El periodismo escrito en Guatemala me ha parecido siempre un tema de análisis por su aldeanismo y conservadurismo político.
Revisar los cinco periódicos nacionales es una tarea deprimente, es casi un diarismo dedicado a exaltar la noticia de nota roja.
Como todos los periódicos están alineados al sector privado y a la ideología de derecha, por consecuencia; eso provoca que los diarios guatemaltecos se uniforman al momento de dar las noticias, todos dicen lo mismo, inclusive sus portadas se unifican con titulares idénticos.
En general, es más amplio lo que calla la prensa que lo que dicen, su pecado principal es la omisión.
Hace poco un grupo de estudiantes encapuchados tomaron como rehén a la Universidad de San Carlos, la universidad pública del país, por mas de dos meses en un acto por demás de carácter delictivo, que se resolvió en la mayor de las impunidades posibles, "no pasó nada, dicen todos.
La prensa guatemalteca silenció el conflicto en forma unánime, como si hubiera una consigna para hacerlo así. La sociedad no se pudo enterar que estaba sucediendo ahí adentro, no hay periodismo de investigación solo un culto a la "declaración" del funcionario o empresario privado.
Recientemente, falleció un empresario de la educación, a quien apodaban cariñosamente "El Musso", en recuerdo al dictador fascista Benito Mussolini, provocando la mayor cantidad de "noticias" y comentarios, y editoriales sobre este personaje y sus contribuciones a la patria en materia de política económica neoliberal.
Jamás había observado un fenómeno de periodismo como el que mostró la prensa guatemalteca, la presencia del señor Ayau se puede catalogar de obscena y abyecta por parte de los diarios, que por más de quince días no dejaron de exaltar esa figura pública hasta la exageración.
Se desató un escandalo político por que Guatemala está conmemorando "La Revolución de Octubre", que marca un hito histórico por el fin de la dictadura de Jorge Ubico, en el año de 1944, asunto que no gusta a la burguesía nacional. El presidente Alvaro Colóm dispuso rescatar un mural que pintó el muralista mexicano Diego Rivera, y que se encontraba extraviado en las bodegas del Museo Pushkin de Moscú por casi 50 años, dicho cuadro lleva el título irónico de "Gloriosa victoria", en él se alude al golpe de estado que patrocinó el gobierno de Estados Unidos, en 1954, derrocando al presidente democrático Jacobo Arbenz. Ese mural retrata de cuerpo entero a los autores y cómplices de ese hecho lamentable en la historia reciente del país.
Los ricos y los empresarios se han opuesto veladamente a la exhibición de esa pintura de Diego Rivera, bajo el prtetexto de que se invirtió en traerlo un millón y medio de quetzales, y que ese dinero mejor hubiera sido aplicado a la resolución de los problemas más urgentes de Guatemala. El caso que nos ocupa es que la prensa guatemalteca silenció de nuevo el acontecimiento, ningún diario difundió el evento que se inauguró ayer 1 de octubre en el Palacio de la Cultura. Pese a la presencia de Rina Lazo muralista guatemalteca y ayudante de Rivera, la prensa no aceptó promover esa actividad gubernamental.
Hoy asistí al antiguo Palacio de Gobierno, símbolo de la dictadura de Ubico, para apreciar los murales que ahí se exhiben: Gloriosa Victoria y Venceremos, de Rivera y de Lazo, respectivamente. Es obvio que no había público admirando ambas obras, simplemente la prensa dispuso que ese acto no existía y ya.
Afortunadamente, a través de la Internet puedo darme el lujo de revisar la prensa internacional y me entero de lo que ocurre en el resto del mundo, y a veces de lo que pasa en mi país.
Paradojas del subdesarrollo.
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