en colegios de monjas, visten elegantemente, se saben comportar con soltura y donaire.

Que son incultas, bueno ese es otro cantar. Hasta se los puedo perdonar, aclara Aníbal.

A las mujeres en general, los hombres tenemos que explicarles todo, cómo se hace, de dónde viene, para qué sirve, sus orígenes, etcétera, etcétera, me confía Aníbal.

Estas bellas burguesas chapinas no leen el periódico ni por equivocación, ¿para qué? si sus vidas son perfectas, sin problema alguno. Se enoja Anibal al criticarlas a todas ellas, imaginate vos, que no saben qué onda con el Barcelona, a mi eso me desespera demasiado, que sean ignorantes del fútbol.

Conocí a una preciosa niña de la Landívar, esa universidad de los jesuitas donde estudian las niñas ricas de guate, y no obstante que es estudiante de la carrera de Comunicación; increíble vos, no ha leído nada de los teóricos de la comunicación y, aparte me confiesa que nunca ha visitado la biblioteca de la universidad. ¿Para qué? me pregunta la inocente criaturita.

Eso me puede encabronar demasiado, yo también soy egresado de la Landívar, de ciencias políticas, al menos ahí nos exigían los catedráticos leer dos libros al semestre, en cada materia, eso es leer, vos, y no babosadas.

Esta niña divina, vos, se llama Shirley Castillo, tiene 21 años y está como quiere. Siempre huele bien, perfumada, su cabello sedoso, su cuerpo escultural. La Shirley me cuenta que ella tiene un gimnasio en su casa y hasta piscina. Y me pregunto, ¿cómo no estar guapa así con todas esas cosas en casa?.

Mirá vos, lo único que me fastidia demasiado, es que sus escoltas, guardaespaldas, o como se llamen, no la dejan sóla ni a sol ni a sombra. Me la quiero llevar por ahí, a La Antigua por ejemplo, y sus papás no se lo autorizan por ningún motivo, porque yo le pongo la condición que vayamos pero sin escoltas.

Ella se me antoja demasiado, quiero ver su cuerpo desnudo, y comprobar que todo está en su sitio, que no hay cirugías por ahí, porque eso sí me decepcionaría tanto de la Shirley, que fuera una mujer reconstruída por la cirugía plástica.

Mi deseo se alimenta de puras fantasías eróticas, por eso me masturbo tanto, porque ya no aguanto tanta represión de mis instintos, que creo así les llamaba Freud, ¿verdad?

Vos que sos un hombre mayor, con experiencias múltiples, qué me aconsejás qué haga con la Shirley. Yo me la quiero empiernar a la brevedad posible, cómo la convenzo de que eso nos va a gustar a los dos, porque ella es vírgen, vos, y sí quiere probar el sexo, pero le teme a sus padres, le han metido mucho miedo a las relaciones antes del matrimonio.

Yo, vos, no me quiero casar con ella, sólo para poder meterla a la cama. Si fuera tanta mi necesidad carnal, mejor busco a una puta, le pago y ya. Pero yo lo que deseo es estar con ella, con ese cuerpo divino.

Vos pensás que sí puedo alcanzar mi sueño. ¿Qué me aconsejás?

!Que la secuestres¡ Estás loco...ni pensarlo.

2 comentarios:

  1. Leo en la sobremesa tu cuento y...entiendo que para Anibal la burguesía guatemalteca tenga algun encanto especial siendo algo diferente.
    Cuando por allí has transitado SABES que el encanto radica en la disposición de recursos materiales los más. Alguién me dijo una vez algo que no me gustó..."Hoy en día solamente es fea la pobre". Mentalidad burguesa y estúpida.
    Y bueno...la niña esta bonita, preciosita ella es un objeto inalcanzable y un reto, se entiende, para Anibal. A ver si logra meterla en el saco...como reza un dicho gringo. No la ha tratado mayor cosa y si la ha calificado bastante, eso no me ha gustado pero le intuyo jovencito y también que le falta trecho por recorrer. Intuyo que quizas en lugar de secuestrarla vaya a donde las peperechas al final de cuentas.
    Otra vez menciono el final de la historia me ha gustado. Tu manera de escribir es fluida con una narrativa que entretiene un montón.
    Me permites que te rete a escibir una historia desde el lado femenino. Personifícate en una mujercita. Me encantaría leerte.

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  2. Cada vez que leo us relatos me sorprende ver la fluidez. Esta historia es tal cual me la describiste.... fabulosa!

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